Buenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
Otra pieza Rarilla según San RIC bajoimperial:
PAÍS: Imperio Romano
EMPERADOR: Licinio I.
VALOR: Nummus
AÑO: 315 - 316 d C.
DIAMETRO: 21 mm.
PESO: 3,17 gr.
METAL: Bronce plateado.
CECA: Antioquía 12ª oficina
REFERENCIA: RIC VI Antioquía 17
RAREZA: R3. (Rara)
ANV.: Busto laureado con manto y coraza mirando a la derecha del emperador Licinio I. Alrededor leyenda: IMP LIC LICINIVS PF AVG
REV.: Júpiter estante mirando a la izquierda, con clámide sobre los hombros, con globo rematado de victoria en una mano y cetro en la otra, águila a sus pies con corona de laurel en el pico, a la izq. BI en el campo dcho. (marca de oficina). En exergo: ANT (marca de ceca). Alrededor leyenda: IOVI CONSERVATORI AVGG NN.
En el tiempo cuando se acuñó esta pieza se desarrolló La batalla de Mardia, también llamada batalla del Campo Mardiense (en latín, Campus Mardiensis) o batalla del Campo Ardiense (en latín, Campus Ardiensis), fue un enfrentamiento armado ocurrido a finales de 316 o comienzos de 317 entre las fuerzas de los emperadores romanos Constantino el Grande (r. 306-337) y Licinio (r. 308-324), probablemente en el lugar que hoy ocupa la moderna ciudad de Harmanli, en Bulgaria. Este combate formó parte de una serie de confrontaciones entre los augustos Constantino y Licinio, que causó el ocaso del sistema de gobierno denominado tetrarquía y motivó la restauración de un único regente en el Imperio romano.
La batalla de Mardia se produjo poco después de la victoria de Constantino en la batalla de Cibalis y permitió el reconocimiento de la conquista de Constantino sobre casi la totalidad de la península de los Balcanes, excepto Tracia.
Antecedentes
El emperador Constantino derrotó a Majencio el 28 de octubre de 312 en la batalla del Puente Milvio, mientras que Licinio derrotó en el año 313 a Maximino Daya en la batalla de Tzirallum; como resultado, los vencedores dividieron al Imperio romano en dos partes, cada una gobernada por uno de los coemperadores. Constantino se mantuvo como aliado de Licinio durante su guerra con Maximino, pero al deshacerse de los coemperadores competidores esta eventual alianza se empezó a quebrantar.
La paz entre ambos emperadores no duró mucho tiempo, probablemente debido a la intención de nombrar como césar al senador Basiano, esposo de la hermanastra de Constantino, Anastasia, designación que Licinio rechazaba, además del frustrado intento de asesinar a Constantino por parte del propio hermano de Basiano, Senecio. Constantino exigió a Licinio que le entregase a Senecio, pero ante su negativa los dos augustos resolvieron enfrentarse en la batalla de Cibalis, el 8 de octubre de 314 o de 316, en la cual Constantino salió victorioso.
Licinio huyó a Sirmio al ver perdida la contienda, hallando refugio en Adrianópolis (hoy Edirne), lugar donde reunió a un segundo ejército con ayuda del dux Valerio Valente, quien fuera elevado a la dignidad de augusto. Al mismo tiempo Licinio intentó negociar la paz, pero Constantino confiado en su victoria lo insultó por el nombramiento de Valente y rechazó la oferta.
Constantino invadió el centro de Sirmio y reconstruyó el puente sobre el río Sava, que su rival había destruido para retrasar su marcha. Al poco tiempo continuó su recorrido a través de los montes Balcanes y estableció su base en Filipos o Filipópolis; otros autores sugieren que la base habría estado asentada al suroeste de Adrianópolis, en la cuenca del río Arda (antiguo Harpeso). Desde allí partió con el grueso de su ejército contra su rival –que se hallaba en Tracia– hasta llegar a la llanura ubicada frente a Mardia, a veces identificada con Harmanli, en Bulgaria.
Batalla y consecuencias
El ejército constantiniano llegó durante la noche al lugar en donde se libraría la batalla. El emperador Constantino ubicó a sus tropas y les ordenó que se preparasen para luchar en la madrugada del día siguiente. Cuando Licinio vio que su rival organizaba sus fuerzas, trajo también a sus hombres del campamento y los alineó. Al inicio del primer ataque, ambos ejércitos mantuvieron cierta distancia e hicieron uso de sus arqueros. Una vez agotadas todas las flechas, lucharon mano a mano con lanzas, espadas y dagas.
Constantino ganó la batalla, a pesar del equilibrio de fuerzas (pues según Zósimo la contienda estuvo muy equilibrada hasta que dada la señal, ambos ejércitos se retiraron), debido a que él ordenó a un grupo de 5000 soldados que conquistarse una colina próxima; en el momento apropiado, estos hombres atacaron por detrás a las tropas de Licinio y le causaron grandes bajas. El ejército liciniano consiguió evitar un desastre: se organizó en dos frentes y continuó la lucha hasta la llegada de la noche, cuando logró escapar del enemigo y refugiarse en las montañas. Aparentemente hubo muchos muertos en ambos lados.
Licinio se dirigió con sus tropas hacia el norte, rumbo a la ciudad de Augusta Trajana (actual Stara Zagora). Constantino creía más bien que su enemigo huiría a Bizancio, y de este modo se retiraría para Asia Menor, motivo por el cual se encaminó en esta dirección, pero sin saberlo se colocó en una posición bastante vulnerable, debido a que las fuerzas licinianas se interponían a sus líneas de comunicación con el Occidente. Debido a tal situación, ambos tenían motivos para invocar la paz, sin embargo fue Licinio —quien todavía no se había recuperado de la derrota— el que envió a su emisario Mestriano con el propósito de negociar con Constantino, pero el emperador decidió postergar las conversaciones hasta poder tener la certeza de que no se reiniciarían las hostilidades. Una posible razón para la aceptación de las negociaciones podrían haber sido las noticias de la captura de sus suministros y de su comitiva imperial, gracias a un repentino ataque enemigo.
De acuerdo con la paz acordada en Sérdica, el 1 de marzo de 317 (fecha elegida deliberadamente por Constantino por ser el aniversario de la elevación de su padre), Licinio reconoció a Constantino como gobernante superior, asimismo, le cedió todas sus provincias europeas, excepto Tracia, y depuso a su coemperador Valerio Valente, al cual mandó ejecutar tiempo después. Constantino y Licinio fueron nombrados cónsules, y tanto los hijos del primero, Crispo (r. 317-326) y Constantino II (r. 317-340), como el del segundo, Licinio II (r. 317-324), serían nombrados césares.