Según he leído en un documento muy interesante que he encontrado buceando por internet, que se titula "Las monedas olvidadas. La acuñación del numerario de cobre durante el resello de Felipe IV.", por una instrucción de 29 de septiembre de 1658, se procede a devaluar la moneda, ordenando la recogida y fundición del numerario de cobre, para labrar las nuevas piezas. Pero para abaratar costes, también se autoriza que la moneda de 8 maravedís, con más grosor, se lamine de nuevo, sin necesidad de fundirla, para grabar sobre ella los nuevos sellos. Al provocar esa laminación una expansión del flan, había que recortarla posteriormente para que su tamaño fuese el indicado.
Interesantísimo me ha parecido. Un saludo.
Vinieron los sarracenos
y nos dieron buenos palos
porque Dios ayuda a los malos
cuando son más que los buenos.
Batalla del Guadalete. Año 711