8 Reales de Carlos III (1783) del pecio "El Cazador"

Queridos amigos,

Me complace comenzar el año compartiendo con vosotros esta singular pieza: un real de 8 del reinado de Carlos III de la ceca de México (ensayador F.F) del año 1783, rescatado del pecio español “El Cazador”. La moneda, made in USA, se presenta encapsulada por la NGC (tal y como les gusta a los norteamericanos), con su correspondiente certificado de autenticidad. A mí, personalmente, no me gustan las monedas encerradas en cápsulas, porque pienso que se pierde el gusto del contacto humano con la moneda. Una moneda es para tocarla, pero de momento la mantendré así hasta que decida si la abro o no. No obstante, no he podido resistir la tentación de tener una moneda con la carga histórica que encierra este barco.

Poco se puede decir más de este pecio que ya no se haya dicho en este foro con anterioridad. Quizás alguna novedad más reciente la aporta Yago Abilleira Crespo en su entrada en todoababor.es del 27 de junio del 2019, publicado bajo el título: La desconocida historia del bergantín “El Cazador”.

Tal y como recuerda el Mercurio Histórico Político de mayo de 1780, (página 93), “El Cazador” fue, en su origen, una presa inglesa hecha por el corsario español, José Ronda, en el Caribe, en febrero de 1780. El barco inglés, también corsario, se llamaba “The Hunter”, (“El Cazador”), un nombre muy apropiado para un corsario que al final resultó ser cazado por otro cazador. Dado que daba mala suerte cambiar el nombre de un barco, pero no traducirlo, se decidió castellanizar la presa por “El Cazador”.

Todavía hoy en día es un misterio el final de este bergantín que partió del puerto de Veracruz rumbo a Nueva Orleans con un cargamento de 450.000 monedas, la mayoría piezas de 8 reales de plata mejicana, para apuntalar la maltrecha economía de la Luisiana. “El Cazador”, bajo el mando del capitán de fragata D. Gabriel de Campos y Pineda desapareció en aguas del Caribe, en enero de 1784, llevándose consigo su precioso cargamento de plata y la vida de sus 100 tripulantes. Quizás se topó con una tempestad. No lo sabemos a ciencia cierta, pero fue una tragedia, porque no hubo supervivientes, ni se hallaron restos del naufragio.

En agosto de 1993, más de 200 años después, las redes de un pequeño pesquero norteamericano llamado irónicamente “Mistake” (Error) que faenaba cerca de las aguas de Nueva Orleans, recogió bloques petrificados como piedras de cientos de monedas de plata. El misterio quedó resuelto al hallarse los restos del pecio español y con él su inmenso tesoro. Por desgracia, cómo dice en otra entrada del foro el “Marqués de la Ensenada”, el bergantín español fue vaciado sin miramientos, sin un estudio arqueológico previo y sin un criterio científico. Se perdió una oportunidad única de estudiar este pecio y sus hallazgos, y se desató una fiebre mercantilista, en que el negocio tuvo prioridad por encima de su contenido histórico.

Numismáticamente hablando las monedas que transportaba “El Cazador” eran corrientes, en su mayoría reales de 8 mejicanos de 1783. También había de otros años anteriores: algún columnario y también piezas de menor porte. No eran monedas excepcionales, pero se convirtieron de la noche a la mañana en valiosos símbolos históricos. No obstante, el estado de conservación de muchas piezas era pésimo. Había sí, monedas en relativo buen estado, pero la mayoría eran casi trozos de metal de plata. En muchos casos apenas se reconocían los relieves de las monedas. Quizás la limpieza que recibieron ayudó a hacer muchas algo más presentables, pero ahuyentó a los coleccionistas profesionales. El marketing norteamericano no se paró y orientó el producto hacia el mercado doméstico, al ciudadano corriente que no tenía ni idea de monedas, pero que, por elevados precios, se le vendía un trozo de la historia de América. Todavía en youtube encuentras anuncios televisivos americanos en que sus presentadores intentan vender a su audiencia reales de 8 de “El Cazador”, presentando una moneda encapsulada, en buen estado de conservación, cuando la realidad era otra bien distinta. En España hace años “Galería del Coleccionista” buscó público para estas monedas, pero el estado de conservación era muy desigual.

Respecto a la historia particular de mi moneda encapsulada, diré que la adquirí en una casa numismática de Barcelona de plena solvencia. El dueño de la numismática se la compró a su vez a un norteamericano. En un papel adjunto ponía que en su momento su antiguo propietario pagó por esta moneda 400$. Por educación no diré lo que yo he pagado por ella. No ha salido barata, pero tampoco hemos llegado a estos extremos. Cómo he dicho, el estado de conservación de muchas piezas de “El Cazador”, era pésimo, aunque también podías encontrar monedas en relativo buen estado. La mía quizás tenga un estado general algo más óptimo, en comparación con otras de sus hermanas. Es un real de 8 mejicano F.F de 1783 de Carlos III: una pieza común, de la que, en su mayoría, transportaba en sus bodegas el pecio español. Se nota por las fotos que la pieza ha sido limpiada para tener una buena presentación cara al público. El verso del busto del rey presenta un desgate general en sus detalles debido a las oxidaciones marinas; en parte de los bordes esto resulta más acusado, pero con todo conserva visibles trazas del relieve y la erosión no ha sido tan agresiva como en otras piezas. En el reverso con el escudo de Castilla y León se nota mejor el brillo de la limpieza. El canto no se aprecia por la cápsula, pero hay amplios sectores dañados por corrosiones. Cómo no he extraído la moneda de su cofre de plástico, no he podido saber su peso exacto, pero como otras monedas es seguro que no llegará a los 27 gramos teóricos. Su diámetro sí es de 38 mm.  

De momento no sacaré la moneda de su estuche. Hará compañía a su hermana mayor: el columnario, real de 8 mejicano de 1739 de Felipe V, con oxidaciones marinas, que presenté hace unas semanas, quizás -aunque no es seguro- recuperado de una nave holandesa. Ambas monedas, sin embargo, tienen cosas en común: han pasado más tiempo bajo el mar que sobre la superficie. ¿De qué hablarán por la noche cuando todo el mundo esté dormido y nadie las oiga?

Espero compañeros que os guste esta pieza.

Moneda con historia que ,carahote de mi, dejé escapar una muy bonita en EEUU.
Felicidades por esta fantástica pieza con tanta historia que algún dia me haré con una de ellas y hara compañia a sus futuras hermanas (que ya poseo) Atocha,concepción y capitana

Gracias compañero,

Seguramente este año conseguirás completar aquellas monedas que te faltan.
Saludos

Está perfecta, te felicito.
Yo también tengo un 8 reales de El Cazador porque lo dice el certificado, pero en realidad es un disco de plata con un poco de relieve.

Gracias por tus palabras compañero,

Por desgracia, nada se puede hacer cuando la fuerza del mar daña una moneda de plata, siglos bajo el mar, y luego devuelve con cicatrices irreconocibles. Pero lo que no puede arrebatar el mar a la moneda es su indiscutible valor histórico que siempre mantendrá.

Saludos

Estupenda, si no nos dices que ha salido de un pecio, yo ni lo hubiera imaginado. Enhorabuena por ella

Gracias por el enlace amigo Blas de Lezo,

Cuando una moneda se cruza en tu camino y es un real 8 especial, mejor no dejarlo escapar.

Saludos

Adjunto imágenes desde otra óptica.
Saludos

En la foto del escudo ampliada se percibe lo que creo que sería una rayita paralela de ajuste.
Saludos

FUENTEOVEJUNA69 escribió:

Gracias por el enlace amigo Blas de Lezo,

Cuando una moneda se cruza en tu camino y es un real 8 especial, mejor no dejarlo escapar.

Saludos

Cuánta razón tienes amigo!!!
Ahora estoy así...

Si la sacas del estuche ¿qué indicará que pertenecía al pecio de un barco?

Enhorabuena por esta adquisición. La moneda es preciosa y la introducción perfecta, la he leído con mucho interés.

Gracias Polux65
Existe un resumen muy bueno de este pecio en la revista: Proa a la Mar, 175 que se puede consultar por internet.

Lo cierto es que Pedromarmol tiene razón. Esta moneda -como todas las que proceden de un pecio y están encapsuladas- sí las sacas de su estuche que tienen un DNI de autenticidad (y que te lo crees, porque lo dice la NGC, en principio institución seria), pierden su identidad y nunca sabrías si son de un naufragio o no. Serían normales y corrientes, por eso la duda para estas piezas es dejarlas tal cual o despojarlas de su estuche. A mi no me gustan las monedas con cápsula, pero de momento lo dejaremos así.

Saludos

Muy interesante la historia de esta moneda y del barco que la llevaba. Me encanta que se lo 'robásemos' a los GUIRIS!!!

Preciosa moneda. Por otro lado, seque es mucha molestia, pero podrías ir a un notario, que te hiciese un poder dando autenticidad a la moneda y después desposeerla de esa caja/tumba/aaaayyyy que poco me gustan las monedas encapsuladas y poder disfrutar de ella como se merece.
Así de esa forma, tendrías un documento que atestigua su historia y procedencia y no la tendrías en la cápsula!!

Gracias amigos por vuestras observaciones y consejos,

Un saludo

Disiento de la opinión de sacarla de la cápsula, por mucho que también me gustaría manosearla, perderías dinero. Un notario no va ha suplir la "credibilidad" de la cápsula, por lo menos para mí.

Gracias compañero.

Si es cierto, no es fácil solucionar el problema de la cápsula. De momento la mantendremos en su estuche. Luego tendremos que sopesar opciones, pero siempre que no dañe la moneda. Por desgracia o por fortuna, en estos casos, la cápsula y la moneda forman un todo.

Saludos,

Pedromarmol escribió:

Disiento de la opinión de sacarla de la cápsula, por mucho que también me gustaría manosearla, perderías dinero. Un notario no va ha suplir la "credibilidad" de la cápsula, por lo menos para mí.

Hombre siempre se puede hacer al estilo de las casas de subasta una ficha donde sale la foto de la moneda por las dos caras y los datos del notario dando fe de esto...pero claro puede llegar el caso de valer mas el entierro que el difunto...metafóricamente hablando.

Muy interesante pieza!, algo que tengo también pendiente.

A mí me pasa igual, no me gustan esas cápsulas, pero para las monedas normales en las que cualquier profesional puede autentificarla, no son necesarias, pero ningún profesional podrían certificar la procedencia de pecio conocido si la sacas de ahí. Por lo que, en este caso, no se debe sacar del estuche ese.

Bueno, siempre está la opción de demostrar que la moneda es de el pecio El Cazador, aún fuera de la cápsula, porque la empresa que la ha certificado tiene la foto de esa moneda en su servidor.

pero no es aconsejable hacerlo....

En efecto compañeros,

Encapsular o desencapsular.....: that is the question.

No es fácil tomar una decisión acertada. Ir al notario es una opción, pero encarecerá todavía más el precio de la moneda y la hará depender de otro papel, ahora notarial. En cambio, sí la sacas de la cápsula (aún teniendo un DNI de autenticidad verificable en la base de datos de la NGC), creará también inseguridad, porque la cápsula es -con su código de identidad- el cordón umbilical de la autenticidad de la moneda. Lo ideal sería sacar la moneda de su cápsula y luego volverla a entrar dentro, pero temo que una vez abierta la caja de Pandora, no se vuelva a cerrar. Creo que de momento es mejor no abrirla hasta que se encuentre una solución satisfactoria, no sea que la cura sea peor que la enfermedad.

Si hay otras experiencias de compañeros con casos de monedas encapsuladas, o bien opciones y consejos, con mucho gusto las tendré en consideración.

Gracias amigos

FUENTEOVEJUNA69 escribió:

En efecto compañeros,

Encapsular o desencapsular.....: that is the question.

No es fácil tomar una decisión acertada. Ir al notario es una opción, pero encarecerá todavía más el precio de la moneda y la hará depender de otro papel, ahora notarial. En cambio, sí la sacas de la cápsula (aún teniendo un DNI de autenticidad verificable en la base de datos de la NGC), creará también inseguridad, porque la cápsula es -con su código de identidad- el cordón umbilical de la autenticidad de la moneda. Lo ideal sería sacar la moneda de su cápsula y luego volverla a entrar dentro, pero temo que una vez abierta la caja de Pandora, no se vuelva a cerrar. Creo que de momento es mejor no abrirla hasta que se encuentre una solución satisfactoria, no sea que la cura sea peor que la enfermedad.

Si hay otras experiencias de compañeros con casos de monedas encapsuladas, o bien opciones y consejos, con mucho gusto las tendré en consideración.

Gracias amigos

Yo tengo varias así encapsuladas como la suya y ahí seguirán...al menos por mi parte, pues sacarlas le restaría valor en mi caso.