Hola a tod@s, hoy voy a presentar otra de esas monedas que tanto me gustan y que
proceden de otro pecio no tan conocido y que muy de vez en cuando aparecen en los mercados numismáticos internacionales. Se trata de
8 Reales acuñados en la ceca de
Lima a nombre del Rey
Carlos III en el año
1780 presentando una acuñación que escenifica la perfección técnica imperante bajo la dinastía de los Borbones en comparación con siglos anteriores. El pecio en cuestión es el “
Santa Leocadia”, naufragado frente a lo que hoy es
Ecuador con un importante cargamento de moneda limeña en
noviembre de 1800.
Datos de la pieza:Nominal: 8 Reales
Año: 1780
Ceca: Potosí (“LMAE” entrelazadas; en el reverso)
Metal: Plata de 903 milésimas
Peso: 24,8 gr (aprox.) frente a los teóricos 27,0374 gramos.
Diámetro: 40 milímetros (aprox.).
Canto: Cordoncillo (Patrón de rectángulos y círculos)
Forma: Redonda
Alineación: Medalla (0°)
Tipo de acuñación: Prensa a volante
Estado de conservación: “Shipwreck effect (G3/C)”. El anverso muestra la silueta del monarca con los elementos del busto parcialmente visibles, tales como los detalles de la vestimenta, la corona de laureles o la expresión facial. Las leyendas están parcialmente visibles, al igual que la fecha, también legibles totalmente los dos últimos dígitos, pero parcialmente los dos primeros. Sobre la cara y el campo se aprecian marcas de corrosión marina, así como cierto deterioro en los bordes de la pieza por la acción del agua salada. En la parte superior se aprecia un arañazo desde la corona de laurel hasta la gráfila de la moneda. En lo relativo al reverso, se evidencia una mejor conservación, mostrando el escudo totalmente visible con su iconografía bien marcada, al igual que las leyendas, que sí se aprecian en su totalidad. Sobre las columnas, el “PLUS” y el “ULTRA” se aprecian de forma parcial. Marcas de corrosión marina uniformes en toda la cara, así como cierto deterioro adicional en algunas zonas de los bordes. La pieza cuenta con su correspondiente “COA”.
Variantes: Para este año y ceca en concreto, se acuñaron dos variantes cambiando las siglas de los ensayadores, “M.J.” para la primera y “M.I.” para la segunda. Este ejemplar, se encuentra dentro de la primera variante.
Referencias bibliográficas: “KM
#78”
Rareza: Rara. Ya no tanto por el numeral en sí o la ceca (algo menos común respecto a otras en el Nuevo Mundo) o por el estado de conservación, este último afectado por la corrosión marina. Sino que procede de un pecio poco común y cuyas monedas rescatadas salen a los mercados muy de forma ocasional. También es importante señalar que la mayoría de piezas incorporan el busto de Carlos IV y están fechadas durante el año del naufragio, 1800, siendo este un ejemplar con el busto de su predecesor y la ceca correcta, Lima.
Pecio: “Santa Leocadia”. Un barco de bandera española que partió de Callao (actual Perú) rumbo a lo que hoy es Panamá como parte de un Convoy para trasladar caudales y otros bienes. En el caso de este barco en concreto, llevaba aproximadamente 1.250.000 pesos acuñados en la ceca de Lima entre monedas de plata y oro. Sin embargo, en noviembre de 1800 encalló en un banco de arena y se fue a pique sin remedio, favoreciendo una rápida operación de rescate por parte de las autoridades españolas que rescataron gran parte de la totalidad de lo embarcado.
Ensayadores: Manuel Iglesia Abarca y José Rodríguez Carasa (Siglas "M.J.")
Reinado: Carlos III “El Político” (1759-1788)
Dinastía: Casa de Borbón
Leyendas:Anv.: “
.CAROLUS. III. DEI. GRATIA. 1780.” alrededor del busto armado y con corona de laureles del monarca mirando hacia la derecha. Corrosión marina sobre el busto y el campo. En la parte superior se aprecia un arañazo desde la corona de laurel hasta la gráfila de la moneda.
Rev.: “
.HISPAN. ET. IND. REX. LMAE. 8R. M.J.” alrededor del escudo coronado con las armas de Castilla y León, el escusón que guarda las 3 flores de Lis en el centro y, en la base del escudo, una granada en referencia a tal reino. A ambos lados, las columnas de Hércules con las leyendas “
PLUS” y “
ULTRA”. Marcas de corrosión marina uniformes en toda la superficie, así como cierto deterioro adicional en algunas zonas de los bordes.
Observaciones: La moneda en cuestión presenta las oxidaciones propias de una moneda que ha permanecido cerca de 190 años bajo el mar, pero que claramente mantiene la mayoría de los detalles que la hacen característica y es un fiel testigo de la historia tanto española, como americana, siendo imprescindible contar su relato para el enriquecimiento cultural a ambos lados del Atlántico.
El Santa Leocadia: Se trataba de un barco de bandera española, armado con 34 cañones y con el Capitán Antonio Barreda a los mandos, que tenía encomendada la misión de transportar en sus bodegas un importantísimo cargamento amonedado en oro y plata hasta lo que hoy es Panamá. Dadas las condiciones de la época y, para aumentar su protección, el “Santa Leocadia” se integraría en un convoy mayor, configurado como “mercante” y saldría del puerto de Callao (actual Perú) el 7 de noviembre del año 1800 rumbo a su destino, su última travesía...
Todo parecía transcurrir con normalidad, hasta la tarde del 16 de noviembre cuando, en torno a las 20:30h, el oficial que pilotaba la embarcación, D. Gaspar de Bejarano no se percató de la proximidad de la nave a un banco de arena y terminó encallando en el mismo, próximo a Punta Santa Elena (actual Ecuador). Poco se podía hacer pues las corrientes de la zona, de sobra conocidas por el naufragio de otro emblemático barco español cerca de aquel enclave, el “Santa María de la Consolación”, en 1681. La nave, terminaría partiéndose por la mitad y sucumbieron unas 140 personas en el desastre, además del propio cargamento y bienes de contrabando.
El cargamento: El envío principal consistía en, aproximadamente, 1.250.000 pesos de oro y plata, acuñados todos ellos en la ceca de Lima y de tipo “retrato”, es decir, con la imagen del soberano hispánico en el anverso. Sin embargo, en todos estos barcos viajaba una cantidad de objetos significativos y caudales sin declarar que, muchas veces se escondían los sitios más insospechados, como el interior del tubo de los propios cañones. Esta carga muchas veces rivalizaba con el propio manifiesto oficial.
Primer rescate: Las noticias de la terrible pérdida pronto llegaron hasta los oídos de las autoridades españolas cercanas que organizaron de forma inmediata una operación de rescate durante el siguiente año, desde el mes de enero de 1801, para tratar de recuperar todo lo posible. Durante los tres meses que se estimó, duraron estos trabajos, se logró rescatar en torno al 90% de la carga monetaria del barco. No obstante, el mal tiempo y olas de más de 10 metros, favorecieron que durante el mes de abril el casco y los restos del barco se deterioraran aún más, esparciéndose por un área aún mayor y dificultando enormemente la continuidad de la búsqueda. Con ello, se puso fin al rescate de forma oficial, con un balance de unos 940.000 pesos rescatados, pero no pudieron localizarse la mayoría de objetos adicionales de valor ni la mitad de la artillería que iba a bordo del “Santa Leocadia”.
Los acontecimientos también llegaron a oídos de personas de pocos escrúpulos y dudosa reputación, lo que supuso pequeñas incursiones en los ya muy dispersos restos por parte de piratas, contrabandistas, comerciantes y población local, donde se estima que también lograron hacerse con su trozo de pastel. Sin embargo, algo más de 260.000 pesos aún estaban sin aparecer.
La búsqueda moderna: Durante el último cuarto del siglo XX, el coleccionista y buscador de tesoros Carl Fismer, investigó sobre el naufragio del “Santa Leocadia”, quedando fascinado por sus riquezas y se propondría encontrarlo al fin.
Armado con la localización de los restos, extraídos de los documentos de época que aún se conservan en la actualidad, solicitó formalmente un permiso a las autoridades de Ecuador para iniciar los trabajos y explotar el yacimiento. Sin embargo, tuvo que esperar hasta la resolución definitiva, que no llegaría hasta la década de 1980. Al acceder al lugar con maquinaria moderna y el mar favorable empezó a rescatar un número significativo de mondas de “8 Reales”, todas ellas procedentes de la ceca de Lima y de tipo “retrato”. Sin duda, no se había equivocado al emprender esta empresa y sería todo un éxito.
Un cementerio de barcos: Tras los trabajos iniciales de Carl Fismer, la empresa de salvamento “Robcar S.A.” y otros posteriormente recogerían su testigo durante las décadas siguientes para continuar con el rescate, investigar los objetos y cartografiar el lugar. Aquí es donde empezó un interesante rompecabezas pues, normalmente, las monedas que suele llevar cualquiera de estos barcos tienen una fecha cercana al año del naufragio, con una horquilla temporal de 35 ó 40 años hacia detrás, sin embargo, del lugar se rescataron, de forma minoritaria, monedas de hasta 120 años antes de los acontecimientos del “Santa Leocadia”, además de varias anclas que claramente fueron datadas en dos periodos distintos. Esto ha hecho pensar a los investigadores que, muy posiblemente, varios barcos naufragaron en el mismo punto y los restos del “Santa Leocadia”, una vez esparcidos por el fondo debido al oleaje propio de la zona, pudieran mezclarse con los restos de otro pecio anterior.
Trabajos en el siglo XXI: A modo d ejemplo y, en la línea de lo argumentado en el párrafo previo, se sabe que en 2001 una nueva campaña sacó a la luz un numeral variado y de menor denominación a los “8 Reales”, de tipo “macuquino” y acuñado en la ceca de Potosí. Algunas voces se apresuraron a decir que, muy probablemente, se trataban de monedas de algún pasajero, una posesión “privada” de alguien que nada tenía que ver con el envío de monedas limeñas que se mencionaban en el manifiesto oficial del barco. Sin embargo, ¿esto es realmente así o se trata de monedas de otro pecio hundido en la zona como argumentan otros investigadores? Sólo el tiempo podrá darnos una respuesta más acertada a este punto.
Algunos rescatadores estiman que las monedas extraídas del “Santa Leocadia”, no llegan a las 4.000 piezas, por lo que aún queda “mucho” que rescatar de los fondos marinos.
Fotos:Espero que os guste!
Saludos.