Los primeros cuestores fueron jueces encargados de los casos de asesinato y de insurrección o alta traición. Con el tiempo su denominación más común fue Decumviri Perduillionis et parricidii. Eran nombrados para cada caso y no constituían una magistratura permanente.
A fines del Siglo III a.C. los Decumviri o Cuestores perdieron sus atribuciones judiciales que pasaron a los Triunviri nocturni.
Simultáneamente a estos Cuestores judiciales existieron los Cuestores administrativos, en los cuales delegaba el rey la administración de los fondos públicos. Con la república sus funciones pasaron a los cónsules que las delegaron en dos cuestores civiles (para el Tesoro público) y dos cuestores militares (para las arcas del Ejército). Más tarde su nombramiento pasó a los Comicios Tribunados.
Estos cuatro cuestores eran patricios hasta que en el 345 a.C., ab urbe condita, los plebeyos pudieron ocupar tres de las cuatro plazas.
También existieron cuatro Cuestores de la Marina, encargados de la administración de las cuatro bases navales romanas.
Finalmente se establecieron, junto a los cuestores existentes, los Cuestores Itálicos, con competencias para coordinar los censos de la parte de Italia sometida a Roma.
Los cuestores Pisón y Cepión, sentados entre dos espigas. Denario de L. Calpurnius Piso Caesoninus y Q. Servilius Caepio (Familia Servilia/Calpurnia). Roma 100 a.C.