El maravedí tiene sus raíces en la moneda musulmana conocida como “marawarid” que circulaba en la España islámica durante la Edad Media. Con la expansión de los reinos cristianos en la Reconquista la moneda continuó siendo utilizada, aunque su valor variaba a lo largo del tiempo y la región. Tras la Reconquista el maravedí experimentó una transformación significativa que adaptó a la economía cristiana.
El maravedí, ya fuera originalmente árabe o cristiano, corrió indistintamente entre ambos habitantes poseedores de reinos en la Península, vulgo denominado también, en las diversas lenguas de los reinos peninsulares, como mitcales de oro, moravitines o alfonsíes.
Los Reyes Católicos no acuñaron maravedíes, entre otros motivos, por la gran cantidad de circulante de vellón acuñado en época anterior a ellos. hay que añadir una excepción que son los maravedíes acuñados ya en época de Fernando, estando Isabel ya fallecida, para circular por Santo Domingo (1,2 y 4 maravedíes)
Tan hondamente había calado en Castilla la conciencia de la grandeza del largo reinado de los Reyes Católicos así como la buena calidad de su moneda que los reyes posteriores decidieron seguir acuñando en Castilla a nombre de dichos monarcas.
el prestigio de los excelentes de la granada de los Reyes Católicos, conocidos como «ducados de dos cabezas», hizo que se siguieran acuñando hasta 1543, fecha en la cual el rey Carlos I ordenó (28 de abril) la destrucción de todos sus troqueles.
debido a problemas nacionales e internacionales se necesitó hacer reformas en la moneda, tanto en el oro como en la plata.
En la moneda de plata no se necesitaba un cambio intrínseco en ley o peso, sino más bien la expansión económica demandaba simplemente una multiplicación de su peso. Carlos I se encargará de crear la gran pieza de plata castellana, el Real de a Ocho.
Si el Real de los Reyes Católicos pesaba 3,43 gramos, la nueva moneda tendría un peso teórico de 27,45 gramos, creándose así todo un sistema, con monedas de dos reales, cuatro reales y ocho reales de plata, que por su calidad se impondría como divisa internacional de plata en todo el comercio mundial hasta principios del siglo XIX.
Como utilizó la legislación de los Reyes Católicos y al ser una novedad debía ser aceptada por el mercado, Carlos 1 optó por repetir los tipos y leyendas previstos en la pragmática de 1497 para las piezas de un real, añadiendo únicamente la nueva marca de valor (II, IIII, VIII).
Es así como los múltiplos del real se hacen a nombre de los Reyes Católicos hasta 1566, fecha en que, por la llamada pragmática de la Nueva Estampa (22 de noviembre), Felipe II cambia los tipos y leyendas de esta especie monetaria.La manera de diferenciar una moneda de la época de los Reyes Católicos de otra acuñada a su nombre en los años que van hasta 1566 es comparar su aspecto artístico e identificar las marcas de los ensayadores encargados de garantizar el peso y calidad de la moneda.
En la moneda de vellón castellana hubo también continuismo, aunque se introdujeron algunos cambios en la ley de las piezas.
Carlos I y Felipe II acuñaron piezas de dos y cuatro maravedíes a nombre de los Reyes Católicos, pero esta vez si se cambiaron los tipos.
Mientras las piezas previstas en la Pragmática de 1497 llevaban las iniciales de los reyes, en las acuñadas por los monarcas de la Casa de Austria se colocan como tipos las armas heráldicas de Castilla (anverso) y de León (reverso), con lo cual su diferenciación es fácil.
Estas especies se acuñaron hasta la Pragmática dela Nueva Estampa de 1566 relativa al vellón, que cambió tipos y pureza.
Aunque ultimamente estoy centrado en las monedas de Felipe V y, aunque disponía de dos ejemplares de la misma moneda aunque diferente ensayador, no podía dejar pasar este ejemplar que se cruzó en mi camino en mi incesante búsqueda de objetivos:
4 Maravedíes a nombre de los Reyes CatólicosAunque no se aprecia bien, al pasar la moneda por la lupa, me inclino a pensar que la marca de ensayador corresponde a Pedro Becerril (Cabeza de toro)
Diámetro: 29,7mm
Peso: 6 grs
Ceca: Cuenca
Ensayador: Pedro Becerril (1525-1572)
Época de Acuñación: Carlos I (1516 a 1556) ó Felipe II (1566 a 1598)