Antes muchos de ellos, y no de gran entidad, contaban con guarda fijo. Recuerdo por ejemplo el de Carteia que vivía allí mismo (casa de guardés), el de Cogotas que vivía en el pueblo pero echaba todo el día en el yacimiento cuidando aquello y vendiendo esculturas de berracos en piedra que allí tallaba él mismo (20 por 10 cm), y el del Raso que vigilaba algo apartado, desde una zona alta cerca del poblado. Y así con otros.
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