Hebilla romana

Hoooolaaaa compañeros, pongo una hebilla, es de bronce y doy por hecho que es romana(?), está completa y mide 5 cm.
A ver si me podeis decir algo más sobre ella.
Saludos
Gracias.

Yo diría que es medieval.

Eso me pasa a por dar por hecho algo en estos temas, .
Granada. Un saludo

No sé, esperemos a ver qué dicen otros compañeros.

Romana, concretamente de finales del siglo III y la primera mitad del IV d.C. Véanse unos ejemplares similares


Saludos

En concreto, el tipo de hebilla que se usaba para abrochar el BALTEVS, el cinturón militar romano. Véase:

Pues me equivoqué

Granada, errar es de humanos!!! Estoy muy agradecida por tu aportación, siempre valiosa.
La verdad es que yo también tenía dudas, pero PECULIUM, nos ha aclarado el asunto.
Así que para abrochar el BALTEUS.. Que interesante. PECULIUM.
PECULIUM y GRANADA

Siempre he dado un valor especial a estos pequeños objetos cuyo valor crematístico es insignificante y se amontonan en los sótanos de los museos. Pero contienen algo más que su valor en metal: fueron propiedad de una persona, en este caso un legionario romano de rango indeterminado ya que el BALTEVS era el mismo para todos. Cuando he tenido objetos de este tipo en la mano me han invadido todo tipo de emociones. ¿Quién sería su dueño? ¿Dónde perdió la hebilla o lo que fuese? ¿Quién sería su familia? ¿Qué y quiénes dejó tras de sí? ¿Murió en combate, de viejo o de una simple caries en plena juventud? Obviamente, jamás podríamos saberlo, pero la imaginación vuela y da forma a mil situaciones que, en cierto modo, recuperan de las sombras el recuerdo de alguien que nos precedió en el tiempo.

De las tropocientas baratijas que he hallado a lo largo del tiempo, las dos que he valorado más son un trozo de vasija y otro de una TEGVLA. Dos restos totalmente irrelevantes salvo por dos detalles que me impresionaron cuando, tras quitarles la tierra y la mugre, los descubrí. El fragmento de cerámica tenía impresa la huella digital del alfarero o alguno de sus ayudantes que la manipuló cuando aún estaba fresca antes de hornearla. Era la marca personal de una persona que había tocado la vasija hace siglos. En la TEGVLA descubrí algo similar, la huella de un perro pequeño que la pisó cuando, alineadas en el patio del alfar, eran puestas a secar antes de cocerlas.

El tiempo acaba convirtiéndonos en sombras al cabo de medio siglo o poco más, cuando ni siquiera nuestros bisnietos recuerdan nuestros nombres. Sin embargo, siempre puede quedar algo nuestro que, aunque sea de forma anónima, nos "resucite" al cabo de los siglos. Algo que contiene parte de nuestra esencia. Esas cosas me dan que pensar.

PECULIUM escribió:

MEDITACIÓN SABATINA APROVECHANDO QUE NO TENGO NADA MEJOR QUE HACER

Siempre he dado un valor especial a estos pequeños objetos cuyo valor crematístico es insignificante y se amontonan en los sótanos de los museos. Pero contienen algo más que su valor en metal: fueron propiedad de una persona, en este caso un legionario romano de rango indeterminado ya que el BALTEVS era el mismo para todos. Cuando he tenido objetos de este tipo en la mano me han invadido todo tipo de emociones. ¿Quién sería su dueño? ¿Dónde perdió la hebilla o lo que fuese? ¿Quién sería su familia? ¿Qué y quiénes dejó tras de sí? ¿Murió en combate, de viejo o de una simple caries en plena juventud? Obviamente, jamás podríamos saberlo, pero la imaginación vuela y da forma a mil situaciones que, en cierto modo, recuperan de las sombras el recuerdo de alguien que nos precedió en el tiempo.

De las tropocientas baratijas que he hallado a lo largo del tiempo, las dos que he valorado más son un trozo de vasija y otro de una TEGVLA. Dos restos totalmente irrelevantes salvo por dos detalles que me impresionaron cuando, tras quitarles la tierra y la mugre, los descubrí. El fragmento de cerámica tenía impresa la huella digital del alfarero o alguno de sus ayudantes que la manipuló cuando aún estaba fresca antes de hornearla. Era la marca personal de una persona que había tocado la vasija hace siglos. En la TEGVLA descubrí algo similar, la huella de un perro pequeño que la pisó cuando, alineadas en el patio del alfar, eran puestas a secar antes de cocerlas.

El tiempo acaba convirtiéndonos en sombras al cabo de medio siglo o poco más, cuando ni siquiera nuestros bisnietos recuerdan nuestros nombres. Sin embargo, siempre puede quedar algo nuestro que, aunque sea de forma anónima, nos "resucite" al cabo de los siglos. Algo que contiene parte de nuestra esencia. Esas cosas me dan que pensar.

FIN DE LA MEDITACIÓN

Esas mismas sensaciones son las que tengo con las monedas, para mí tienen vida e historia propias, además de la que conllevan sus imágenes y leyendas impresas. Por eso no me gusta que desprecien una moneda por más que digan que es chatarra.

Salud.

Os entiendo perfectamente, siento lo mismo por ciertos objetos, te trasladan, hacen que tu imaginación vuele.... y no es necesario que sean
ni importantes, ni raros, ni caros.Es una sensación maravilloso y extraña.
Comentaros que yo le tengo un aprecio especial a un botón () romano de obsidiana y también he de decirte PECULIUM que....¡¡ también tengo un trozo de cerámica con la huella del alfarero!!!

.
Saludos Granada y PECULIUM

Granada escribió:

Esas mismas sensaciones son las que tengo con las monedas, para mí tienen vida e historia propias, además de la que conllevan sus imágenes y leyendas impresas. Por eso no me gusta que desprecien una moneda por más que digan que es chatarra.

Salud.

Las monedas son objetos más impersonales ya que a lo largo del tiempo pasan por mil manos. Naturalmente, considerarlas chatarras aunque sean modestos ases es algo infamante. Con ellos, mucha gente pudo comprarse el sustento diario, pagó una túnica o unas sandalias o mil cosas más. Pero los objetos personales creo que conservan parte de la esencia de sus dueños. Un conocido mío que era un pitero contumaz me enseñaba a veces cosas a las que no daba valor porque ese solo buscaba metal del que vale dinero. El resto lo metía en una lata de carne de membrillo o lo regalaba sin más.

Una vez, aprovechando que lo acompañaba en una de sus batidas, dio con un anillo y un arete, ambos de bronce. O sea, carecían totalmente de valor para él y me los regaló. Ya puede imaginar lo que sentí cuando depositó en mi mano aquellas dos baratijas. El anillo apenas me entraba en la primera falange del dedo meñique, así que la mujer que lo poseyó debió tener una mano pequeña, de dedos finos. Había estado adornado con una piedra de forma ovalada que ya había desaparecido. De inmediato se apelotonaron en mi cabeza mil sensaciones y me preguntaba quién sería, cómo lo perdió, quién se lo regalaría, etc. El arete, que por la proximidad de ambos hallazgos podría haber sido de la misma persona, conservaba un pequeño gancho para colgarlo de la oreja. ¿Quién pierde dos joyas, aunque fuesen de escaso valor? ¿Mataron a los dueños del asentamiento para robarles? ¿Simplemente los perdió y se hartó de buscarlos para que un fulano con una máquina rarísima diera con ellos 18 o 20 siglos más tarde? En honor a la verdad, me produce una sensación de tristeza pensar que alguien perdió algo que estimaba mucho y lo encontró un desconocido cientos de años después.

En fin, como digo, me invaden sensaciones bastante intensas con esas cosas

hu-ro-mano escribió:

Comentaros que yo le tengo un aprecio especial a un botón () romano de obsidiana y también he de decirte PECULIUM que....¡¡ también tengo un trozo de cerámica con la huella del alfarero!!!

Guárdelo como Yahvé guardó al pueblo de Israel de la ira del faraón. En ese trozo de cerámica habita parte del alma del alfarero

Si señor!!! Y se siente!!