Holas.
Presento una moneda falsa en platino de 10 escudos a nombre de Isabel 2ª con fecha de 1867. Conserva una mínima parte del dorado en reverso.
(diámetro 22 mm y peso 7,8 gramos).
El cometido del monedero falso consistía en cumplir intencionadamente su engaño. Para ello usaba todos los métodos a su alcance así como su destreza artística a fín de evitar ser descubierto por un cambista experto.
Cuesta poco imaginar la pena aplicable por ser descubierto. Un fraude al Estado, como decir que a las arcas del rey, era castigado con el máximo rigor y las más veces con la vida.
El falsario no podía esperar clemencia, por lo que cuidaba tan bién los detalles de su labor como los lugares donde distribuír su engaño...
Cuesta creer (con la mentalidad de dos siglos atrás) que un falsario variara datos esenciales reconocibles intencionadamente para eludir la resolución implacable de la justícia en caso de ser descubierto. ¿Estais de acuerdo compañeros?...