Casi me la sé entoavía.
Peazo de poesía y peazo de barbaridades bárbaras.
Un jolgorio.
Mátente por las aradas,
que no en villas ni en poblado,
y sáquente el corazón
por el siniestro costado,
si no dijeres la verdad
de lo que te es preguntado:
si fuiste o consentiste
en la muerte de tu hermano.