Hola, amigos y compañeros: somos muchos los que pensamos que hay una relación inversa entre el valor numismático y el valor moral de un rey como Fernando VII; a la mayor degradación moral del personaje (traidor a su padre, a su pueblo -al menos en dos ocasiones-, conspirador, sañudo perseguidor de liberales, restaurador del absolutismo y de la Inquisición y un largo etcétera) se une, por el contrario, la mayor variedad numismática, que yo conozca, rica en tipos, diseños y variantes. Y ello se debe a dos hechos relacionados y concatenados de gran trascendencia histórica y numismática; me refiero a las dos guerras que España debe afrontar de 1808 a 1825 a grandes rasgos: la guerra de la Independencia y la guerra contra las colonias emancipadoras de América, de manera que el final de la primera se solapa con el principio de la segunda.
Por un lado, al estar el país ocupado y parte de las cecas en manos francesas, ello provoca que ante la necesidad de moneda y la incomunicación entre las distintas cecas que aún se mantienen en poder español se acuñen tipos distintos del monarca antes de que lleguen los cuños con el busto modelo u oficial del monarca enviados desde Cádiz. Por otro, los acontecimientos peninsulares hacen que las matrices oficiales no lleguen a las cercas americanas hasta 1811. Los casos de Guatemala y Potosí donde encontramos monedas de Fernando VII con el busto oficial de 1808 y 1809 se deben a acuñaciones posteriores así datadas. Una Real Cédula de Fernando VII de abril de 1808 así lo indicaba: "...se ha de labrar de ahora en adelante toda la nueva moneda con mi real nombre y sin otra alteración alguna, he resuelto que mientras no se reciban las matrices, se continúen las acuñaciones como hasta aquí: con el real nombre y busto de mi augusto padre, sin variaciones de año, cuidando de hacer, después con el nuevo cuño algunas acuñaciones con mi busto y nombre, y año mil ochocientos ocho, para acreditar por este medio que he reinado en él."
Por otro lado, una Real Orden del mismo mes y año establecía algo distinto y contradictorio con lo anterior: que la moneda debía acuñarse con el busto de Carlos IV y con el nombre de Fernando VII hasta que llegaran de la Península los nuevos cuños. Esto explicaría las acuñaciones de Guatemala de 1808-10 (toda la serie), de Santiago (½, 1 y 4 reales), Popayán (no acuñó 4 reales) y Sta. Fe de Nuevo Reino (reales menores) y Pasto (2 reales, 1822). Sin embargo, todos sabemos que en las cecas de México, Lima y Santiago de Chile se produjeron excepciones con los llamados "bustos imaginarios" creados por grabadores locales.
Por otro lado, ante la inseguridad que la guerra de independencia ocasionaba, las autoridades mexicanas realistas autorizaron el establecimiento de distintas cecas provinciales con carácter provisional, cercanas a yacimientos mineros. Así, se establecieron nuevas cecas en Chihuahua, Durango, Guadalajara, Guanajuato y Zacatecas, que trabajaron con instrumental precario y obsoleto y en condiciones muy limitadas (solo hay que observar las monedas de Durango o Chihuahua para hacerse una idea de ello). Acuñaciones toscas y defectuosas, sí, pero también una gran variedad de diseños, tantos que junto a los peninsulares de la misma época, hacen de este reinado una auténtica joya para los aficionados como nosotros.
Para elaborar el hilo, solo he tenido en cuenta los Reales de a Ocho, salvo dos excepciones con dos Reales de a Cuatro: una catalana y otra santiagueña que haré constar en su lugar. Las referencias que aparecen junto a cada moneda corresponden al nuevo Catálogo de Áureo & Calicó, edición de 2019. Asimismo, ciertas variaciones sobre el modelo oficial, propias de las acuñaciones tardías de Guadalajara, Zacatecas y la de 1824 de Lima, no las he considerado significativas y estarían, por tanto, incluidas en el punto B1.
Por último, debo comentaros que he cometido quizá un anatema numismático, al fotografiar solo los anversos, “olvidándome” de los reversos: en realidad, el hilo trata de los distintos bustos, y no he tenido en cuenta por ello los reversos. Por eso mismo, tampoco he reflejado otras acuñaciones peninsulares y americanas que no reflejan el busto del rey: las obsidionales y las de Sombrerete o las primeras de Zacatecas; tampoco las “fronterizas” de Morelos, Tlalpujahua o Tierras Calientes. Esto podrías ser motivo de un nuevo hilo…
A.- BUSTOS PENINSULARESA1.- Busto oficial, laureado, diseño de Félix Sagau, propio de las cecas de Cádiz –ceca oficial durante la ocupación francesa: “C” coronada-, Cataluña, Madrid y Sevilla: de 1810, la primera acuñación en Cádiz, a 1830, última en Madrid. Os presento dos monedas, la primera de Cádiz, de 1813 (Cal. 283), por lo que tiene de simbólica –a pesar de su estado-, Cádiz como cuna de la resistencia y del liberalismo español; la segunda de Madrid, ya tardía, de 1824 (Cal. 308), perteneciente a la última parte del reinado de Fernando VII, la que se conoce como “década ominosa”.
A2.- El primer busto peninsular del rey se acuña en Sevilla en 1808 y 1809, ceca aún libre del dominio francés; se trata del
Busto desnudo, quizá más conocido como
Tipo Séneca. Trata de asemejarse a la imagen de Fernando VII, pero el grabador –desconocido para mí, mi búsqueda ha sido infructuosa- más bien consigue un busto imaginario, según nos comentan en sus estudios Adolfo Herrera o Manuel Vilaplana. Os presento los 8 Reales de 1808 (Cal. 338).
A3.- Busto diademado: es el segundo busto sevillano, acuñado en 1809 y 1810. Es idéntico al oficial, su grabador es Félix Sagau –primer busto que graba del rey-, lo único que varía es que tiene una cinta por corona en vez del ramo de laurel. Sagau huye de Madrid, donde le han encargado el busto de José Napoleón, y cuando llega a Sevilla graba el busto que os presento: 8 Reales de 1809 (Cal. 339).
A4.- El siguiente busto por orden cronológico es el
Busto Drapeado (túnica con pliegues) acuñado en la ceca ambulante de Cataluña (Reus, Tarragona y Palma de Mallorca: la ocupación francesa es causante de este “deambular”) y en la de Valencia, entre 1809 y 1811. Su creador es el grabador Manuel Peleguer, quien firma con sus iniciales MP en un principio, como si se tratara de un ensayador. Se acerca bastante, algo más joven éste, al gesto del busto definitivo u oficial. Os subo los 8 Reales de Cataluña, acuñados en Reus, de 1809 (Cal. 284).
A5.- Os presento ahora un busto catalán que no aparece en los Reales de a Ocho; podríamos definirlo como un
Busto de Transición, diademado y con armadura –solo dos bustos peninsulares de Fernando VII tienen armadura-, que aparece solo en los 4 Reales de 1811 (acuñados al parecer en Tarragona), y que está a medio camino del drapeado anterior y del definitivo u oficial de 1812 de la ceca de Cataluña (Mallorca), una vez que llegan las matrices a la isla. Si observáis es casi idéntico al duro acuñado en Gerona en 1809 (Cal. 293), éste también con armadura aunque sin diadema. Es muy posible que su grabador fuera el mismo. (Cal. 257).
A6.- La ceca de Madrid también acuñó su busto especial entre 1812 y 1814, años en que coincide con la liberación transitoria de la ciudad en un principio (1812) y la definitiva después (desde mayo de 1813). Se trata de un
Busto Desnudo más conocido como
“Cara Loco”, quizá grabado por Pedro González Sepúlveda. Os presento la moneda acuñada en 1812 (Cal. 307).
A7.- El siguiente busto del rey es el
Constitucional, más conocido por el
Tipo Cabezón, acuñado como 20 Reales de Vellón durante el Trienio Liberal (1821-23) en las cecas de Madrid, Barcelona y Sevilla. Varios cambios: el rey lo es gracias a Dios y a la Constitución, pasamos del latín al castellano en las leyendas y se utiliza el escudo propio de las acuñaciones americanas. Es un busto totalmente desnudo, sin ningún adorno o vestimenta. Os presento la moneda acuñada en Sevilla en 1822 (Cal. 341).
A8.- El último busto del rey es el acuñado por el
Departamento de Grabado (DG) de Madrid en 1833. Busto sin toga y laureado, que nos presenta una imagen del rey abotargada, enferma, con un prognatismo en que el labio inferior casi choca con la punta de la nariz. En otra ocasión en el foro lo definí como un retrato inmisericorde del monarca –se nota el “aprecio” que el grabador Mariano González Sepúlveda le tenía-. De nuevo 20 Reales de Vellón con la particularidad de que el reverso preludia los de la primera época de su hija Isabel II, con el collar del Toisón englobando el escudo, y de que por segunda vez, tras el fallido intento de 1709 de Felipe V, el canto lleva una leyenda incusa: DIOS ES EL REY DE LOS REYES. Solo se acuñó en Madrid en 1833 (Cal. 310).
También hay dos bustos acuñados en el año 1809 en las cecas de Gerona y Lérida, cecas de necesidad durante la guerra de Independencia, y que por razones obvias no subo en este hilo: no dispongo de tales monedas. Estas son las referencias de los bustos de Gerona (Cal. 293) y de Lérida (Cal. 305 y 306).
B.- BUSTOS COLONIALESB1.- Mismo
busto oficial laureado que el peninsular A1, llegado a Hispanoamérica en 1811. Rápidamente, las cecas coloniales se ponen a labrar la nueva moneda: México, Lima y Guatemala en 1811, Santiago y Guanajuato en 1812, Potosí en 1813, Guadalajara y Durango en 1818, Zacatecas en 1919 y por último Cuzco en 1824. Ya queda dicho en la introducción que los casos de 1808 de Guatemala y Potosí son acuñaciones de 1811 con la fecha anterior. Aquí os traigo dos duros: el primero labrado en Lima en 1818 (Cal. 302) y el segundo en Zacatecas, 1821 (Cal. 358).
B2.- Busto de Carlos IV, que obedece a la Real Orden de abril de 1808. Como queda dicho anteriormente, las cecas de Guatemala en un principio (1808-10) y Popayán y Sta. Fe acuñarán solo este busto. El caso de Santiago es más peculiar: todas sus monedas de ½, 1 y 4 reales serán con este busto, también labrará 2 Reales así en 1808 y 1809 y cambiará después, y en ningún caso acuñará 8 reales con el busto paterno. Os subo dos monedas: la primera de 4 Reales de 1813 de Santiago de Chile (Cal. 275) y la segunda de 1810 de Guatemala (Cal. 297).
B3.- Busto Imaginario, acuñado en México entre los años 1808 y 1811, en el que se le presenta laureado y con armadura. Al parecer, el diseño del mismo se debe al grabador Francisco Gordillo, grabador en un principio de la Casa de Moneda de Sevilla, a continuación de la de Madrid y nombrado en 1800 grabador general de la ceca mexicana, para la que trabajó hasta bien entrados ya los años veinte al servicio del nuevo gobierno mexicano. Existen variantes del busto, en los ojos, en la boca, en las hojas de laurel… Os subo dos distintos (las dos primeras fotos) acuñados en 1809 y 1810 (Cal. 318) donde se observan ciertos cambios. Por otro lado, varias cecas provisionales utilizaron este busto para la emisión de moneda fundida o muy toscamente acuñada dada la carencia de maquinaria adecuada: son las cecas de Chihuahua, Durango y Zacatecas entre 1811 y 1814. De Chihuahua os enseño unos 8 Reales fundidos de 1812 (Cal. 286), con las consabidas marcas de punzón del Tesoro y de la Hacienda Real.
B4.- Busto Indígena, acuñado en Lima de 1808 a 1811. Por las mismas razones que en México, en este caso se encargó a José Mª Fernández de Soto el grabado de una nueva moneda a nombre de Fernando VII. El resultado es un retrato de clara influencia indígena, laureado, con túnica y armadura, muy naíf o infantil, pero lleno de encanto. Hay dos monedas: la primera, 1808-09, con el busto más grande y a nombre del rey FERDND. La segunda, 1810-11, con el busto sensiblemente menor y a nombre del rey FERDIN. Os subo los dos modelos, el primero de 1809, el segundo de 1811 (Cal. 300/301).
B5.- Busto Almirante, confeccionado en Santiago de Chile, a cargo del grabador Ignacio Fernández Arrabal, grabado que se utilizaría no solo en las monedas de 8 Reales chilenas de 1808 a 1811, sino también en medallas de proclamación de Lima y Buenos Aires. El busto muestra al rey con coleta, coleta que nunca llevó, chorrera, manto, corbatín y collar del toisón, en un principio desnudo, sin láurea, 1808-09, y después laureado, 1810-11, cuyo modelo también sirvió para unos 2 Reales de los mismos años. Os presento los dos bustos, uno de 1809 y otro de 1810 (Cal. 335/336).
B6.- Busto propio de Durango y Chihuahua, laureado y con túnica, años 1812-17 y 1815-22, respectivamente. Parece ser que la gente no vio con agrado la moneda fundida que se acuñó en ambas cecas, por lo que las autoridades locales adquirieron la maquinaria necesaria, eso sí, en condiciones muy precarias, para obtener troqueles y poder acuñar moneda. Si observamos con detenimiento las dos monedas que os presento, Durango de 1817 (Cal. 291) y Chihuahua de 1820 (Cal. 287), observaremos también que estamos ante el mismo tipo de cuños, sin duda elaborados por una mismo grabador. En el caso de Chihuahua se utilizó la moneda fundida anterior como cospel de la nueva acuñada, y así se observan claramente los rasgos de la moneda base del busto imaginario armado anterior.
B7.- Busto Mixto de Guadalajara, perteneciente al primer período de esta ceca, años 1812-15. En ellos se labraron monedas de plata de todos los valores, con un diseño que se acerca mucho al oficial pero que contiene elementos del busto imaginario. Se le representa laureado y con túnica, y a mí me parece –esto es personal- el diseño fernandino más bello de Hispanoamérica. En abril de 1815 la ceca fue cerrada, pero ante las quejas de los comerciantes se abrió de nuevo en agosto de 1817, acuñándose de 1818 a 1822 solo monedas de 8 Reales con el busto oficial. El duro que os presento es de 1814, el más común de esta serie (Cal. 294).
B8.- Busto propio de Zacatecas, laureado y con túnica, labrado entre los años 1813 y 1819, y correspondiente a las nuevas acuñaciones que, ya sin el nombre de “moneda provisional” y con un diseño muy cercano al oficial, comienzan a emitirse en esta ceca a partir de 1813. Os presento una moneda del último año, 1819 (Cal. 357).
He tratado de hacer no un estudio detallado, sino una descripción de síntesis de los bustos fernandinos de todo este período que va de finales de la primera década de siglo hasta 1825 aproximadamente, 1833 en España. Espero que os guste.
Un saludo a todos.