El simbolismo de la serpiente es muy variado: puede representar las fuerzas de la tierra, de ahí que aparezca ocasionalmente al lado de Ceres; puede simbolizar la salud, y por ello también se encuentra al lado de divinidades sanadoras como Salus y Esculapio, que entre sus atributos tiene un bastón con una serpiente enrollada (como el caduceo de Mercurio). Las serpientes representan también a los genios domésticos, los Lares.
La serpiente también denota el bienestar del estado, sobre monedas mostrando Asklepios, Hygeia y Salus. Asimismo, era uno de los animales consagrados a Apolo en alusión a sus funciones como dios de la profecía. Igualmente, la serpiente fue en tiempos antiguos un símbolo para la curación y la vida eterna por su desprendimiento de la piel.
La serpiente suele aparecer enrollada en una columna o pilar (señal de que se le rinde culto), levantando la cabeza mientras es alimentada.
En algunas monedas se recuerda el origen del monetario, Lanuvio, ciudad en la que abundaban las serpientes (especie protegida que llegaban a criar en las propias casas) y en la que se adoraba a Juno Sospita (diosa llamada también Lanuviana). El reverso hace alusión a una leyenda de Lanuvium que estaba bajo la protección de una enorme serpiente o dragón y que era alimentada anualmente con una ofrenda de jóvenes vírgenes, hasta que una de ella llevando alimentos se los ofreció al animal librándose así de servir de alimento al mítico dragón.
Muy común en cistóforos, llamados así porque llevaban en el anverso la cista mística, propia del culto a Dioniso, de la que escapaba una serpiente. Estas monedas, cuyas emisiones llegan hasta bien avanzada la época imperial romana, dejan de emitirse con el tipo de la serpiente cuando parece perderse el significado religioso y simbólico de este animal dentro de las religiones paganas.
A partir del siglo IV d.C., debido a la conversión oficial del Imperio Romano al cristianismo, la serpiente será considerada como «el enemigo» de la religión junto a otro animal que a veces se encuentra unida: el león. El simbolismo del león y la serpiente aparece por primera vez en las monedas romanas en los sólidos acuñados por los emperadores de Occidente, Honorio, Valentiniano III y Petronio Máximo, aunque la serpiente aparece sólo en los de Valentiniano III. Pero a partir este siglo, los emperadores cambiaron la simbología, representando a sus enemigos, además de por el citado león, por la serpiente con cabeza humana, animales que forman parte de la simbología cristiana de origen necesariamente bíblico, en la que estos animales representan a los enemigos de Dios y del pueblo de Dios.
Aparecen tirando del carro Triptolemo y Ceres, simbolizando el renacimiento y la fertilidad de la tierra.
Ceres en una biga tirada por serpientes, llevando una antorcha. Denario de Caius Vibius Pansa Caetronianus (Familia Vibia). Roma 48 a.C.
Salus sedente portando pátera y alimentando a una serpiente enroscada en altar. Denario de Faustina. Roma 161-175 d.C.
Esculapio estante portando bastón con serpiente enroscada. Denario de Clodio Albino. Roma 193 d.C.
Vara de Asclepio, serpiente alrededor de un bastón. Pequeño bronce de Manius Acilius (Familia monetaria Acilia).
Muchacha dando de comer a serpiente. Denario del Pretor Lucius Roscius Fabatus (Familia Roscia). Roma 64 a.C.
Busto de Octavia sobre cista mística, alrededor de la cual hay dos serpientes entrelazadas. Cistóforo de Marco Antonio, 39 a.C.
upload pictureLábaro, encima cristograma, debajo serpiente. AE de Constantino. Constantinopla 337 d.C.
Valentiniano III estante de frente, con el pie sobre serpiente con cara humana, portando cruz y Victoria sobre globo. Sólido de Valentiniano III. Ravena 426-455 d.C.