Con sus arcas nacionales agotadas debido a las costosas guerras el rey Federico Guillermo III de Prusia encontró a su nación, al intentar reconstruirla, seriamente escasa de fondos. Rehusó capitular con sus enemigos y no podía enfrentarse con la frustración de su pueblo.
Después de pensarlo profundamente, pidió a las mujeres de Prusia que trajesen su oro y plata para ser fundidos y utilizados en reemplazo de las cosas que tan desesperadamente necesitaba la nación. Al traer cada mujer sus joyas, se le daba un "adorno" de bronce o hierro como símbolo de gratitud del rey. En el adorno estaba grabado: "Di oro por hierro"
La respuesta fue abrumadora. Estos adornos eran la prueba de que se habían sacrificado por su rey. Es más se volvió altamente fuera de moda usar joyas en Prusia a los comienzos del siglo diecinueve, pero muy de moda usar una cruz de hierro. De allí nació la "Orden de la Cruz de Hierro".
Probaremos suerte en el exilio...Nunca digo adiós a nadie. Nunca dejo que las personas más cercanas a mí se vayan. Me las llevo conmigo adonde vaya.