Creta, situada en el Mediterráneo oriental, donde floreció la influyente civilización minoica durante la Edad de Bronce,
brillando con su peculiar arquitectura y arte.
La evidencia más antigua de presencia humana en la isla se remonta hacia el 7000 AEC, cuando colonos procedentes
de Anatolia llegaron a sus costas. Pero la primera cultura reconocida es la Minoica, que nos ofrece algunas de las leyendas
más famosas de la antigüedad, así como su arquitectura y artesanía, que influirían en muchas civilizaciones mediterráneas
posteriores. Los minoicos emergieron hacia el año 2000 AEC, y se convirtieron en una de las culturas mediterráneas más
prósperas durante la Edad de Bronce. La agricultura y el comercio promovieron la formación de grandes centros de poder en
Cnosos, Festo, Malia, Zakro y otros lugares, donde se construyeron enormes edificios palaciales para centralizar el comercio
local. Los palacios minoicos muestran evidencias de una destrucción causada por terremotos hacia el 1700 AEC, después de
la cual fueron reconstruidos.
Los palacios eran edificios monumentales bien equipados con amplios patios, columnatas, escaleras, criptas sagradas, patios
de luces, sistemas de drenaje y extensos almacenes para grandes tinajas de cerámica, los pithoi, e incluso zonas de «teatro»
para celebrar espectáculos públicos.
La complejidad de estos palacios, el deporte del salto del toro y la adoración de este animal, como parece indicar la presencia
de figuras de cuernos por todas partes, así como de dobles hachas (labrys), todo esto debió originar la leyenda recogida en la
Mitología Griega del rey Minos, gobernante de Cnosos, y del héroe Teseo que mató al minotauro alojado en el laberinto de
dicha ciudad.
Otros rasgos de la religión minoica, además de los toros, subrayan la prominencia de las diosas de la naturaleza y la fertilidad,
representadas en sensuales estatuillas de fayenza que sostienen serpientes en sus brazos.
El mito del ateniense Teseo y otros, como el de Rea escondiendo al joven Zeus en una cueva en Creta, apuntan, al igual que
los hallazgos arqueológicos del Egeo, a una gran influencia de Creta en el mundo circundante. La prosperidad de la isla,
basada en el comercio marítimo, se hace patente no sólo en su arquitectura monumental, sino en el florecimiento de las artes,
como lo vemos en los frescos minoicos, la cerámica, la joyería y las figuritas. Se sabe que mantenían relaciones comerciales
con Thera, Rodas, Egipto, Oriente Próximo, Chipre y las Cícladas, entre otros.
Una segunda ola de seísmos y fuegos devastadores sacudió la isla entre el 1500 y el 1450 AEC. Esta vez supuso el declive
definitivo de la cultura minoica en Creta. La isla también pudo sufrir un tsunami provocado por la erupción de Thera, pero la
datación de este evento es incierta. El colapso de los centros minoicos, quizás no por casualidad, coincidió con el auge de la
cultura micénica en la Grecia continental. Sabemos que los micénicos gobernaron las ciudades minoicas entre el 1450 y el
1380 AEC. Cnosos fue destruido de nuevo hacia el 1380 AC y jamás se reconstruyó. Hacia el año 1200 AEC muchos de los
asentamientos minoicos habían sido abandonados.
En la Edad Moderna tras el estatuto de 1868, respaldado por el congreso de Berlín de 1878, y a consecuencia de una nueva
revuelta de la población griega, se firmó el «Pacto de Halepa» que supuso un cierto avance hacia la autonomía y un gobierno
representativo, bajo la supervisión de las potencias europeas.
Sin embargo, la mala gestión de las autoridades turcas encabezadas por el gobernador Turhan Pashë Përmeti provocó en 1897
un nuevo levantamiento, esta vez general, que contó con el apoyo militar de Grecia.
Aunque el levantamiento acabó siendo aplastado, la intervención de las grandes potencias obligó a las tropas turcas a abandonar
la isla en 1898 y a concederle el estatuto de Principado Autónomo, regido por el príncipe Jorge de Grecia, bajo soberanía otomana.
A cambio, Grecia hubo de renunciar a sus aspiraciones con respecto a Creta.
En 1905 se produjo una nueva revuelta que aspiraba a la unión con Grecia, liderada por Eleftherios Venizelos, que culminó en la
expulsión del príncipe Jorge. En 1908, los diputados cretenses proclamaron la unión con la Grecia continental. Dicha unión no se
formalizó hasta el final de las Guerras Balcánicas en 1913, momento desde el que Creta forma parte del Estado Griego.
Mas información sobre Creta:
Aqui y en
WikipediaHasta otro rato con Un Saludo.
Sol Mar País:
GRECIA - CRETA Valor:
1 Dracma Fecha:
1901 Ref#:
KM# 7 Metal:
Plata 835 MilésimasPeso:
5 GramosDiámetro:
23 mm Canto:
Estriado Diseñador:
A. Borrel Grabador:
A. Borrel Ceca:
Paris Tirada:
500.000 Ejemplares Emisión:
Emisión del Reino de Grecia (*) Anverso:
Busto de George I a la derecha rodeado por la leyenda ΠΡΙΓΚΗΨ ΓΕΩΡΓΙΟΣ ΤΗΣ ΕΛΛΑΔΟΣ
ΥΠΑΤΟΣ ΑΡΜΟΣΤΗΣ ΕΝ ΚΡΗΤΗ • 1901 • Debajo el nombre del Grabador A. BOPPEΛ Reverso:
Escudo de Creta sobre manto de armiño coronado; Notas:
* Acuñada durante el reinado del Rey George I de Grecia; en Creta “Príncipe”