Esta es otra de esas bonitas monedas que Portugal dedicó a sus navegantes y descubridores en las dos últimas décadas del pasado siglo.
En esta ocasión está dedicada a Afonso de Albuquerque.
Nació en 1453 en Alhandra, un pequeño municipio cerca de Lisboa. Tras algunas campañas en el Mediterraneo contra turcos y berberiscos, en 1503 se embarcó hacia la India, entablando las primeras relaciones con los cingaleses de Colombo.
En 1509 el rey Manuel I le envió como virrey de las Indias para sustituir a Francisco de Almeida, pero éste rehuso entregarle el mando y le recluyó en la fortaleza de Cananaor en la costa de Malabar. Tras ser liberado y ya como virrey, conquistó Goa (que convirtió en capital de las Indias Portugiuesas), Socotora, Ceylan y varias islas de Malaca.
En 1513 se adentra en el mar Rojo e inicia contactos con el negus de Abisinia. Y a partir de entonces se dedica más a la diplomacia, firmando varios tratados de paz con los sultanes de Malaca y promoviendo los matrimonios mixtos de portugueses con las nativas con el fin de crear una raza mestiza que consolidara la presencia portuguesa.
Murió el 16 de diciembre de 1515 en Goa y en 1566 sus restos fueron trasladados a Lisboa donde fueron sepultados en el convento de Gracia. Pero el terremoto de Lisboa de 1755 destruyó la iglesia y se perdió el rastro de su túmulo.
En 1995 se le dedicó esta moneda de 200 escudos que fue acuñada en cuproníquel por la
Imprensa Nacional-Casa da Moeda de Lisboa. Pesa 21,10 g y mide 36 mm. La tirada fue de 750.000 piezas.
En el anverso aparece la nao
Flor de la Mar que utilizó Afonso de Albuquerque en la conquista de Malaca.
En el reverso y junto a la figura del navegante, aparece la puerta de la fortaleza de Malaca llamada
A Famosa y que es uno de los restos europeos más antiguos de Asia oriental (1511).