Buenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
Otro radiado de mi colección:
PAÍS: Imperio Romano
EMPERADOR: Caro
VALOR: Aureliano
AÑO: Enero – Marzo de 283 d C.
DIAMETRO: 22 mm.
PESO: 4,05 gr.
METAL: Bronce plateado (5% plata)
CECA: 4ª emisión de Lyon 1ª oficina
REFERENCIA: RIC 24 Cohen 99
RAREZA: C (Común)
ANV.: Busto radiado con coraza mirando a dcha, del emperador Caro. Alrededor leyenda: IMP C M AVR CARVS AVG.
REV.: Victoria sobre globo con palma y corona mirando a la izq. Cautivos a los lados del globo. A en el campo izquierdo (marca de oficina). Alrededor leyenda: VICTORIA AVGG.
El reverso hace alusión a la victoria sobre los persas sasánidas. Después de derrotar a los sármatas y a los cuados, Caro, junto con Numeriano, pasó por Tracia y las provincias de Asia Menor y llegó a la frontera romano-persa. La ceca de Cícico marcó el paso del emperador y de su hijo por Oriente al acuñar monedas con la inscripción «adventus» (en español: «llegada»). Mientras estaban en campaña en Asia, Caro designó a su hijo Carino para mantener el orden en las provincias occidentales, especialmente en la Galia. Según Flavio Vopisco, Caro mostró pesar debido a que había enviado a Carino a gobernar Galia, en lugar de confiar en el joven Numeriano aquel mando, que exigía mucha firmeza. Caro anunció que el objetivo principal de su reinado era aplastar al Imperio sasánida y devolver Mesopotamia al dominio romano. La campaña persa había sido planeada bajo Aureliano, quien no tuvo tiempo de llevarla a cabo porque fue asesinado durante su travesía hacia el este. Probo, por su parte, también deseaba recuperar las tierras perdidas, pero tampoco tenía tiempo para hacer realidad ese plan, por lo que, en consecuencia, Caro fue el único capaz de realizar esa campaña contra los persas. Las operaciones se vieron favorecidas por los disturbios internos del estado persa durante el reinado de Bahram II, que estaban encabezados por Hormazd, su propio hermano, quien se rebeló contra él e intentó crear un estado independiente en la parte oriental del Irán sasánida.
Al enterarse de los planes romanos, los persas se alarmaron por lo que decidieron retrasarlos con largas negociaciones. Existe una historia asociada a este evento que dice que los embajadores persas llegaron al campamento romano al atardecer mientras estos estaban cenando. Los persas expresaron su deseo de asistir a la cena del emperador romano, a quien vieron vestido como todos los soldados cenando una sopa de guisantes triturados con trozos de carne de cerdo salada mientras estaba sentando en la hierba con su capa de color púrpura a su lado, la cual indicaba su alta posición. Este último no se movió al ver a los embajadores, y procedió a llamarlos y a contarles que si su rey no satisfacía todas sus demandas, sus pastos y campos quedarían más desnudos que su cabeza, y tras decirlo, procedió a mostrar su calva. Una vez acabada la charla, agregó que si tenían hambre, podían cenar con él, y si no, que inmediatamente abandonaran el campamento romano y regresan con su rey.
La campaña contra los persas fue un gran éxito. Según la mención del escritor galorromano del siglo V Sidonio Apolinar, el ejército romano al mando de Caro y Numeriano invadió Persia a través de Armenia. Después, continuaron a través del curso del río Tigris, sin encontrar resistencia en su camino, ya que el rey persa Bahram II, distraído por los disturbios internos, no tuvo la oportunidad de enviar tropas para la defensa contra los romanos. El emperador llegó a la capital persa, Ctesifonte, la capturó y cruzó a la otra orilla del Tigris e invadió la ciudad gemela de Seleucia. Después de estos triunfos, Caro y sus hijos recibieron el apelativo honorífico de «Pérsico Máximo». Estos avances compensaron en cierta medida las derrotas de los romanos del pasado y, en consecuencia, el emperador decidió aprovechar su éxito y continuar la campaña, por lo que optó por penetrar profundamente en el territorio persa y, al parecer, su prefecto del pretorio Arrio Apro apoyó este plan.
Legado
El reinado de Caro duró poco menos de un año, concretamente, según el Cronógrafo del 354, 10 meses y 5 días. Su victoria en Oriente fue importante tanto desde el punto de vista político, ya que permitió a Diocleciano concluir un acuerdo de paz en 288, cuyos términos se desconocen, como desde el punto de vista cultural.
El poeta africano Nemesiano dedicó parte de su obra «Cynegetica» (sobre la caza) celebrando la victoria de Caro y Numeriano e incluso habló sobre el regreso triunfal de los emperadores a Roma, que nunca tuvo lugar. Esta victoria tuvo gran repercusión en el siglo V cuando el poeta y escritor Sidonio Apolinar se dirigió a la Concepción de Narbona, y les recordó las victorias de sus conciudadanos, y Sinesio de Cirene mencionó a Caro en su obra «Acerca de la realeza».
Por su parte, la Historia Augusta considera a Caro «un hombre mediocre, que, por decirlo así, debería atribuirse más bien a los buenos que a los malos soberanos», y en otro lugar lo llama «un buen soberano».