Hola a todos, hoy presento ante ustedes una pieza, que en sí no puede ser considerada una moneda, dado que no está respaldada por ningún “Estado” al igual que su encargo, fundamentalmente con una finalidad política aunque con la idea de que sirviera de medio de pago para las transacciones habituales. Efectivamente, esta “
acuñación monetiforme” es ya de sobra conocida por todos, e incluso, yo mismo afirmé en más de una ocasión que
no las incluiría en mi colección por diversas razones. Dicho esto y, dado a que mi encuentro con esta moneda fue algo fortuito, me ha parecido una buena ocasión para comprarla y dedicar esta ficha a su estudio. La pieza ha sido acuñada un módulo equivalente a
10 Céntimos de Peseta en el año
1900 para la
Unió Catalanista en los talleres de
Vallmitjana-Barna.
Datos de la pieza:Nominal: Sin valor nominal (Con un módulo que equivale a 10 Céntimos de Peseta)
Año: 1900
Ceca: Cataluña/Catalunya (en taller particular)
Diámetro: 29 milímetros
Peso: 10 gr
Metal: Cobre
Periodo: Alfonso XIII (Acuñación independiente, a nombre de la Unió Catalanista)
Canto: Liso
Nº de piezas acuñadas: N.D.
Estado de conservación: NGC MS 65 RB (FDC con todo su brillo original)
Grabador: Venancio Vallmitjana i Barbany (1828-1919)
Simbología:Anv.: “
.UNIÓ CATALANISTA.” (Leyenda en catalán) alrededor de la imagen de San Jorge montado a caballo y con una lanza en su mano derecha, mientras mata al dragón. Bajo ella, “
1900” en alusión a la fecha de acuñación y, a la izquierda vemos el nombre del grabador “
VALLMITJANA-BARNA”. La moneda representa claramente una escena muy presente en la cultura de todas aquellas regiones que una vez formaron parte del Reino de Aragón (Cataluña, Valencia y Baleares principalmente) y que supone un poderoso nexo de unión entre estos territorios, incluso en la actualidad.
Rev.: “
VINDICAMUS HAEREDITATEM PATRUM NOSTRUM” (reverso coincidente) alrededor de una Cruz que presenta unos trazados muy similares al de los antiguos
Croats catalanes y con el escudo cuadrangulado que integra las cuatro barras; todo ello rodeado por dos ramas de laurel y roble que parecen guardar su legado. La leyenda mencionada (en latín) reza de la siguiente manera: “
Reivindicamos la Herencia de Nuestra Patria” y es aquí cuando empieza a denotarse cierta tendencia a identificar a Cataluña como algo “distinto” al resto del territorio español de una forma más clara y palpable.
Observaciones: La pieza que ilustra esta ficha presenta un precioso y a la vez potente tono rojizo que, unido a un perfecto trazado y su diseño la hacen muy atractiva de cara al coleccionista, independientemente de la simbología que aguarde detrás o incluso que se le pretenda dar en la actualidad. El taller donde el grabador
Vallmitjana-Barna realizó tales acuñaciones puede visitarse en la actualidad ya que forma parte del patrimonio gestionado por la
Generalitat de Catalunya, aunque con fines propagandísticos dentro de su idea de “soberanismo” catalán. Dicho esto, es necesario señalar que estas monedas
no eran de “curso legal” ya que no fueron emitidas por ninguna institución que le diera un carácter oficial y, por ende, no sirvieron con el debido fervor a la causa para la que fueron acuñadas. Si bien es cierto que dada esta condición, han llegado bastantes ejemplares en conservaciones altas hasta nuestros días, no puede afirmarse que no llegaran a cumplir parcialmente su función ya que algunos de estos ejemplares presentan cierto desgaste y evidencias que nos hacen pensar que sí entraron en circulación, aunque a nivel local y siempre entre particulares o comercios afines a la ideología e idiosincrasia de la Unió. Finalmente, señalar que se cree que tales monedas fueron atesoradas por particulares de la región dada la dificultad de “convertirla” en numerario oficial, siendo un verdadero calvario para sus poseedores en lugar de una ventaja de cambio.
Contexto histórico y político: La Unió Catalanista nace como una agrupación catalanista, de ideología conservadora, en Barcelona (España) en el año 1891 gracias a las uniones de diversas asociaciones de índole catalanista y sindicatos que rechazaban frontalmente el artículo nº 15 del Código Civil español por considerar que éste suponía un atentado contra lo dispuesto en el Código Civil catalán.
Así, en el siguiente año a su nacimiento se aprobaron las Bases de Manresa en una reunión del más alto nivel, para luego dejar paso a otros encuentros que acabarían por definir meticulosamente lo que luego sería este organismo y qué se pretendía alcanzar con el mismo. En 1893 se celebró una nueva asamblea en Reus, otra en 1894 en Belanguer y en 1895 en Olot.
De esta manera, el 1897 se produjo una modificación de los Estatutos y se le unieron nuevas asociaciones, agrupaciones, periódicos y particulares. La dirección de una entidad estaba dividida en dos sectores, uno poco politizado y agrupado en torno a periódico local La Renaixença y otro más político que se encontraba encabezado por D. Enric Prat de la Riba, el cual, se separó de la Unió Catalanista en el año 1899 y creó el Centre Nacional Català, cuya presidencia encarnaba D. Narcís Verdaguer i Callís.
El Centre Nacional cosechó un éxito bastante notable durante las elecciones celebradas en 1901, a las que concurrieron en coalición con la Unió Regionalista. Así la Unió Catalanista convocó una asamblea en Tarrasa, donde se decidió entrar en política y pedir el concierto económico para Cataluña. En 1903, Domènec Martí i Julià alcanza la presidencia de la formación y le dio una orientación izquierdista hasta el año 1906, en el que abandona temporalmente la presidencia logró la presidencia, puesto que volvió a ostentar el cargo 8 años después, en 1914. En 1916 Martí propuso la disolución del organismo nacionalista, pero la propuesta fue rechazada y se vio obligado a abandonarla sin pena ni gloria. A partir de ese momento, la Unió Catalanista casi desapareció y tan sólo obtuvo un escaño en el Parlamento de Cataluña en las elecciones celebradas en 1932. Finalmente, desaparece al estallar la Guerra Civil Española dejando atrás un dudoso legado político, pero sí cultural y artístico, ya que se le atribuye precisamente a uno de sus presidentes, el Sr Lluìs Domènech i Montaner la acuñación de 6 acuñaciones monetiformes para su circulación entre sus allegados o, tal vez, como presente a los miembros y simpatizantes de la organización. Estas piezas se agrupan en 5 y 10 Céntimos (cobre), 1 y 5 Pesetas (plata) o las 20 y 100 Pesetas (oro) con preciosos relieves y el objetivo de ajustar el numerario catalanista a los dictámenes de la Unión Monetaria Latina, además de una curiosa serie filatélica. Finalmente, cabe señalar que únicamente ciertas piezas acuñadas en cobre han llegado hasta nuestros días con evidencias de circulación, disminuyendo todas ellas según escalamos en el numeral, por lo que intuimos que las piezas de plata y oro no sirvieron a tal fin.
Fotos:Espero que os guste!
Saludos.
Por supuesto, la exhibición de esta pieza y su análisis histórico forman parte de un proceso de estudio para comprender mejor la situación y el contexto que llevaron a la acuñación de esta bonita serie. Por ende,
en esta descripción no se pretende analizar la veracidad o no de los relatos que difunde esta ideología catalanista desde su nacimiento hasta la actualidad.