Denarios republicanos romanos: la colección

Aquí nos vamos a ocupar únicamente de aquellas colecciones que se han fijado en una cultura muy determinada (la romana), en un período concreto (la antigua república) y en un tipo de moneda (el denario).

Nos hemos fijado en este tipo de monedas por el especial influjo e interés que suscitan en los coleccionistas, por la variedad, por la belleza de la mayoría de ellas, por las iconografías representadas y los retazos de Historia que nos narran.

En primer lugar diremos que no creemos posible que exista una sola colección que haya podido reunir un ejemplar de cada una de las emisiones distintas de nuestra selección. Ya no sólo por superar las mil, sino por la dificultad de hacerse de algunos ejemplares.

Del denario de la familia Durmia, por ejemplo, que representa en reverso un cangrejo que entre sus pinzas sujeta delicadamente a una mariposa con las alas abiertas, parece que sólo existe un ejemplar en el museo Staatliche de Berlín.

Imágen ampliada.

TIPOS DE COLECCIONES ....

COLECCIONES POR FAMILIAS

Es cierto que se conocen numerosas colecciones, pero por lo general, pocas superan la mitad de la totalidad, por lo que muchas se dedican a temas concretos o monográficos dentro de la gran variedad existente.

Así, hay coleccionistas que se conforman con tener un ejemplar de cada una de las antiguas familias que las acuñaron. Esta colección supone ya un gran reto conseguirla completa, pues familias como: Atia, Cornuficia, Numitoria o Durmia, no son nada fáciles de encontrarlas disponibles.

El listado de estas familias (unas ciento cincuenta) puede consultarse en cualquier catálogo, ordenadas normalmente por orden alfabético más que cronológico y, empezando por Aburia, Accoleia, Acilia, Aelia y Aemilia… y terminando con: Vibia, Vicinia, Vipsania, Voconia y Volteia.

COLECCIONES POR AMONEDADORES

Otros coleccionistas buscan, además, tener un ejemplar de cada uno de los personajes responsables de las acuñaciones, pues si bien, en algunas familias sólo hubo uno (Cloulia, Fannia, Mamilia, Plancia…) en otras fueron varios, caso de la familia Furia, en las que acuñaron: Furio Purpúreo, Furio Philus, Furio Crassipes o Furio Brochhus o, la Minucia, o la Caecilia.

Familias en la que la tradición de ocupar el cargo de “questor” monedero, parecía ser una constante heredada.

COLECCIONES POR ANVERSOS

La variedad de anversos dentro de los denarios de la República romana es tal, que dudamos también de que exista una colección que los contenga todos.

Lo normal es hacerse en un principio del más típico de ellos: la imagen de “Roma” vuelta a derecha, con casco encrestado y con el numeral “X” detrás. Después, no suelen faltar algunas divinidades como: Marte, Júpiter, Hércules, la Victoria, la Libertad o Minerva. Más tarde, suelen entrar en las colecciones algún que otro personaje histórico fallecido, y decimos lo de fallecido, porque hasta Pompeyo Magno o Julio César, estaba prohibido representarlos aún en vida.

Esta selección nos adentra sobretodo en un mundo de seres divinos humanizados o de cualidades humanas divinizadas. También en retratos y pocas veces en otras representaciones.

COLECCIONES POR REVERSOS

Al igual que con los anversos, la cantidad de reversos distintos y a cual más subyugador, nos transportan a un mundo de imágenes realmente increíbles, en las que todo lo representado tiene una significación, un por qué está allí y una historia que contar.

Podemos dejar atrás las más típicas y antiguas representaciones, como son los dioses Dioscuros con su gorro frigio y estrella sobre la cabeza, o las bigas, trigas o cuadrigas, conducidas por Júpiter, Diana, Victoria, o cualquier otra deidad, o también humanidad: como la del resistente galo Bituito, de la familia Porcia.

Aunque tal vez no debamos olvidarnos de esas otras preciosas bigas o cuadrigas que no son arrastradas por caballos, sino por ciervos, elefantes, serpientes, leones… e incluso cupidos.

Sin abandonar el período más antiguo, e inicio de la acuñación de los primeros denarios de la antigua república romana, podemos hablar también de la serie “Anónimos” en los que, sin existir una epigrafía (leyenda), se nos muestran una serie de objetos de muy variado orden: animales, instrumentos musicales, aperos de labranza, armas… hasta unos treinta, que constituyen ya toda una colección.

Conforme pasa el tiempo, los monederos romanos se van superando a sí mismos, y empiezan a grabar en sus monedas auténticas bellezas iconográficas. Así empieza a aparecer una rica variedad, derivada sobretodo de la introducción del nombre del “questor” responsable de las distintas acuñaciones, que introduce la historia, los mitos, las leyendas o heroicidades hechas por su familia. Es entonces cuando todo se diversifica para placer de los coleccionistas actuales. A los carros o jinetes se unen los personajes (masculinos o femeninos, dioses o humanos), los animales (ovejas, cerdos, toros, cocodrilos, jabalíes, águilas, lobos…) las estatuas, las manos enlazadas, los objetos (solos o en grupos), las aras votivas, los templos, las insignias militares, las naves… y un sin fin de ellos, en los que cada uno de por sí, pueden ser objetos de colecciones monográficas.

Si hemos hablado de monografías con representación de dioses, de animales o de símbolos u objetos, también podíamos hablar de “series” como la militar legionaria de Marco Antonio, o la gran variedad de las que fueron acuñadas en Hispania durante ese período y por diversos motivos.