Jetón Fortificación de Charleroi. Año 1667. Bruselas. Carlos II. Dedicado a Sevix

Localización de Charleroi en Bélgica

A raíz del Tratado de los Pirineos de 1659 entre Francia y España, la frontera entre el país galo y los Países Bajos Españoles se modificó sustancialmente. Francia recibió en dicho acuerdo el condado de Artois y varias plazas fuertes en Flandes, Luxemburgo y Henao. Como consecuencia de esto, España reforzó y construyó fortificaciones en diferentes ciudades belgas para proteger el camino hacia Bruselas.
Con este objetivo, en la primavera de 1666 el Gobernador de los Países Bajos Españoles, Francisco de Moura, III Marqués de Castel Rodrigo, llegó a un acuerdo con la nobleza local y adquirió los terrenos pertenecientes al Señorío de Charnoy. El Gobernador no escatimó en gastos (el 28% de la renta media de 1665 a 1667) y, siguiendo directrices españolas, levantó una imponente y majestuosa ciudad-fortaleza a las puertas de la Francia del Rey Sol. La nueva ciudad fue bautizada solemnemente con el nombre de Charleroi (“Rey Carlos”), en honor al por entonces niño Rey de las Españas, Don Carlos II.
Para conmemorar el fin de las obras de la dicha fortaleza se mandó acuñar este jetón en 1667 en Bruselas.
La Francia de Luis XIV y Richelieu no se quedó de brazos cruzados mientras España reforzaba militarmente con dichas construcciones la frontera y, amparándose en la Guerra de Devolución, en mayo de 1667 el monarca galo invadió en rápidas maniobras el sur de los Países Bajos Españoles. La ciudad de Charleroi, dada su proximidad con Francia, fue de las primeras en caer en manos francesas en dicho conflicto. La ciudad fue tomada por el Mariscal General de los campos y ejércitos del rey, Enrique de la Tour de Auvergne-Bouillon, más conocido como Turenne. Tras esto, la fortificación fue mejorada por el ingeniero militar francés, Marqués de Vauban.

Pese a la pérdida y cesión de Charleroi a Francia con el Tratado de Aquisgrán de 1668, la ciudad retornó de nuevo a España a raíz del Tratado de Nimega de 1678 y perdida nuevamente en manos francesas, volvió a estar bajo control español con el Tratado de Rijswijk de 1698 hasta su pérdida definitiva con el Tratado de Baden en 1714.

La ciudad, que aún existe, guarda todavía con celo su pasado fundacional como parte integrante del Imperio Español bajo el reinado Carlos II. Sus habitantes son conocidos como carolos y, todavía hoy, la gran plaza de Charleroi lleva el nombre de Carlos II.

Le dedico la pieza a Sevix, que parece que poco a poco se va introduciendo en el mundo de los jetones.

Un saludo.