Jorge II, Shilling. 1745. “LIMA”. Londres. Plata peruana. MBC-/MBC

Hola a tod@s, hoy voy a traer una monedilla de pequeño tamaño, pero que tienen una importantísima carga histórica a sus espaldas, siendo un  testigo directo de las rivalidades constantes entre España y el Reino Unido. Para ilustrar adecuadamente este hilo, tenemos esta monedilla de un “Shilling” acuñados en 1745 en la ceca de Londres y a nombre del monarca Jorge II. Es importante señalar que, para realizar tales acuñaciones, se empleó la plata que fue capturada a los españoles frente a las costas de América del Sur, procediendo ésta de Lima, razón por la cual se le grabó dicho nombre debajo del propio busto del soberano.

Datos de la pieza:
Territorio: Reino Unido
Unidad monetaria: Libra Esterlina (1158-1970)
Nominal: “One Shilling”/1 Chelín (Diseño acuñado entre 1743 y1758)
Año: 1745. Esta emisión en concreto, que incluye la palabra “LIMA” bajo el busto del anverso, se acuña durante los años 1745 y 1746.
Ceca: “The Royal Mint” (Londres)
Diámetro: 26 milímetros (aprox.)
Peso: 5,9 gr (aprox.)
Canto: Estriado oblicuo
Grosor: 1,1 mm
Forma: Redonda
Alineación: Moneda (180°)
Acuñación: Prensa de volante
Metal: Plata de 925 milésimas.
Estado de conservación: MBC-/MBC. En lo relativo al anverso, se aprecia cierto desgaste sobre el retrato del monarca, especialmente, en lo relativo a su expresión facial, además de la peluca y toga. Las leyendas están perfectamente marcadas y legibles, así como la palabra “LIMA”. Sin golpes y con leves marquitas sobre el campo y el propio busto. En el reverso, podemos leer la leyenda y la fecha perfectamente, con todos los detalles de los escudos bien marcados y definidos. Se aprecia poco desgaste en los detalles de la parte baja de los escudos en general. Sin golpes, o arañazos, pero también con pequeñas marquitas en el campo. Muy bonito tono oscurecido. Bella en mano.
Variantes: Existen fundamentalmente dos, puesto que tenemos las acuñaciones “regulares”, es decir, SIN la palabra “LIMA” y aquellas que se realizaron con la limitada plata ganada frente a los españoles, las cuales incluyen “LIMA” debajo del busto del monarca, en el anverso. No obstante y, para este año en concreto, también existe una sub-variante de la primera en la que no se incluye la palabra “LIMA”, pero sí que aparecen rosas entre los escudos del reverso.
Referencias bibliográficas: " KM# 583.2”, “Sp-3703”y “ESC-1724 (prev. 1205)”
Rareza: Por líneas generales, las acuñaciones realizadas con la plata limeña son bastante más raras ya que, aunque los británicos lo “vendieron” como una gran captura, realmente la cantidad de plata incautada era notablemente inferior.
Diseñadores: John Tanner (anverso) y Johann Ochs (reverso)
Reinado: Jorge II (1727 - 1760)
Dinastía: Casa de Hannover
Simbología:
Anv.: “GEORGIUS .II. DEI. GRATIA.” alrededor del busto con peluca y toga del monarca mirando hacia la izquierda, diseñado por John Tanner. Debajo del mismo, reza la palabra “LIMA” citando la procedencia de la plata incautada a los españoles y con la que acuñaron estas emisiones.
Rev.: “.M.B.F.ET H.REX.F D.B.ET.L.D.S.R.I.A T.ET.E. 17-45”  alrededor de una representación con cuatro escudos coronados que guardan las armas de Inglaterra, Francia, Irlanda (Hibernia), el Ducado de Brunswick y Luneburg (Hannover). En su centro, vemos un orbe radiante. El diseño es obra de Johann Ochs.
Información histórica: Vamos a situarnos en contexto de acuerdo a  los datos que disponemos en la actualidad sobre esta trepidante historia. Todo empieza en el año 1731, cuando un barco español que vigilaba las costas de Florida, apodado como “La Isabela” apresa el navío británico “Rebecca”, este último con Robert Jenkins al mando. De acuerdo a lo relatado por el propio Jenkins en su comparecencia ante la Cámara de los Comunes británica en el año 1738, el capitán del navío español. D. Juan de León Fandiño ató a Jenkins al mástil de su propio barco, desenvainó su espada y le cortó la oreja mientras le espetó “Ve y di a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”. D. Juan de León saqueó el barco británico y desarmó a toda su tripulación, para luego dejarlos marchar. Durante su comparecencia, Jenkins, irritado y con su oreja dentro de un frasco, aseguró que tal afirmación había sido, además, un insulto hacia el propio monarca británico. La Cámara, que estaba inmersa en una campaña política belicista por parte de la oposición contra el propio Gobierno, obligó a éste a exigir una compensación económica al Reino de España por tan injerencia, la cual valoró en unas 95.000 Libras de la época. Por supuesto, España respondió tajantemente con una negativa y entonces el Gobierno no tuvo más opción que ceder a la presión y declararle la guerra a España el 23 de Octubre de 1739. A esto se le llamó “la Guerra del Asiento” o “la Guerra de la Oreja”.
Con las espadas ya en alto, el famoso almirante Vernon lideró la respuesta británica en el Caribe, partiendo de lo que hoy es Jamaica el 1 de Julio de 1741 con destino a Santiago de Cuba para tratar de doblegarla. No obstante, España había previsto una posible acción sobre “la Perla del Caribe” y estableció un plan de defensa que impidió que Vernon izar la “Union Jack” en el lugar.
Los hombres de Vernon no se rendirían, poniendo rumbo hacia el este de la isla y desembarcaron en la Bahía de Guantánamo unos 3.400 soldados el 18 de Julio de ese mismo año. Todos ellos serían encabezados por tierra bajo el mando de Thomas Wentworth, después de reunir varios regimientos, entre ellos, los supervivientes del regimiento de Lawrence Washington, llegados desde Virginia.
Dado el fracaso anterior, los británicos tenían un nuevo plan sobre la mesa, el cual pretendía la construcción de una base naval que sirviera de apoyo a la Marina Real, al norte de la Bahía y que sería el nuevo enclave estratégico que les permitiría controlar Guantánamo en su totalidad, para luego tomar Santiago.
Así, Wentworth puso en marcha de inmediato el plan belicista, aproximándose a Guantánamo con sus hombres y con escasa resistencia por parte de la población local, pero no logró alcanzar su objetivo pues muchos de sus hombres enfermaron repentinamente, presa de algunas de las enfermedades tropicales propias de la zona y terminó por dar por perdida la campaña y retirarse del lugar. El propio Vernon lo reprendió por aquella vergonzosa decisión. Con todo ello, las tropas se acabaron retirando de la isla en el mes de noviembre, pero la poderosa Marina Real continuó con el bloqueo naval del puerto de Santiago hasta un mes más tarde, cuando el grueso de los barcos regresó a Port Royal (Jamaica), mientras que los pocos que se quedaron terminarían dirigiéndose al Paso de los Vientos (entre Cuba y La Española) para realizar labores de contrabando o de corso. Muy pocos barcos fueron destinados finalmente a labores de vigilancia de la Flota española a su paso por el puerto de La Habana.
No obstante, aquí debemos hacer un salto para trasladarnos ahora al frente marítimo del Pacífico, donde los británicos iban a obtener su pequeña victoria,  pues el 15 de abril de 1743, el galeón español “Nuestra Señora de Covadonga”,  había zarpado de Acapulco capitaneado por el general Jerónimo Montero y cargado con 1.313.843 “duros” (monedas de “8 Reales”)  y unas 35.682 onzas de oro procedentes del Perú. El “Covadonga” estaría armado únicamente con 5 cañones de “a 12 libras” y 8 cañones de “a 6 libras”. Desafortunadamente no esperaban encontrarse de lleno con una pequeña escuadra británica, dirigida por el Almirante George Anson, el cual navegaba a bordo de su buque insignia, el “Centurion”, de mayores dimensiones que el “Covadonga”.
Aunque las principales acciones bélicas de lo que conocemos como la “Guerra del Asiento” (1739-1748) se enmarcaron dentro del Caribe, como hemos visto unos párrafos más arriba, esta escaramuza  tuvo lugar en el mar de China Meridional. La llegada de la cuadrilla británica no había estado exenta de dificultades, encontrándose durante su travesía a barios navíos de guerra chinos que, conocedores de las noticias que llegaban a Asia relacionados con los barcos de la “Union Jack”,  consideraban a los barcos británicos y sus tripulaciones como burdos piratas.
Tras un año de travesía, la escuadra de Anson divisó a su primera y única presa, apoderándose del “Covadonga” y su carga, la cual llevaron de vuelta a Londres y el aparato propagandístico inglés haría el resto.
Pero para no dejar  tampoco la historia a la mitad, ahora que tenemos un marco temporal y unos frentes bélicos bien definidos, continuamos con el regreso de los británicos a Cuba en 1748, donde el contralmirante británico Charles Knowles entra en escena dejando el puerto de Jamaica para asestar un duro golpe a España, interceptando la Flota de Indias en su viaje, precisamente, desde Veracruz (México) hasta La Habana.
Tras varios viajes de reconocimiento por las cosas de la isla durante varios meses, sus barcos por fin localizan y se enfrentan con la temida Flota que venía de La Habana, capitaneada en ese momento por el general Andrés Reggio, el 1 de Octubre, en el Canal de Las Bahamas. Las acciones bélicas por ambos bandos se sucedieron durante horas, pero no arrojó un vencedor claro. La Flota española regresó a la seguridad de su puerto y Knowles, impaciente, puso rumbo hacia La Habana el 12 del mismo mes, topándose por casualidad con una pequeña escuadra española, formada por 6 barcos para no llamar excesivamente la atención y dirigidas nuevamente por el propio Reggio, además del general D. Benito Espínola. Aunque la superioridad británica era muy evidente en este nuevo enfrentamiento, sólo pudieron hundir un barco de los 6 que formaban el conjunto español y dañar lo suficiente a otro como para que la tripulación se viera obligada a incendiarlo. De esta forma, las cuatro naves españolas restantes lograron regresar nuevamente a La Habana y Knowles, arrogante, no concluyó que había errado varias veces en su estrategia y envió a Londres un informe detallado afirmando que él y sus hombres ya se disponían a capturar la Flota de Indias. Para su sorpresa, la respuesta que recibió fue una reprimenda de las propias autoridades, pues los gobiernos británico y español habían firmado la paz unos pocos días antes.
Cuestiones específicas: Dado que este conflicto bélico no supuso para el Reino Unido los beneficios que esperaban, así como el cumplimiento de sus objetivos militares y estratégicos, sino más bien un desgaste importante para ambas naciones, el mencionado aparato propagandístico inglés entró en escena. Los principales medios de comunicación del momento se hicieron eco de la “gran” hazaña de Anson, destacando la supuesta “humillación” infligida a España tras la captura y el saqueo de los caudales del “Covadonga”. Para darle más credibilidad a toda la historia, se necesitaba una “prueba física” que respaldara los hechos y que, a la vez, materializara esa supuesta humillación. Así, la ceca del Rey, la “Royal Mint” en Londres emplearía la valiosa carga incautada para acuñar monedas de oro y plata con el retrato del soberano, incluyendo la leyenda “LIMA” bajo el busto, siguiendo las instrucciones del Banco de Inglaterra, como conmemoración de tal hazaña.
La realidad, por supuesto, es que, aunque  el botín era reseñable, estaba muy lejos de ser significativo en términos comparativos con otras embarcaciones que traían metales nobles y otros objetos valiosos de regreso a la metrópoli española. Esto supuso que, fundamentalmente se acuñaran monedas en plata, dado que la cantidad de ésta era muy superior al oro, así como la amonedación de moneda fraccionaria durante los años de 1745 y 1746 con el objetivo de que el material incautado pareciera mucho mayor de lo que realmente sabemos que fue.

Fotos:





Espero que os guste!  
Saludos.

Interesante moneda y una historia peculiar, los "buenos" británicos arramblando todo lo que podían de los "malvados" españoles

Esclarecedora historia. La historia es la que es aunque se intente retorcer.

¡¡Interesantísima moneda!!

Buenos y malvados y la historia es la que es ...

El castigo para Jenkins fue por ser contrabandista y por romper un mercado que tenía la Corona de España de entonces para el cargamento "¿legal?" de esclavos entre otros asuntos: "Asiento de Negros" (de ahí también el nombre de la Guerra del Asiento) un monopolio truncado que valió una oreja como reprimenda. Entre la oreja y el inicio de la "Guerra" pasaron 8 años y es más, la tensión entre España e Inglaterra producto de esa oreja y su debate en el parlamento cesó al año siguiente. El salto entre oreja y Covadonga es de 14 años (y por tanto lejos de la oreja y de lleno en la Guerra) y el nombre que recibe esa guerra se la dieron los estudiosos ... 100 y pico años después de haber acabado, analistas que quisieron vincular ambos asuntos para explicar las ansias de neutralizar y desestabilizar conflictos internos en el propio gobierno inglés de entonces. La guerra llegó por otros motivos más decisivos que por la frase de un valeroso capitán y su espada. Y un detalle, el Covadonga no llevaba 13 cañones, llevaba 50 (el Centurión 60 - que efectivamente también era mayor en dimensiones)

Sobre la moneda en cuestión (creo que comenzó a acuñarse no antes del 44 con esa plata capturada en el Cabo del Espíritu Santo): ¡Que feo es el busto de ese "alemán"! (la moneda no tiene la culpa) y decir precioso a ese reverso, es decir poco.

Gracias por compartir tu esfuerzo y pieza.
Saludos

Hola a to@s, muchas gracias por comentar el hilo y me alegro que les haya parecido interesante este trocito de nuestra historia   Ciertamente, este tipo de monedas poseen ese "poder" especial, pues tienen una historia detrás que no muchas nos pueden contar y hacen que la investigación pertinente sea apasionante.

Ric escribió:

Y un detalle, el Covadonga no llevaba 13 cañones, llevaba 50 (el Centurión 60 - que efectivamente también era mayor en dimensiones)

Por lo que pude investigar en su momento, efectivamente, el "Covadonga" tenía capacidad para portar 50 cañones, pero lamentablemente en ese fatídico viaje únicamente portaba 13 cañones, como se ha señalado, 5 cañones "de 12 libras" y 8 cañones de "6 libras". No obstante y, en clara desventaja, el "Covadonga" presentó batalla.

Saludos.

Lo siento, Jorge, pero las monedas de "Lima" no tienen nada que ver con el almirante Lord Anson. Este error común apareció por primera vez en 1762 cuando Thomas Snelling lo publicó en su libro "Monedas de Gran Bretaña, Francia e Irlanda, &c.", sin prueba alguna, y este error continuó, y aún continúa, publicándose.

Cuando Anson regresó a Inglaterra, era oficial en activo en  un barco de guerra de la Royal Navy, o Armada Real. Esto significa que cualquier riqueza que el barco haya ganado en, o como resultado directo de, una batalla, era "Prize Money”, el sistema legal y tradicional para repartir proporcionalmente toda esta riqueza entre todos los miembros de la tripulación según baremos establecidos. Según el baremo, el almirante recibía una octava parte del total, el capitán el doble o dos octavos. Ni el Almirantazgo, ni el gobierno, ni el mismísimo tenía derecho a estas ganancias.
Sabemos que Anson capturó Nuestra Señora de Covadonga con 1,3 millones de reales a ocho, con valor en libras esterlinas de unas £300.000. También sabemos que Anson vendió NS de Covadonga en Macau, pero no sabemos el precio de venta - los hay que dicen 6000 dólares, otros 12.000. Luego procedió, por segunda vez, a la factoría de la inglesa East India Company en Canton.

Como almirante y capitán, Anson tenia derecho a tres octavos del prize Money de £312.000, o sea £117.000, una suma nada desdeñable en 1743. Como prueba,  puedo contar que más de 150 años después, mi abuelo paterno, siendo un joven de 30 años en 1913 cuando pidió la mano de su futura esposa, tuvo que explicarle a su futuro suegro que sus ingresos anuales eran de 500 libras, lo que le permitía tener su propia casa con sus sirvientes, su propio caballo y su propio yate. Mi bisabuelo estuvo de acuerdo en que esto era suficiente para hacer frente a los gastos adicionales de una esposa con sus necesidades y su doncella personal.

No hay pruebas, pero existe la posibilidad que Anson haya utilizado su parte de la plata capturada o procedente de la venta de NS de Covadonga para comprar productos chinos altamente deseables, como la porcelana, té, seda y especies etc para venderlos luego en Inglaterra con un beneficio sustancial.

La razón final, y probablemente la más importante, para descontar la plata de Anson como fuente de las monedas de Lima de Jorge II es que no hay absolutamente ningún motivo, obligación o razón para que Anson entregue su parte del Prize Money a la Ceca Real.

Entonces, si la plata (y algo de oro) no provino de la expedición alrededor del mundo de Lord Anson, ¿de dónde provino? La respuesta la da Peter Seaby de la empresa Numismática Seaby, y se refiere a una de las hazanas más exitosas de dos “Privateers” ingleses, a saber, el 'The Duke', de 20 cañones, Capitán John Morecock, y el 'Prince Frederick', de 28 cañones, comandado por el Capitán James Talbot.
Los “privateers” eran corsarios legales, barcos armados que pertenecían a particulares que actuaban bajo una comisión gubernamental que los autorizaba en tiempos de guerra a atacar y capturar barcos enemigos y a tomar prisioneros.
El 10 de julio de 1745, en el Atlántico Norte, The Duke y el Prínce Frederick interceptaron tres barcos que regresaban de Callao con oro y plata español. Dos de los barcos eran mercantes franceses, el Louis d'Erasme y el Marquise d'Antin de Saint Malo. El tercer barco se describe de diversas formas, ya sea como mercante francés Notre Dame de Delivrande o como una fragata española, Nuestra Señora...

La identidad del tercer barco está en duda ya que tan pronto como se hicieron los primeros disparos, se dio la vuelta y huyó. The Duke comenzó a perseguirlo, pero no pudo atraparlo, por lo que volvió a la lucha. Ambos barcos franceses fueron tomados y remolcados a Bristol ya que sus mástiles sufrieron graves daños.

Según la prensa de Bristol, el Louis Erasme llevaba:
Dólares,        1.277.726
Pistolas, valor en dólares, 221.229
Lingotes de oro, valor en dólares, 30.000
Plata labrada, valor en dólares ,       10.000

El Marquise d'Antin tenía:
Dólares, 1.387.589
Doblones, valor en dólares, 79.464
Lingotes de oro, valor en dólares, 2.000
Plata labrada, valor en dólares ,      1,000
Total en dólares (reales de a   3.009.008
El total en metálico era alrededor de £700.000, pero informes periodísticos contemporáneos indican que el valor total del Prize Money ascendió a £800.000, ya que según la prensa también había, entre otros productos valiosos, 800 toneladas de cacao, que en sí mismo debió valer mucho. También habían tomado varios dignatarios y oficiales como prisioneros, entre otros un marqués francés, un gobernador de Perú y varios frailes.
La revista, The Gentlemen's Magazine, del miércoles 16 de septiembre de 1745, informó que “los propietarios de los dos corsarios fueron recibidos por al rey y le ofrecieron 700.000 libras esterlinas, su parte del Prize Money, para que se emplearan de inmediato en el servicio de su majestad, que fue aceptado y el dinero debe ser reembolsado por el Parlamento”.

Los dos barcos, The Duke y Prince Frederick, no pertenecían a la Royal Navy, sino a particulares financiados por gente pudiente que ponía los fondos necesarios, así que las normas del reparto de las ganancias no eran aplicables en este caso.
La plata, después de haber sido transportada a la Ceca Real en 45 carros, fue objeto de una solicitud del Banco de Inglaterra al Parlamento. Puesto que las monedas españolas tenían la marca de la ceca de Lima, se pidió autorización para que la palabra LIMA se colocara debajo de la cabeza de Su Majestad el Rey, y William Chetwynd, el Mint Master o Jefe de Ceca, firmó un documento a tal efecto el 11 de diciembre de 1745. Este último documento fue descubierto en el año 1966 en los archivos de la Ceca Real.

En el mismo 1745, se acuñó una medalla conmemorativa de la hazaña, y el mejor pintor marino de su tiempo, Charles Brookling, pintó “The Capture of the Marquise d’Antin and the Louis Erasme”.


Ah... Por cierto, ¿Quién era la persona o personas que financiaban estos privateers? Era un sindicato con nombre de The Royal Family, la Familia Real, y ere propiedad del Rey Jorge II. Su inversión de sus propios fondos en estos corsarios le producía £700.000 en dinero extranjero. El rey dio sus ganancias personales a la ceca, y el Parlamento le devolvió la misma cantidad en monedas inglesas.

INSULARVM escribió:

Por lo que pude investigar en su momento, efectivamente, el "Covadonga" tenía capacidad para portar 50 cañones, pero lamentablemente en ese fatídico viaje únicamente portaba 13 cañones, como se ha señalado, 5 cañones "de 12 libras" y 8 cañones de "6 libras". No obstante y, en clara desventaja, el "Covadonga" presentó batalla.

Saludos.

¡Clara desventaja con 13 y con 50!, correcto, si bien me cuesta creer que con el citado cargamento que llevaba no fuese merecedor - oportuno y sensato - el ir cargado hasta los dientes. Presentó batalla porque tocaba eso, o rendirse.

Saludos