Hola a tod@s, hoy voy a presentar otra de esas monedas que tanto me gustan y que proceden de otro
pecio desconocido en la costa sur de nuestro país y del que nunca se llegó a hacer una investigación formal por las circunstancias de la época. La gente del lugar, en
1904, lo asoció con la carga del “
Burla Negra” y su famoso capitán,
Benito de Soto, pero en esta ficha veremos
el porqué no creo que sea así. Se trata de
8 Reales acuñados en la ceca de
México a nombre del Rey
Fernando VI en el año
1754 presentando una acuñación que escenifica la perfección técnica que imperaría bajo la dinastía de los Borbones en comparación con siglos anteriores.
Datos de la pieza:Nominal: 8 Reales
Año: 1754
Ceca: México (“Mº”; en el reverso)
Metal: Plata de 917 milésimas
Peso: 26,6 gr (frente a los teóricos 27,07 gramos aprox.)
Diámetro: 39 milímetros (aprox.).
Canto: Cordoncillo (Patrón de rectángulos y círculos)
Forma: Redonda
Tipo de acuñación: Prensa a volante
Ensayadores: Siglas “MF”. Correspondientes a D Manuel de León y D. Francisco de la Peña.
Estado de conservación: “Shipwreck effect (G2/B)”. En el caso de esta pieza, presenta un deterioro homogéneo y limitado en ambas caras. El anverso, muestra el escudo coronado con las armas de Castilla, León y Granada, con el escusón borbónico en su centro, todo ello parcialmente visible. Las leyendas están completas y son legibles en su totalidad, al igual que las iniciales de los ensayadores y el valor nominal. Signos de corrosión evidentes sobre el ordinal del monarca, pegado al borde, y sobre las siglas de los ensayadores, en ambos casos localizadas en la mitad izquierda de la moneda. A nivel del reverso, también son visibles parte de las leyendas, así como la marca de la ceca (ambos lados) y la fecha perfectamente identificable. Se evidencian corrosiones marinas salteadas, fundamentalmente en la mitad derecha de la pieza y próximas al borde. Muy buen ejemplar, con un impacto limitado de la corrosión y muy buen peso.
Referencias bibliográficas: “KM# 104”
Rareza: Rara. No tanto por la ceca en sí o por el estado de conservación, este último realmente bueno para haber estado expuesto al efecto del agua salada. Si no por lo desconocido del naufragio, que ya lleva varios años dejando volar nuestra imaginación y aumentando el folclore en la costa gaditana desde su descubrimiento accidental en 1902.
Pecio: “Duros de Cádiz”. Descubiertos de forma accidental en la playa de La Victoria (Cádiz) por un grupo de trabajadores de la zona y que desataron una auténtica fiebre en su época. Muchos lo relacionaron con parte de la carga del “Burla Negra”. Lo cierto es que hasta hoy se desconoce la identidad del barco que los transportaba o si fueron desembarcados y enterrados allí deliberadamente.
Reinado: Fernando VI “El Prudente” (1746-1759)
Dinastía: Casa de Borbón
Leyendas:Anv.: “
+ FERDND • VI •D • G • HISPAN • ET• IND • REX •” alrededor del escudo coronado con las armas de Castilla y León, el escusón que guarda las 3 flores de Lis en el centro y, en la base del escudo, una granada en referencia a tal reino. A la izquierda del mismo, “
.MF+” en alusión a los ensayadores y, a la derecha, “
+8+” relativo a su valor nominal. Signos de corrosión marina sobre el ordinal del monarca, pegado al borde, y sobre las siglas de los ensayadores, en ambos casos localizadas en la mitad izquierda de la moneda.
Rev.: “
+VTRAQUE VNUM + Mº + 1754 + Mº +” alrededor de una representación de las emblemáticas columnas de Hércules con coronas reales, envueltas en una cinta con el lema “
PLUS” y “
VLTRA” y con el océano a sus pies. En el centro de ambas, los dos mundos coronados, mostrando el mapa del “viejo” y el “nuevo” continente. Se evidencian corrosiones marinas salteadas, fundamentalmente en la mitad derecha de la pieza y próximas al borde.
Observaciones: Esta moneda en cuestión presenta las oxidaciones propias de una moneda que ha tenido contacto con el agua salada, pero no de una forma tan continuada como las piezas que proceden de un naufragio y llevan varios siglos sumergidas. A pesar de esto, muestra unos detalles bellísimos, por lo que esta moneda en cuestión es un fiel testigo de la historia española durante el siglo XVIII y de los territorios del “Nuevo Mundo”. Con todo ello y, dado que permanecen visibles todos los elementos significativos de esta moneda (escudo, fecha, ceca o ensayador), con las leyendas disponibles a pesar al daño por oxidaciones marinas, estimo que presenta un “grado 2 o B” como ya he mencionado, en lo referente al estado de conservación. Volviendo a destacar la belleza del reverso.
Información del naufragio: Si nos ceñimos estrictamente a los datos de los que se disponen, estamos ante un pecio desconocido, debido a las circunstancias que supusieron el descubrimiento fortuito de las monedas. De esta forma, nos tenemos que remontar al 2 de junio de del año 1904, cuando un pequeño grupo de trabajadores de la almadraba se encontraba en la playa de La Victoria (Cádiz) enterrando los desperdicios y residuos derivados de su actividad pesquera. El día transcurría con absoluta normalidad hasta que uno de ellos, apodado como el “Malos pelos” tropezó con algo entre la arena. Lleno de curiosidad, extendió su mano y pronto se encontró con varios objetos circulares de gran tamaño que parecían monedas, eso sí, de otra época, una donde gozábamos de mayor esplendor. Atónito y tratando de contener la emoción por su hallazgo en una época de serias penurias económicas, sobre todo, tras el “Desastre del 98”, sus compañeros se percataron de algo extraño al verlo meterse algo en los bolsillos. Rápidamente se apresuraron a excavar en la arena, apareciendo grandes cantidades de monedas, mientras ellos trataban de coger todas las que podían. Se trataban de piezas de 8 Reales de tipo “columnario”, acuñadas en la ceca de México a nombre del monarca Fernando VI. Es importante señalar, en el plano numismático, que el conjunto estaba constituido casi íntegramente por “columnarios”, con alguna pieza de otros reinados minoritariamente. Todos estos columnarios estaban fechados, de acuerdo a los testimonios de la época y a lo publicado por aquel entonces en el diario “ABC”, entre 1752 y 1755, lo cual resulta muy útil para saber si estamos ante un duro procedente de las playas gaditanas o no. Por motivos evidentes, los duros presentan signos de corrosión marina, pero no agresiva y con poca merma de peso al no estar expuestos a la acción del agua salada como otras monedas que sí que han estado sumergidas, como parte del cargamento de un naufragio. En este caso, recordemos que se localizaron enterradas en la arena como resultado, según algunos, de fuertes mareas que removieron el fondo marino de la zona.
La noticia de los que ya se denominaban como “los Duros de Cádiz” corrió como la pólvora, llevando a los vecinos a la localización de las monedas para tratar de hacerse con una parte del preciado botín. También se acercó hasta la playa familias procedentes de otros enclaves andaluces para, también, probar suerte. Las autoridades no dudaron también en hacer acto de presencia y la guardia rodeó el perímetro principal del agujero realizado por aquellos trabajadores, pero permitieron a la población cavar e investigar por los alrededores, localizando los más afortunados hasta 200 monedas. De acuerdo a los datos de la época, se estima que se rescataron unos 1500 duros y pronto aparecieron los “cambistas”, ofreciendo sus propios tipos de cambio respecto a las pesetas que corrían por aquel entonces, con sus correspondientes fluctuaciones según se descubrían más duros y según sus intereses. Nadie se enriqueció con los descubrimientos, pero si ayudó a más de una familia a salir de sus apuros económicos más inmediatos. Las autoridades acabaron retirándose al determinar que el hallazgo no era su sufrientemente “significativo” como para realizar labores de investigación (el conjunto no superaba los 50 Kg de plata), muy poco avanzadas por aquella época, o preservar las monedas como patrimonio común de los españoles. Tampoco en los años y décadas venideras se hizo esfuerzo alguno destinado a tales fines, únicamente se puede apreciar alguna pieza en museos locales, alguna escultura que recuerda el acontecimiento y, sobre todo, una riquísima cultura popular que llega hasta nuestros días. Precisamente, un año después de los acontecimientos, el “Tío de la Tiza” creo el famoso tango donde se mencionan los duros descubiertos, hoy, toda una referencia del pueblo gaditano y más valioso que el dinero en sí mismo
Posible procedencia: Sobre este puto, algunos lo asocian con el “Burla Negra” y la historia de Benito de Soto Aboal, concretamente, procedentes del “Morning Star”, uno de los barcos ingleses apresados durante sus andaduras dentro de la piratería, como ya señalé en la descripción de los 8 Reales que en su día compartí. Los defensores de esta hipótesis van más allá, concluyendo que la tripulación del “Burla Negra” las ocultó deliberadamente para, posteriormente, volver a buscarlas. A mi juicio, simplemente no se sostiene y tenemos que centrarnos en los hechos que sí conocemos, pues realmente no se tiene constancia documental que vincule a los famosos “Duro de Cádiz” con el “Burla Negra” más allá de la cultura popular y de de cuestiones meramente circunstanciales. Muy posiblemente, su procedencia sea otra, uno de los cientos de pecios que descansan en las aguas próximas a Andalucía o la ocultación por parte de náufragos o incluso piratas. Únicamente, por el momento, podemos dar por ciertos aquellos que fueron extraídos directamente de los restos del “Burla Negra” (que no han sido tantos) y que representan a los monarcas Carlos IV y Fernando VII, presentes en los mercados con sus correspondientes “COAs”, pero muy lógicos, pues fueron los duros que debían correr por la península y otras partes del mundo por la época en la que trascurrieron las aventuras de Benito de Soto Aboal y sus colaboradores. No podemos pues, concluir, con una identificación concreta, a la espera que tal vez, con el tiempo se hagan nuevos descubrimientos y salgan a la luz datos concluyentes. Lo que sí sabemos, de acuerdo a una foto publicada por “ABC” en aquella época y que se adjunta a continuación, es que, algunos de los duros, pertenecían a reinados posteriores, como se puede apreciar en la imagen. Se menciona que llevaban el busto de Carlos III, pero en la foto sólo se aprecia parte de los reversos de tres piezas con estas características. Dataremos así, en un principio, el pecio como de finales del siglo XVIII y principios del XIX:
https://www.abc.es/archivo/periodicos/abc-madrid-19601204-41.htmlFotos:Espero que os guste!
Saludos.