Dedicado a Rafikisan. Aquellas Maravillosas Monedas VI
Hace ya muchos, muchos años, los batallones de los llamados tercios, hombres rudos curtidos en mil batallas, con cicatrices en el cuerpo como medallas colgadas a los vencedores, con sangre ardiente y pulso de acero, ataviados con una espada, afilada como su olfato, cortante como sus escuetas palabras y fría como sus sentimientos, cruzaban los campos de Holanda.
Eran tiempos duros, eran tiempos de guerra constante, de batallas donde la sangre fluía como río en primavera y los gritos se silenciaban por el estruendo de los mosquetes, donde el horizonte no era más que aquel campesino ataviado con otro mosquete y una triste y pequeña espada que corría en el sentido contrario al suyo y que miraba con el miedo de un soldadito de plomo en la fundición del herrero.
Eran tiempos donde lo que importaba era el dinero, el honor y en cierta parte la necesidad de sentirse vivo, viendo matanzas, viendo vejaciones y viendo saqueos. Eran tiempos donde la quema de un infiel era un gran acto del domingo, donde las sagradas escrituras eran interpretadas a su antojo por aquellos que ostentaban el poder, el poder real, el único poder, saber escribir y leer.
Las nieblas matinales de aquellos campos llenos de tulipanes con los molinos de madera al fondo, paradisíacos para muchos, el hogar de la muerte para
otros, eran vistas con ojos diferentes según fuese quien te pagase. Y que decían las oratorias de aquellos con su señor...
¿Que plata pagareis vos?
Si nos, que a aquivoco no llevo,
Andaré por aquellos campos,
Donde a mi señor Cristo, llevo.
Pues como vuesa merced, pocos,
pocos como en el medievo,
Escondiendoos tras los trapos,
Que hacen de vos, a veces malevo
y otras tantas tan ladrón como nos.
10 pfennig Aquellas batallas pasaron, la historia borró aquel imperio y sus monedas, las monedas que sirvieron para pagar a aquellos que lucharon, saquearon y murieron por un puñado de Escudos de Felipe. La historia avanzó, el mundo avanzó, el reloj nunca se paró, sin embargo las monedas, hay nuestras maravillosas monedas, esas siguieron, ya no eran tan grandes, algunas eran incluso de materiales innobles, innobles como aquellos que se negaron a ir a la batalla mientras degustaban en su castillo de la caza de ese día mientras otros, mientras otros morían con honor por unos pocos Escudos de Felipe.
Aquí una pequeña selección de aquellas monedas innobles, innobles como los súbditos del Reino, súbditos que solo servían para labrar la tierra y recoger el grano, grano que ardería en el campo de batalla, aquél campo de batalla que después de muchos años, después, seguía teniendo a ese campesino que corría mosquete en mano, con el miedo en sus ojos de un soldadito de plomo en la fundición del herrero.
Dedicado a
@RafikisanLas monedas de los reinos, con sus ancestrales tradiciones y sus queridísimos reyes, puestos ahí por la gracia de Dios, Dios todopoderoso al que le debemos respeto y adoración, el mismo que redujo a cenizas a los que no siguieron sus credos en las ciudades del vicio y corrupción, el mismo Dios que impuso a nuestros queridos reyes por ser los elegidos para llevarnos a la pobreza, a la marginación y a la destrucción a sabiendas que si algún súbdito se quejaba, acabaría igual que los habitantes de aquellas ciudades bíblicas en cuestión.
Pues el paso incesante del reloj provocó, que muchas cosas establecidas en aquellos años cambiasen, que muchas normas se aboliesen y sobre todo que muchos, muchos, ya no reinasen.
Las monedas innobles, innobles como los súbditos que solo servían para dar poder al rey, las monedas, hay nuestras queridas monedas...
~~~AQUELLAS MARAVILLOSAS MONEDAS (VI)~~~
II Reich. Alemania.
10 Pfennig 1908 J
Cuproníquel, 4 gramos, 21 milímetros, 2.649.000 piezas
Reino de Montenegro
10 Para 1914
Níquel, 3 gramos, 18,5 milímetros, 800.000 piezas
República de Venezuela
12½ Centavos 1929
Cuproníquel, 5 gramos, 23 milímetros, 800.000 piezas
Imperio del Japón
10 Sen 1926
Cuproníquel, 3,75 gramos, 22,1 milímetros, 58.675.000 piezas
Imperio Austrohúngaro
20 Filler (Hungría) 1914
Níquel, 4 gramos, 21 milímetros, 5.387.000 piezas
Imperio Austrohúngaro
20 Heller (Austria) 1911
Níquel, 4 gramos, 21 milímetros, 19.560.000 piezas
Reino de Rumanía
5 Bani 1906
Cuproníquel, 2,32 gramos, 19 milímetros, 48.000.000 de piezas
Reino de Serbia
10 Para 1912
Cuproníquel, 4 gramos, 20 milímetros, 7.700.032 piezas
Reino de Bulgaria
20 Stotinki 1912
Cuproníquel, 5 gramos, 21 milímetros, 5.000.000 piezas
República de Francia
25 Centimes 1914
Níquel, 5,04 gramos, 24 milímetros, 941.000 piezas
Reino de Bélgica
5 Centimes (flamenco) 1914
Cuproníquel, 2,5 gramos, 19 milímetros, 6.040.000 piezas
Reino de Italia
20 Centésimi 1911
Níquel, 4 gramos, 21,5 milímetros, 13.671.000 piezas
Ducado de Luxemburgo
5 Centimes 1908
Cuproníquel, 2,5 gramos, 18 milímetros, 1.500.000 piezas
Reino de Holanda (Países Bajos)
5 Cents 1914
Cuproníquel, 4,5 gramos, 21,3 milímetros, 7.400.000 piezas
República de China
10 Cents 1938
Níquel, 4 gramos, 21 milímetros, 110.203.000 piezas
Hasta aquí esta nueva entrega, espero que os haya gustado, sería un verdadero placer que así haya sido.
Se despide con cariño, narrador de ustedes, Pfennig 10