Buenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
Otro bonito dracma de mi sha favorito que ha entrado en mi colección:
PAÍS: Imperio Persa (dinastía Sasánida).
REY: Cosroes II
VALOR: Dracma
AÑO: 36º de reinado C. (625/6 d C.)
DIAMETRO: 32 mm.
PESO: 4,19 gr.
METAL: Plata.
CECA: LYW (Rev-Ardashir en Khuzistan)
ANV.: busto del sha Cosroes II mirando a la dcha., con la corona alada, dentro de 2 orlas. Tiene varias leyendas, 2 a la izquierda: GDH: (gloria), APZWT (el que aumenta la riqueza) y en la dcha: HWSLWY (Cosroes).
REV.: dentro de 3 orlas, nos encontramos un altar del fuego, símbolo del zoroastrismo (religión oficial del imperio sasánida), con estrella a izq. Y creciente a la dcha., y a ambos lados dos guardianes barbados que flanquean dicho altar. La leyenda de la dcha. se refiere a la marca de ceca donde se acuñó dicha pieza (LYW) y a la izq. el número de año de reinado del sha (36) En el exterior en la posición de los puntos cardinales, creciente con estrella dentro.
En año 626 d C., el ejército persa se puso de nuevo en marcha, con el objetivo de localizar y destruir a las tropas de Heraclio, así como de conquistar la ciudad de Constantinopla. Con este fin, los persas habían entablado negociaciones con los ávaros. En el verano de 626 d C., la capital del Imperio de Oriente fue asediada por un imponente ejército de ávaros y eslavos. La ciudad pudo resistir, sin embargo, gracias a la flota, que evitó, además, que los persas pudieran trasladarse a la orilla europea. Los ávaros tuvieron que interrumpir el asedio, y el ejército persa, bajo el mando de Shahrabaraz, se retiró a comienzos de 627 de Calcedonia a Siria. El año anterior, Heraclio había ya conseguido vencer a un ejército persa que marchó contra él con la intención de destruirlo.
En Constantinopla se atribuyó la salvación de la ciudad a un milagro de la Virgen María. El punto culminante de la ofensiva persa había sido superado con éxito, y a partir de entonces los romanos tomaron completamente la iniciativa. Heraclio pudo todavía alegrarse de una nueva victoria; en Mesopotamia, su hermano Teodoro había logrado vencer a un ejército persa bajo el mando del general Shahin, lo que debió de irritar profundamente a Cosroes. Al parecer, en la corte persa existía una gran preocupación por el estado mental del Gran Rey, quien, a su vez, sentía una profunda desconfianza hacia sus generales. Esto explica, al menos en parte, por qué Shahrabaraz se mantuvo en lo sucesivo al margen de los combates y se dedicó a esperar el desarrollo de los acontecimientos.
El sitio de Constantinopla de 626 por parte de los ávaros, con ayuda de numerosas fuerzas aliadas eslavas, y los persas sasánidas, concluyó en una victoria estratégica de los bizantinos. El fracaso del asedio salvó al imperio del colapso, y combinado con otras victorias obtenidas por Heraclio el año anterior en 627, permitió a Bizancio recuperar territorios que le habían arrebatado los persas al principio de la guerra y acabar con las destructivas guerras romano-sasánidas al firmar un tratado de paz favorable a Bizancio con las fronteras de 590.
Antecedentes
En 602, Focas depuso a Mauricio, el en ese entonces emperador del Imperio bizantino, y estableció un reinado de terror e incompetencia, llevando al imperio a la anarquía. Esto, sumado a la mala administración religiosa y civil dejó al imperio en un estado deplorable cuando el rey sasánida Cosroes II atacó, usando el golpe de Estado como un pretexto para iniciar la guerra. La guerra comenzó bien para los persas, hasta que solo Anatolia se encontraba en manos de los romanos. Más adelante, Focas fue depuesto por el hijo del en ese entonces exarca de África, Heraclio. Heraclio, un general con poca experiencia pero mucha energía, rápidamente comenzó a corregir las dañinas políticas que había adoptado Focas durante su reinado. Aun así, pese a sus ofensivas en Mesopotamia (actualmente Irak), Heraclio no pudo evitar que las fuerzas persas asediaran la capital desde Calcedón. Desde el 14-15 de mayo de 626 estallaron disturbios en Constantinopla contra Juan Sismos porque pretendía cancelar las raciones de pan de los guardias imperiales y aumentar el precio del pan de 120 a 320 nummi. Aunque estas acciones se realizaron para conservar recursos, fue despedido. Aun así, la agitación en la ciudad continuó.
El sitio
Los persas llegaron a Calcedón antes de que Focas fuera depuesto, pero el asedio sólo se hizo claro una vez que los ávaros, aliados de los persas, comenzaron a mover equipo de asedio hacia las Murallas de Teodosio.
Afortunadamente para los defensores, la capital contaba con unos doce mil soldados, encuadrados en cuerpos de caballería —por lo general grupos bien armados de la caballería greco-romana de la época—. Además, dentro de la ciudad se encontraba el patriarca de Constantinopla, cuyos llamados al fanatismo religioso entre los campesinos de los alrededores de la capital fueron más efectivos por el hecho de que se enfrentaban a paganos. Gracias a estos factores, todos los asaltos de los atacantes fracasaron. Cuando las flotas persas y ávaras fueron hundidas en dos batallas diferentes, los atacantes entraron en pánico y abandonaron el sitio, aparentemente al creer que había una intervención divina a favor de Bizancio.
Consecuencias
La derrota de los persas llegó justo después de que se recibieran noticias de otra victoria bizantina, donde el hermano de Heraclio: Teodoro había vencido al general persa Shahin Vahmanzadegan. Seguidamente, Heraclio emprendió una nueva invasión de Mesopotamia y derrotó a otro ejército persa en Nínive. Luego marchó hacia Ctesifonte, donde la anarquía reinante le permitió obtener términos más favorables; el rey persa había sido depuesto y sustituido por otro. Finalmente los persas se vieron obligados a retirarse y devolver Egipto, el Levante y todos los territorios imperiales de Mesopotamia y Armenia que hubiesen estado bajo control romano en el momento del último trato de paz en 595. Una vez concluida la guerra, persas y bizantinos no se volverían a enfrentar en el campo de batalla hasta la invasión árabe-islámica del Levante.