Hola a todos, para esta ocasión quiero compartir con vosotros una pieza que no es SC y que muchos pensarán (sin estar carentes de razón) que no es el tipo de monedas que suelo coleccionar y que, mucho menos, es el predominante en mi colección. Sin embargo, considero que este tipo de piezas poseen gran relevancia histórica y cuyo estudio es vital para la comprensión y la divulgación de la riqueza cultural de nuestro país. En este caso, se trata de una pequeña moneda y cuyos detalles son bastante “simples” por llamarlos de alguna manera, con total ausencia de elementos y atributos que normalmente asociamos con la belleza de una pieza contemporánea. Sin embargo, yo voy más allá y me parece una bella moneda que puede contarnos no sólo el paso de los siglos, sino cómo se combatía a los falsificadores de monedas de la época, siendo un problema extendido a lo largo y ancho del territorio nacional durante toda su historia. La pieza en cuestión que ilustra esta ficha y que será el principal objeto de estudio para nuestras hipótesis es un
Diner “Menut” acuñado en la
ciudad de Bañolas a nombre del monarca
Felipe III y que podemos datar en el año
1605 pues, el resello que muestra la “
Cabeza de Monje”, mirando hacia la derecha y entre círculos, se corresponde con este año y fue el último modelo que se realizó del mismo.
Datos de la pieza:Nominal: Dinero/Diner “Menut”
Año: 1605 (tenemos certeza de esta fecha, pues el tipo de resello que muestra posee las características del último año de acuñación del mismo, en 1605. No obstante, creo conveniente señalar el año 1600 como la posible fecha de acuñación de esta moneda, antes de ser resellada 5 años después)
Ceca: Ciudad de Bañolas/Ciutat de Banyoles
Peso: 0,7 gr (aprox.)
Diámetro: 17-18 milímetros (Aprox.)
Metal: Cobre
Reinado: Felipe III (1598-1621)
Dinastía: Casa de Austria
Estado de conservación: BC-/BC (para la pieza) y EBC (para el resello)
Leyendas:Anv.: “
PHILIPVS • DG • R”, entre el borde de la pieza y un círculo de
puntos paralelo que actúa como base para la leyenda. En el campo de la moneda, vemos el busto coronado de Felipe III, que mira hacia la derecha; la corona rompe la leyenda.
Rev.: “
H-OPPID A”, entre el borde de la pieza y un círculo de puntos paralelo. En el campo, escudo de la ciudad de Bañolas/Banyoles en forma de rombo. Sobre él, resello con una “Cabeza de Monje” que mira hacia la derecha y entre 4 círculos. Llegados a este punto, es necesario señalar que el texto que reza la leyenda se ha hecho de acuerdo a lo dispuesto comúnmente en los catálogos, pero existe otra variante que incluye la fecha de acuñación en la leyenda “
H-OPPID A 1600” (rarísima) y que recoge el año en el que estimamos, se acuñó esta moneda.
Rareza: R
Referencias Bibliográficas: Heiss t. II, 1. 88, n. 2; Alsius: p. 342, n. y; Vidal-Quadras: Catálogos, nº. 7610 y 761 1.
Observaciones: La moneda en cuestión presenta la tipología propia de las monedas medievales catalanas con alusión a las ciudades donde estas piezas fueron acuñadas y mostrando siempre sus escudos de armas en contraposición con la temática de las acuñaciones aragonesas y de sus Reinos (Valencia fundamentalmente, pues Mallorca sigue una temática similar mostrando las armas de tal Reino, dentro de un rombo y con una cruz cristiana a modo de corona).
Dicho esto, vamos a centrarnos en lo más llamativo y posiblemente, lo más importante de la pieza, el resello. Como ya hemos dicho, resulta bastante singular en comparación con los que estamos acostumbrados a ver y que muchos coleccionistas se preguntan
¿Cuál era su finalidad? Bien, la pregunta no ha sido fácil de responder, al menos para los que no somos asiduos de la numismática catalana, además de no existir muchos catálogos especializados a nivel nacional que traten este tema en detalle. Para argumentar lo que digo, he cogido recortes de varios artículos que he visto en internet, trabajos antiguos de la segunda mitad del pasado siglo XX y algunas opiniones de coleccionistas en foros para, posteriormente unirlo todo y darle forma a esta descripción.
Entrando más en detalle, la finalidad de este resello no es más que la de tratar de combatir las falsificaciones, que tanto han castigado a la economía de nuestro país a lo largo de su historia y que, a nivel local, podía suponer una verdadera catástrofe para el desarrollo normal de las actividades económicas cotidianas. Así, de confirmarse el año de acuñación de este Diner (1600), cuadrarían todos los relatos y la documentación procedentes de la Ciutat de Banyoles llegada hasta nuestros días, pues tales monedas afectadas se limitarían a los reinados de Felipe II y Felipe III y darían pié a que se dictara providencia durante los 5 años siguientes para paliar sus efectos negativos.
Dicho esto, sabemos que el Consejo de la Ciudad de Banyoles renunció a su derecho de acuñar estos Dineros “Menuts” y, como consecuencia de tal decisión, el 17 de Noviembre de ese mismo año, el ejemplo de Banyoles fue seguido por otras ciudades de lo que hoy es el municipio de Besalú para, posteriormente, tomar medidas más duras.
Tales medidas se tradujeron en la orden para, en un plazo de 30 días y, en el lugar donde se reunían los jurados de las localidades afectadas, se llevaran todos los Dineros que cada persona dispusiera en su poder para ser examinados por profesionales en la materia. Tras el análisis “in situ”, aquellos que resultaran ser falsos serían cortados y sus trozos entregados a quien los hubiera presentado mientras que, a los auténticos, se les colocaría un resello con una cabeza de monje como
prueba de su autenticidad, pues la moneda se consideraba casi tan sagrada como la religión, razón por la que este cuño fue elegido para el fin que nos ocupa. La orden dejó patente que sólo aquellos Dineros que portasen el ya famoso resello podrían circular por las ciudades afectadas y si, por algún motivo, alguien se negara a entregar sus Dineros para ser sometidos al examen pertinente, no aceptarlos como moneda legal o incluso llegar a aceptar aquellos Dineros que no portaran el resello se someterían a importantes penas, reservando la más grave para aquellos que trataran de realizar el resello de la cabeza del monje de manera fraudulenta.
Finalmente y, de los documentos llegados hasta nuestros días, hay que señalar que la estampación de estos resellos sobre Dineros locales se realizó desde el 31 de Mayo
del año 1600 hasta el 31 de Junio del año 1605, y que la cantidad de Dineros “Menuts” acuñada por aquel momento ascendía a unas 47.899 libras, 16 sueldos y 6 dineros y medio según las estimaciones realizadas (Alsius: p. 342, n. i).
Como nota adicional es necesario destacar que otras regiones y/o ciudades dentro del territorio español pensaron en este tipo de soluciones mucho antes que el ejemplo catalán y citaré los famosos casos de las monedas de 4 Maravedís acuñados en Santo Domingo bajo el reinado de Carlos I y su madre Juana, los cuales por presentar una calidad y características inferiores a las acuñadas en territorio peninsular, fueron resellados con una llave para diferenciarlos hasta su prohibición definitiva en la metrópoli.
Si nos ajustamos más a las razones que dan pié a este trabajo, no se me ocurre ningún ejemplo mejor que el de caso de mi tierra, las Islas Canarias, donde circulaban una gran cantidad de piezas de plata muy deterioradas, acuñadas a nombre de los RRCC que daban pié a los falsificadores y que ya, en tiempos de Felipe II tuvieron que ser reselladas con un león de tres patas, dentro de un círculo lobular por parte de las autoridades locales para garantizar su autenticidad y darles la validez necesaria para su circulación hasta que, posteriormente, el monarca Carlos III ordenó su retirada definitiva mediante la Pragmática de 1776. A estas monedas se les conoce como Real “Bamba” y son el mejor ejemplo no sólo de esta práctica, más común de lo que pensamos, sino de la numismática de mis Islas Afortunadas sobre las que ya versaremos más adelante.
Fotos:
Espero que os guste!
Saludos.