Monedas de Gala Placidia

Las primeras emisiones monetarias en el nombre de Gala Placidia se considera que son aquellas en cuyo reverso aparece una Victoria alada hacia la derecha con un escudo en sus rodillas en el que hay un cristogramma, una iconografía propia de Valentiniano I, Teodosio I, sus hijos y las augustas de aquel tiempo.

Con Teodosio II aparece sólo en las etapas iniciales de su reinado; después fue sustituida por la victoria de pie que empuña una cruz con piedras preciosas.

Este tipo fue acuñado en el nombre de Galla Placidia solamente por la ceca de Ravena; por lo tanto debe ser considerado como anterior a la adjudicación del título de Augusta por el emperador Teodosio II (424). Constancio y Honorio III le concedieron el título imperial a Gala Placidia entre febrero y marzo de 421, pero hacia el final de 422 ella cayó en desgracia, siendo alejada de la corte. Por estas razones, este primera emisión en su nombre hay que atribuirla al periodo comprendido entre marzo de 421 y diciembre 422.

Está constituida por el sólido de Rávena (Ric 1333) y por la silicua emitida tanto por Ravena (Ric 2082) como por Roma (Ric 2083). La leyenda es siempre SALVS REIPVBLICAE.

Probablemente, en la segunda mitad del año 424 Teodosio II le reconoció el título de Augusta a Gala Placidia.

Dos años antes se celebraron los vicennalia de Teodosio II y se acuñaron las correspondientes monedas votivas, a las cuales luego se añadió también la emisión en nombre de Gala Placidia (ceca de Constantinopla), pero no en nombre de sus hijos Valentiniano y Justa Grata Honoria: por lo tanto esta emisión precede la incoronación de Valentiniano III (23 de octubre de 425).

Es así que la segunda emisión monetaria en nombre de Gala Placidia hay que fecharla entre la segunda mitad de 424 y la primera mitad de 425.

Luego que las armas de Constantinopla ocuparon Ravenna derrocando a Johannes (primavera del 425) Gala Placidia se quedó en Aquileia donde se abrió la ceca con los maestros ravenates.

Durante el verano del 425 aparece la tercera emisión en nombre de Gala Placidia, por la ceca de Ravena, constituida por el sólido con leyenda y diseño igual al tipo vicennalio de la ceca de Constantinopla, por una silicua anepígrafa con cruz en guirnalda y por un nummo con cruz y leyenda SALVS REIPVBLICE.

Durante el otoño de 425 la familia imperial entró en Ravena, donde permaneció por un tiempo muy corto pues se quería que la incoronación de Valentiniano se celebrara en Roma. Por lo tanto Gala Placidia con sus hijos llegaron a Roma a comienzos de octubre del 425, acompañados por los maestros de la ceca de Ravena-Aquileia.

El 23 de octubre del 425 Valentiniano III fue incoronado emperador, siendo Gala Placidia regente, y se celebró la incoronación con un sólido de celebración en nombre de Valentiniano.
La corte permaneció en Roma hasta febrero del 426. durante estos cuatros meses se acuñaron en Roma en nombre de Gala Placidia algunos sólidos análogos a los de Ravena.

Es razonable atribuir al mismo período la emisión de un raro nummus de bronce con la Victoria, para celebrar el derrocamiento de Johannes y darle más relieve a la regencia de Gala Placidia también en la moneda más usada por las clases más populares.

En marzo de 426 la familia imperial se establece de forma permanente en Ravena. Esto se celebró numismáticamente con la emisión de un doble sólido con en el reverso Gala Placidia sentada en el trono y la habitual leyenda SALVS REIPVBLICAE.

Luego se volvió a acuñar el sólido vicenalio por la ceca de Ravena, emisión que continuó hasta el 432.
Además se acuñó siempre en nombre de Gala Placidia el semisis con crismón en guirnalda y leyenda SALVS REIPVBLICSE y el tremisis con el mismo diseño pero anepígrafo.
Presumiblemente la silicua con el mismo diseño del tremisis va referido a este período.

En el año 426 comienza la producción del nummus de Valentinian III con la Victoria y leyenda SALVS REIPVBLICE, mientras en nombre de Gala Placidia sigue la emisión precedente, con la misma leyenda pero con la cruz.

Sin embargo, existen nummos de Valentinian III con la cruz y de Gala Placidia con la Victoria. ¿Errores de producción o emisiones regulares?

Desde el año 445 la corte del Imperio de Occidente preferentemente se establece en Roma, y al parecer se traslada en la Urbs también el personal de la ceca ravenate.

En aquellos años las relaciones entre Valentiniano III y su madre Gala Placidia empeoran: el emperador lleva una vida muy viciosa, carece de capacidad política, se lleva muy mal con Teodosio II y Pulqueria, hermana del emperador de Oriente y de hecho casi una regente.

Por estas razones ya no se acuñan monedas en nombre de Gala Placidia, ni de Justa Grata Honoria, hermana de Valentiniano III, y ni siquiera de Licinia Eudocia, su esposa.

Para entender a la amonedación de este período es necesario analizar a los acontecimientos políticos que los acompañan.

En Occidente, en el año 423 Gala Placidia, hermana de Honorio, cae en desgracia: viene alejada de la corte de Ravena y repara a Constantinopla donde el emperador Teodosio II, su sobrino, llevando consigo sus dos hijos, Valentiniano de 4 años y Justa Grata Honoria de 6 años.

En Ravena muere Honorio y el senado romano proclama emperador a Johannes. El papa se opone a esta proclamación porque Johannes es favorable a la libertad religiosa e intriga para derrocarlo.

En Constantinopla Gala Placidia consigue el apoyo de la corte de Oriente para derrocar a Johannes y colocar a Valentiniano en el trono, siendo ella misma regente (424). La hija Honoria, aun siendo tan joven, impresiona a Teodosio II y a su hermana Pulqueria por su inteligencia, tanto que otorgan a ella y a su madre el título de augusta.

En cambio del apoyo del sobrino Teodosio II, Gala Placidia reconoce la supremacía del imperio de Oriente sobre el de Occidente (y renuncia al Ilírico a favor de Constantinopla). Por la misma razón, Valentiniano es proclamado caesar de Teodosio II, en lugar que augusto, lo cual implica su subordinación al emperador de Oriente.

Es así que el ejército del Imperio de Oriente en el año 425 derrota a Johannes y coloca a Valentiniano III en el trono romano, siendo Gala Placidia regente.

A Gala Placidia le son suficientes pocos años para darse cuenta de la escasa inteligencia y calidad humana de su hijo Valentiniano y lo mismo ocurre a Teodosio II que está siempre muy al tanto de lo que ocurre en Ravena, donde se encuentra la corte del Imperio de Occidente, y está muy preocupado en cuanto él ya no puede tener hijos y no tiene hijo hombres, sino solamente a una hija mujer, Licinia Eudocia, prometida esposa de Valentiniano III desde el año 424 para así unir mayormente a las dos partes del imperio.

Teodosio II es un emperador de grande inteligencia: sobre todo es un estudioso y un jurista enteramente dedicado a compilar aquello que será el primer código general de leyes del imperio romano. La gestión cotidiana del Imperio de Oriente es confiada a su hermana Pulqueria la cual con este fin hizo voto de castidad.

Gala Placidia y Teodosio II deciden de hacer algo parecido con Justa Grata Honoria, que demuestra cada vez más de tener grande inteligencia y visión política, aun siendo una muchachita, y por esta razón en el año 429, cuando cumple 12 años (la edad mínima para el matrimonio) le imponen de hacer voto de castidad y de dedicarse a sostener a su hermano Valentiniano III en la guía del imperio occidental.

Desde el año 425 ocurre que tanto en Occidente como en Oriente las dos partes del imperio romano son gobernadas por dos mujeres, lo cual crea resentimiento en los senados de Roma y Constantinopla. Para conseguir el apoyo del obispo de Roma, Celestino I, que era de mucho peso, entre las dos emperadoras y él mismo se estableció un acuerdo.

Ella reconocían la supremacía del obispo de Roma sobre todos los obispos del Occidente, y así nació el poder absoluto del papado (antes el obispo de Roma era un “Primus inter pares”), y en cambio Celestino subrayaba el rol femenino introduciendo el culto mariano, antes inexistente, suplantando así el culto isíaco, el único culto pagando todavía bien vivo (casi todas las avocaciones marianas del rosario, son avocaciones isíacas).

En diciembre del año 437 se celebra en Constantinopla el matrimonio entre Valentiniano III, que entra en su mayor edad, y Licinia Eudocia, hija de Teodosio II, no obstante un intento del emperador de Oriente para impedirlo o por lo meno postergarlo.

Volviendo a Ravena, Valentiniano III empieza a reducir progresivamente el poder de su madre Gala Placidia y de Honoria, que odia abiertamente.

En el año 445 Valentiniano III excluye totalmente a su madre y a Honoria de la corte, que se establece en Roma, mientras las dos mujeres (y también Licinia Eudocia que encontró en ellas una madre y una hermana) permanecen en Ravena.

Valentiniano III, políticamente inepto y dedicado solamente a una vida viciosa, deja el poder real en las manos del general Aetio, militarmente hábil pero muy traicionero y enemigo de siempre de Gala Placidia.

En Ravena, Honoria tiene una relación con Eugenio, un importante dignatario de la corte y en 449 tiene un hijo. Valentiniano entiende que detrás de esta relación hay un plano para crear una alternativa de su poder: hace matar a Eugenio y Honoria se salva arrancando a Constantinopla, donde goza de la protección de sus primos Teodosio II y Pulqueria, que probablemente eran al tanto de las motivaciones de la relación entre su prima y Eugenio y no obstante su ortodoxía religiosa no le reprocharon nunca el haber quebrantado su voto de castidad.

Valentiniano III, entonces, impone a Honoria de casarse con un anciano senador romano, Flavio Basso Ercolano, fiel a su persona exiliándola en una quinta en Tuscana. Honoria se niega, queda en Constantinopla y, probablemente con el consentimiento de Teodosio II y de Pulqueria, le escribe al rey huno, Átila, pidiéndole que venga a liberarla de su hermano y prometiéndole matrimonio.

Es un proyecto políticamente inteligente: en esta forma Átila de enemigo se convierte en defensor del imperio y como marido de Honoria se dedicaría a reconquista a las Galias, en mano de los Visigodos, y Honoria misma reemplazaría a Valentiniano III en el trono de Roma.

Átila viene en Italia, conquista Aquileia y Milán pretendiendo que Valentiniano III acepte su matrimonio con Honoria. Pero al mismo tiempo muere Teodosio II cayendo de caballo y el proyecto político empieza a desarticularse.

El ejército de Átila se enferma de una grave forma de colitis y no está en condiciones de combatir. Por mientras, Aetio (el único general que en el pasado había logrado derrotar a Átila) está reuniendo un ejército para combatirlo. Al mismo tiempo, Valentiniano le ofrece una enorme cantidad de dinero con tal que regrese a Panonia.

Y es así que Átila renuncia a sus planes y vuelve a sus tierras.
Lo del encuentro entre el papa León quien habría convencido Átila a no conquistar a Roma, no tiene fundamento real: León se fue a encontrarse con el rey huno, pero no resulta que este (que no era cristiano sino pagano) lo haya recibido.

Átila no fue derrotado por la santidad de un papa (que de santo tenía muy poco, como se verá en ocasión del saque de Genserico), sibno por la diarrea. ¡Es difícil combatir una batalla cuando uno tiene a su propio ejército buscando desesperadamente papel para limpiarse el trasero!

Un año más tardes (453) Átila muere y también muere, mientras que Gala Placidia había muerto en el diciembre del 450.
Valentiniano III gobierna solo y lo hace en la peor de las formas. En el 454 Valentiniano III mata de su propia mano al general Aetio y un año más tarde es matado a su vez por dos soldados del general, istigados por Petronio Máximo quien se hace proclamar emperador. De hecho, con la muerte de Valentiniano III se acaba el Imperio romano de Occidente, si bien formalmente sobrevive otras dos décadas gobernados por emperadores si algún poder, pues el poder se encuentra en las manos de Recimero.

La amonedación del segundo cuartel del V siglo es muy compleja y para entender a la sucesión de las emisiones y fecharlas convenientemente hay que tener bien presentes los acontecimientos históricos y políticos del tiempo.

Antvwala
(seguiré con las monedas de Justa Grata Honoria y Licinia Eudocia).

Licinia Eudocia fue la única hija de la bella y culta Atenaide y de Teodosio II, quien no tuvo otros hijos. Atenaide, ateniesa, era una mujer no solamente bella, sino también muy culta y descendía de una familia de filósofos, astrónomos y matemáticos. Siendo pagana, fue obligada, antes de su matrimonio con Teodosio, a hacerse cristiana y asumió el nombre de Elia Eudocia. Fue un matrimonio poco feliz, probablemente por la antipatía que surgió entre Atenaide, partisana de la libertad del pensamiento, y la pezoña Pulqueria, quien había convertido la corte de Constantinopla en un monasterio. El hecho es que muchas veces Atenaide se alejó de su marido y concluyó creando su propia pequeña corte en Jerusalén donde se empeñó en defender a los judíos de las persecuciones cristianas.

Cuando Gala Placidia reparó con los hijos en Constantinopla y consiguió la ayuda del Oriente para reconquistar el trono de Ravena, en manos de Johannes, Valentiniano tenía 5 años y fue nombrado "cesar", es decir hijo adoptivo y heredero de Teodosio (el padre de Valentiniano, Constancio III había muerto), el cual quería defender la solución dinástica en cuanto era la sola capaz de evitar las guerras civiles a cada muerte de emperador. Para dar más fuerza a la solución dinástica, en la misma ocasión se celebr´´o el noviazgo entre Valentiniano y Licinia Eudocia que a la sazón tenía 2 años.

Cuando ya Valentiniano había alcanzado la mayoría de edad se fue a Constantinopla a reclamar la mano de la bella Licinia (437): no por amor, sino por interés. El hecho es que por aquel entonces, Teodosio y Pulqueria ya estaban bien enterado que Valentiniano era cuanto de peor para el futuro del imperio y que su calidad humana y de estadista era la de un Berlusconi más viejo de 1500 años, así que trataron de acampar disculpas para impedir el matrimonio, pero Valentiniano no escuchaba razones y pretendió que se respetara el trato. Entonces propusieron que se celebrara en Tesalónica para restarlo importancia, pero Valentiniano pretendió que se celebrara en Constantinopla y así fue: pero inmediatamente después del matrimonio se fueron a Tesalónica porque no fueron hospedados a corte.

Cuando en la primavera siguiente (438) alcanzaron Ravena, Valentiniano dejó a Licinia Eudocia, embarazada, con su madre y su hermana y fue fue a Roma donde vivía como se le antojaba.
En aquel entonces se acuñó la primera moneda en nombre de Licinia Pulqueria, y fue por voluntad de Gala Placidia porque si esperaba que su hijo se deñara de hacerlo, todavía estaríamos esperando.

Es interesante anotar que esta moneda, un sólido acuñado tanto por Ravena como por Roma (se conoce un solo ejemplar del tipo romano) copia fielmente al que se acuñó en nombre de Gala Placidia cuando ella se estableció en Ravena, doce años antes.

Un año más tarde, en el 439, Licinia Eudocia tuvo su primera hija (al parecer, antes había perdido la guagüita que esperaba a su llegada a Ravena) a la cual le pusieron nombre Eudocia y que muy pronto Valentiniano la prometió en matrimonio a Unerico, hijo de Genserico, rey de los Vándalos, en cambio de la paz con Roma.

Cuando tuvo su primera hija, el acontecimiento se celebró en Constantinopla con un sólido. En Italia, al contrario, Valentiniano no hizo acuñar ninguna moneda para celebrarlo.

Es un sólido, el de Constantinopla, que merece un análisis detenido por sus implicancias políticas.

Teodosio II le reconoció el título de augusta a Licinia Eudocia solamente el 6 de agosto de 439, después que tuvo a su hija Eudocia, lo cual no carece de significado político.

Hay que destacar que después que Valentiniano alcanzó su mayoría de edad (en el 434), sus relaciones personales con la corte de Constantinopla empezaron a deteriorarse y ya no se acuñaron monedas de forma recíproca, como era deberoso.

La celebración del nacimiento de Eudocia tampoco dio origen a una amonedación recíproca, sino solamente oriental, de un tipo novedoso y con la leyenda SALVS ORIENTIS FELICITAS OCCIDENTIS, la buena salud del Oriente le asegura la felicidad al Occidente. Es una leyenda muy importante, donde por un lado se destaca el sometimiento de Roma a Constantinopla y por otro lado es algo amenazante hacia Valentiniano. Es decir, ten mucho cuidado porque tu tranquilidad depende de nosotros.

Es claro que a Constantinopla estaban muy preocupados por el comportamiento indigno de Valentiniano III, sobre todo ahora que era claro que Teodosio no iba a tener hijos varones para sucederle al trono y que a su muerte Valentiniano sería heredero también del trono de Constantinopla. De allí que Teodosio II y Pulqueria, que aunque pezoño eran sabios, empezaran a buscar a una solución para darle un diferente heredero al trono.

La única solución posible era que Justa Grata Honoria tuviera un hijo (Pulqueria era demasiado vieja). Las mandas (sobre todo la de virginidad) se hacen y deshacen con facilidad. Gala Placidia había hecho voto de virginidad para Honoria (cuando ella cumplió 12 años) pero se podía reemplazar al voto con una basílica y una buena oferta a la iglesia, siempre muy empeñada en juntar riquezas (materiales mucho más que espirituales). Pero Valentiniano entendió perfectamente lo que había detrás, y si no lo entendió por si solo, ya que era estúpido, se lo explicó claramente Aetio, que no tenía ni pizca de estúpido, y se opuso rotundamente a que su hermana se casara.
Quedó, por lo tanto, una sola vía: quedar embarazada y hacer inevitable el matrimonio. Y así llegamos a hablar de la vicenda de Justa Grata Honoria.

Pero antes de esto, tenemos que completar el tema monetario de Licinia Eudocia.

Probablemente Valentiniano III entendió que era una tontería de su parte desvalorizar a Licinia Eudocia (o bien, se lo hizo entender Aetio).

El hecho es que entre 440 y 445 la ceca ravenate acuñó tres monedas en nombre di Licinia: un semisis con leyenda SALVS REIPVBLICAE, un tremisis anepígrafo con cruz en guirnalda y una media silicua anepígtafa con crismón en guirnalda.

Esta emisión es análoga a la que se hizo en nombre de Gala Placidia y Honoria, y es posible que se realizara por iniciativa de Gala y no de Valentiniano: de hecho, la ceca de Roma no la acuñó.

Para entender a los documentos originarios del V siglo e interpretarlos correctamente (y con ellos entender a la datación de las monedas), hay que tener en cuenta el sistema de datación y la diferencia entre los autores de "historiae" y los de las "chronica".

En el V siglo se databa indicando la "indicción" asociada a los cónsules que se nombraban al primero de enero de cada año, lo cual se hacía durante un ciclo fiscal que duraba 15 años, y luego se volvía a comenzar con la "indicción I", etc. Por ejemplo, al año 418 corresponde la I indicción, siendo cónsules Honorio y Teodosio II. El 419 corresponde a la II indicción, el 420 a la III, etc. 15 años más tarde, el 433, se vuelve a comenzar con la I indicción, siendo cónsules Petronio Máximo y Teodosio II. Todop es muy claro cuando además de la indicción, se enumeran también los cónsules, lo cual no siempre se hacía y de allí que sin indicación de los "fasti" (así se llamaban los nombramiento de los cónsules) si encontramos que un acontecimiento se dio en la IV indicción, no siempre es evidente si se trata del año 421, 436 o 451: normalmente se entiendo por el contexto de los hechos, pero no siempre es así.

Los historiadores escriben historias, es decir narraciones ordenadas de eventos con sus causas, efectos y concatenaciones. Los cronistas escriben síntesis organizadas por años, es decir, por ejemplo escriben que durante la VII indicción ocurrió a, b, c ... el todo en la forma más sintética posible y colocando el evento, que puede haberse producido durante un período de algunos años, en la indicción donde tuvo su comienzo. Así si leemos que durante la VI indicción hubo una guerra don los Sasánides, esto significa que esa guerra empezó en la VI indicción, pero es posible que durara 10 años y que los acontecimientos más importantes se dieran 5 años después de su inicio: sin embargo el cronista anota todo, también aquel acontecimiento, bajo la VI indicción.

Además hay que tener en cuenta que las historias las escriben los vencedores y que nunca se destacan por ser sinceros y objetivos, y el hecho que un autor sea del V o del VI siglo no significa que lo que escribe sea la verdad.

Por ejemplo, en los textos de historia se lee que Pedro de Valdivia, gobernador de Chile, en Tucapel el 1 de enero de 1554 cons sus 300 españoles se enfrentó con 50.000 mapuches siendo derrotado y matado. La verdad es algo diferente: los espàñoles eran 300, pero con ellos iban unos 5.000 konas, indios de guerra peruano aliados con los españoles y enemigos de los mapuches.

Y todo análisis fidedigno ha demostrado que los mapuches, cuyo general y estratega era Leftraru (Lautaro), eran pocos miles y no obstante los números se semejaban y los españoles tuvieran armas de fuego y los mapuches tan solo lanzas, los segundos derrotaron a los primeros, porque fueron más valientes, más motivados y tuvieron una estrategia mejor que la castellana. Entonces para tapar la vergüenza de haber sido derrotado, los historiadores españoles exageraron sin ninguna vergüenza el número de los adversarios.

Lo mismo ocurrió a fines del siglo XIX cuando el ejército etíope derrotó a los italianos en Adua y por primera vez un ejército africanbo derrotó al de un país colonial: los historiadores italianos cada vez iban incrementando al número de los etíopes y reducían al de los soldados itálicos.

El cronista Marcelino escribe que "Ind. II, Ariobindo et Aspare coss. Honoria Valentiniani imp. soror ab Eugenio procuratore suo stuprata concepit, palatioque expulsa, Theodosio principi de Italia transmissa, Attilanem contra occidentalem rempublicam concitabat".

La fecha indicada es equivocada. Honoria quedó embarazada por Eugenio (por su voluntad): pero esto no sucedió en la II indicción siendo cónsules Ariobindo y Aspar (año 434) y cuando Honoria era una lolita, sino en la II indicción siendo cónsules Protogene y Asturio (año 449), cuando ya era una mujer madura y que ambicionaba a tener un hijo que pudiera heredar el trono romano. Pues no se trata de una ninfómana con ganas de follar, sino de una mujer con un claro diseño político en su cabeza.

Las monedas en nombre de Justa Grata Honoria, y no solo aquellas, demuestran que Marcelino colocó lo ocurrido en la indicción correcta, pero en el ciclo equivocada adelantándola de 15 años.