El escudo esta algo flojo pero el busto es precioso, y muy completo, pero es muy difícil encontrar ambas cosas a un precio razonable y ya se disparan los precios y para tener representación de los países bajos creo que la moneda es mas que coleccionable...le falta el trocito ese no se si fallo de cospel al cortar el trozo de moneda o fue picaresca para quitarle plata.
en cuanto tenga lugar pongo el peso y medidas.
16-LOS DUCATONES Y PATAGONES DEL BRAMANTE DE FELIPE IV Y FELIPE V
por Ernesto Gutiérrez Guinea
http://www.administraciondigital.es/index.php?option=com_k2&view=item&id=285:16-los-ducatones-y-patagones-del-bramante-de-felipe-iv-y-felipe-vLa política expansionista seguida por Felipe II en relación con Holanda e Inglaterra terminó con la muerte del monarca en 1598. La posibilidad de restaurar la Universalidad Cristiana, basada en la alianza entre el Sacro Imperio y su prolongación en la Monarquía Hispánica (ambas regidas por la Casa de Hagsburgo) y el Papado como rectores, temporal y espiritual, de la Cristiandad se había desvanecido completamente con la consolidación de la Reforma Protestante en Inglaterra, Holanda y los Países Nórdicos, por lo que el mantenimiento de la unidad católica de Europa, ya no era un objetivo alcanzable.
Este sentimiento de pesimismo responsable será el que impregne todo el reinado de Felipe II y del Duque de Lerma como ministro principal del monarca en quién quedaron depositados todos los instrumentos ejecutivos de gobierno, durante la mayor parte del reinado. Lerma, con independencia de la corrupción económica que a favor de su familia y clientela política introdujo en la hacienda real, comprendió pronto que si los delicados equilibrios entre los suministros de metales preciosos americanos y el coste de los ejércitos españoles en Italia y Flandes, no habían impedido cuatro bancarrotas sucesivas durante el reinado anterior, la situación ahora era mucho peor como consecuencia del decrecimiento del ritmo del sistema de arribada de los metales americanos, en la medida en que se hacía necesarios nuevos yacimientos y nuevas tecnologías para asegurar los suministros.
Por ello, necesariamente el gobierno de Felipe II ejercido a través de su ministro hubo de ser necesariamente conservador, con el reconocimiento de que ya no era posible mantener tres frentes abiertos, al mismo tiempo: Francia, los Países Bajos e Inglaterra. Así, en 1598 se llega a una paz con Francia que se prolongaría hasta la entrada de Richelieu, ya con Luis XIII, en la Guerra de los 30 Años, mientras que los enfrentamientos religiosos entre católicos y hugonotes ensangrentaban el país. En cuanto a los Países Bajos, la entrega de los mismos a Alberto de Austria, hijo del Emperador, como dote en su matrimonio con Isabel Clara Eugenia, hija del Rey Felipe II, fue un intento de orientar la política hacia una conciliación que limitara la rebeldía a los territorios del Norte y que permitiera conservar el sur de Flandes y el Bramante.
En este sentido se movió la actuación del Archiduque Alberto que en 1604 con el tratado de Londres suscrito con Jacobo I, que había sucedido a Isabel, que puso fin a las hostilidades con Inglaterra, y hasta cierta medida, al apoyo que ésta prestaba a los independentistas de las Provincias Unidas. En cuanto a los Países Bajos, la toma de Ostende por Ambrosio Spinola en 1604 y un aumento temporal en la remesas de plata americana (1602-1603) permitieron prolongar la ofensiva hasta el corazón de Holanda, llegando hasta Frisia, interrumpiendo la comunicación de ésta con Alemania. Pese a ello, la campaña de Yssel hubo de darse por terminada en 1606 ante la resistencia Holandesa y las dificultades para asegurar el pago de los salarios a los soldados del ejército multinacional que conformaban los Tercios españoles.
De esta manera el Archiduque Albero concluyó un arto al fuego con Holanda en marzo de 1607 que constituyó el prologo de la llamada Tregua de los 12 Años firmada con los Países Bajos en 1609, que constituyó un reconocimiento implícito de la independencia de las Provincias Unidas, dentro de las cuales, además, no fue posible garantizar la libertad de cultos para la población católica. No obstante, la paz las escaramuzas marítimas con la poderosa flota comercial holandesa prosiguieron, tanto en el Caribe, como en Indonesia.
En 1618 ya en los años finales de esta tregua, tuvo lugar en un obscuro lugar de Bohemia, la llamada defenestración de Praga, que supuso la chispa que avivó la Guerra de los 30 Años que, por espacio de ese tiempo, enfrentó a la Casa de Austria con los Príncipes protestantes alemanes, sucesivamente apoyados por los luteranos daneses y suecos, y finalmente, por Francia. Esta Guerra liquidada por la Paz de Westfalia en 1648, con el reconocimiento de la soberanía de los Príncipes protestantes alemanes en sus Estados, supuso el reconocimiento internacional de las Provincias Unidas y la liquidación de la hegemonía española en Europa.
Si bien el apoyo de España a los Hagsburgos Austriacos fue acordado por Felipe III en 1618, llevado por razones familiares y dinásticas, la implicación a fondo de la monarquía española en la Guerra de los 30 Años, se produjo principalmente por la decisión del Conde Duque de Olivares, ministro principal de Felipe IV, que al subir éste al trono tras la muerte de Felipe III en 1621, decidió poner fin a la tregua con Holanda mas por razones de Política comercial en América para defender el monopolio del intercambio con la colonias americanas, que por motivos de carácter religioso. En el comienzo de esta lucha, se consiguieron ciertos éxitos como la captura de la ciudad de Bahía en Brasil, ocupada por Holanda, que hubo de rendirse ante la acción de una potente escuadra hispanolusa, con 52 barcos de Guerra y una fuerza expedicionaria de mas de 12000 hombres.
También en Holanda, el ejército español consiguió importantes triunfos en el periodo 1624-1626, en el que logro la toma de Breda, estratégica plaza fuerte holandesa, inmortalizada por Velázquez en su famoso cuadro La Rendición de Breda. Sin embrago, el interés español en establecer una base naval y comercial en el Báltico bajo el control de la Casa de Austria, supuso el enfrentamiento, primero con Dinamarca, y luego con Suecia, lo que pese a la derrota de ésta en Nordlingen a manos del Cardenal Infante Fernando, supuso el germen de la entrada de la católica Francia en la guerra, a favor de los protestantes alemanes. Finalmente, la derrota de España a manos de Francia en Rocroi en 1643, supuso el fin de las esperanzas españolas en la recuperación de los Países Bajos.
A partir de ese momento, la soberanía española se extendió únicamente al territorio de las Provincias del Sur (la actual Bélgica), hasta el momento en que en el transcurso de la Guerra de Sucesión española (1700-1714), fueron invadidas por las tropas austriacas, defensoras del archiduque Carlos en su pugna con Felipe IV, candidato de Luis XIV, para la provisión del trono de España e Indias tras la muerte de Carlos II. El primer paso para el dominio de Flandes por los austriacos, fue la victoria de Margorongh en Ramilles tras la que se produjo la caída de Bruselas, y el 23 de junio la de Amberes, renunciando Felipe V en 1709 a todos sus derechos sobre los Países Bajos a favor de Maximiliano, Príncipe elector de Baviera, renuncia que quedó confirmada, otorgando a Austria la soberanía sobre estos territorios, en los tratados de Utrecht y Rastadt que liquidaron la Guerra de Sucesión.
Desde el punto de vista numismático, los reinados de: Felipe IV, Carlos II y Felipe V hasta 1706, supusieron la continuidad en la emisión de Ducatones y Patagones de plata, con un peso unos 32 gramos y 29 gramos respectivamente. Todas estas piezas continuaron siendo acuñadas a martillo en las Cecas de Amberes (FIGURAS 136.2 y 136.5) y Bruselas (FIGURAS 136.3 y 136.4), principalmente. Tanto Alberto y Isabel como Felipe IV acuñaron también Ducatones y Patagones (solo con Alberto e Isabel) en Tournai (FIGURA 136.1), algo mas escasos que los producidos en Amberes y Bruselas. La marca de la Ceca de Amberes (la mas prolífica) es una mano extendida con los dedos hacia arriba; la marca de Bruselas, una cabeza de ángel, y la marca de Tournai, una torre fortificada. La Ceca del Bramante que acuñó monedas mas raras fue la de Bois le Duc, utilizando un árbol como marca de Ceca.
A partir de 1687 se generalizó la acuñación de Ducatones y Patagones en prensa de volantes, con el retrato de Carlos II ya maduro. Las piezas a nombre de Felipe IV, del periodo 1702-1705 son todas ellas, en mayor o menor medida, Raras, por lo que las valoramos con un precio doble del de las piezas comunes de los restantes monarcas. También son Muy Raros lo Dobles Ducatones y Patagones con un peso doble (doble espesor) y un valor de cuatro veces el de los Ducatones y Patagones simples y Rarísimos los triples Ducatones con un valor de ocho veces el de las piezas simples. Los tirajes de las piezas del Bramante son citados por HERRERA 1914 en base a los datos investigados por De Witte. Estos datos no siempre se refieren a años completos, por lo que nosotros hemos tomado para el análisis de las piezas de este tipo, las cifras indicadas en el libro referido en la entrada anterior “Las Monedas del Bramante” (1600-1790) que correlacionan notablemente con las anteriores.
Figura 136.1
La pieza mostrada en la FIGURA 136.1 es un Patagón acuñado en Tournai a nombre de Alberto e Isabel no fechado. La marca de Ceca es una torre. Esta pieza, es citada por CAYÓN 1976 como acuñada en Mons, no incluyéndose piezas con la marca de Tournai. Para ellas el valor citado es aproximadamente el doble del de las piezas de las cecas mas comunes. Este valor se eleva a 24.000P en CAYÓN 1980, mientras que en la redición de CAYÓN del HERRERA 1914 (1992), se valora en 25.000P. DAVENPORT 1984, fija unos precios mas reducidos: 100$ en VF y 225$ en XF.
La presente pieza tiene un desgaste muy generalizado, no siendo visibles ninguno de los detalles interiores del escudo imperial en el reverso. Por ello, de acuerdo con la escala de precios que venimos manejando, su valor en F-, sería de 40€. No obstante, por su buena pátina y la rareza relativa de su Ceca, elevamos este valor hasta un precio de mercado de 60€.
Figura 136.2
La pieza cuya fotografía aparece en la FIGURA 136.2 es un Ducatón acuñado en Amberes en 1635 a nombre de Felipe IV. En ella, como en todas las emisiones de 1628-1636 se muestra al monarca con cuello almidonado. Los títulos del Rey además de los de España e Indias, son el de Duque de Borgoña, Bramante y Zelanda. El tiraje de esta pieza, común a los años 1634 y 1635, es de: 1.236.298 ejemplares, siendo los precios indicados en el libro citado anteriormente (1974): 1500FB en F, 3.000FB en VF y 6.000FB en XF (1 FB = 2,5 P en 1974).
Los precios en CAYÓN son algo mas elevados: 8.500P en 1976 y 16.000P en 1980. DAVENPORT 1984 valora este tipo, algo mas alto que el posterior (sin cuello almidonado) con: 200$ en VF y 375$ en XF. Esta pieza tiene una pátina completa intocada con gastaje solo en las partes mas altas del pelo del Rey. Tiene además la armadura completa, apreciándose solo gastaje en los castillos y leones del escudo imperial del reverso. En esta condiciones, su grado es VF+, por lo que su valor y precio de mercado, de acuerdo con la escala de precios que proponemos, es de 270€.
Figura 136.3
La pieza mostrada en la FIGURA 136.3 es un Ducatón acuñado en Bruselas a nombre de Felipe IV en 1662, correspondiendo al tipo sin cuello almidonado acuñado entre 1640 y 1665. El tiraje de esta pieza es de 285.361 ejemplares. Los precios según el libro indicado, para esta pieza serían: 1.300FB en F, 2.500FB en VF y 5.000FB en XF; CAYÓN, al tratarse de la Ceca de Bruselas, valora esta pieza aproximadamente en un 50% mas que la de Amberes: 12.000€ en 1976, 18.000€ en 1980 y 30.000€ en 1992; todo ello para piezas en conservación BC+ que consideraremos equivalente a F- en la escala que venimos manejando. DAVENPORT 1984 valora esta pieza en 175$ en VF y 350$ en XF.
El presente ejemplar presenta un extraordinario desgaste, no apreciándose detalle alguno ni del pelo ni de la barba del Rey. En el anverso solamente es visible una pequeña parte de la armadura, mientras que en el reverso el león de la derecha del escudo está completamente borrado. En estas condiciones, su conservación no sobrepasa el grado G+, por lo que su valor y precio de mercado es solamente de 40€ (50€ en VG y 25€ en G).
Figura 136.4
La pieza de la FIGURA 136.4 es un Patagón acuñado en Bruselas a nombre de Felipe IV en 1649, en el que aparece con los títulos de Rey de España e Indias, Duque de Borgoña y Conde de Flandes. El tiraje de este Patagón, correspondiente a este año, indicado en el libro citado es de: 72.348 ejemplares. Esta pieza fue emitida desde el año 1621 al de 1663. Los precios en el libro citado son: 1.500FB en F, 3.000FB en VF y 6.000FB en XF, todos ellos en 1974. Los precios para CAYÓN van elevándose proporcionalmente en el tiempo (en F-): 12.000P, 20.000P y 25.000P en 1976, 1980 y 1992, respectivamente. DAVENPORT 1984 valora esta pieza, como todos los Patagones, con valores aproximadamente mitad de los de los Ducatones: 100€ en VF y 225$ en XF.
La presente pieza presenta la corona sobre la cruz de San Andrés del anverso prácticamente sin desgaste. En el reverso el desgaste solo se puede apreciar en las partes mas altas de los castillos y leones del escudo imperial. Además esta pieza presenta todavía considerable cantidad de su brillo original, por lo que su grado es VF. En estas condiciones su valor y precio de mercado es de 100€.
Figura 136.5
Por último la FIGURA 136.5 reproduce un Ducatón de Felipe V, acuñado en Amberes en 1703, con la marca de esta Ceca (mano extendida) bajo el busto del Rey. Esta variedad corresponde a la del busto pequeño del monarca, algo mas corriente que la de busto algo mas ancho. El tiraje de esta pieza correspondiente al conjunto de los años 1703 y 1704, es de 427.920 ejemplares. No obstante esta tirada , este tipo de moneda es considerablemente mas raro que el de los Ducatones de los reyes anteriores, debido a que tras el paso de la soberanía de los Países al Pretendiente Carlos III, posteriormente Emperador de Austria como Carlos VI, la mayor parte de estas piezas fueron fundidas para emitir los siguientes Ducatones a nombre del Archiduque Carlos.