El saqueador se concentró en diversos sitios de referencia del este de Francia donde, equipado con detectores de metales y de una cultura científica arqueológica muy sólida, reunió durante años esta colección inédita para fines personales y mercantiles.
Este francés, oriundo de la región de Gran Este, había comenzado a despertar las sospechas de las autoridades al declarar en 2019 que había encontrado por casualidad 14.154 monedas romanas, en un terreno que había adquirido en Bélgica.