O sea, que no es que haya sido el primero en una carrera de 200 millones de participantes (de las pocas cosas que me hacían pensar que no soy un loser al 100%), si no que más bien es que he superado todos los procesos de preselección y demás cribas varias para ser finalmente elegido a dedo entre los últimos supervivientes. No sé por qué, pero esto de la fecundación ahora me recuerda al mundo laboral actual.