Aún lo recuerda y se lamenta.
Carlos Martín era empleado de la Junta Nacional de Granos, pero por su dedicación y esfuerzo llegó a ser el jefe de zona más joven del país. Su jerarquía se asemejaba a un gerente de Buenos Aires, aunque vivía y trabajaba aquí.
En reiteradas ocasiones viajaba a esa ciudad por cuestiones laborales; pero el viático que cobraba nunca lo utilizaba correctamente. Es decir, en vez de afrontar los gastos que la gestión en la Capital le demandara, el destino del mismo siempre eran librerías y casas comerciales. Tenía cierta predilección por los libros y sobre todo por las monedas y las medallas. Adquirió en esos años, en especial entre las décadas del ‘60 y ‘70, la mayor cantidad de material. Usted se preguntará de qué se lamenta Carlos, simplemente de no haber gastado el doble en esa pasión que es el coleccionismo y la numismática.
Pese a ello, al día de hoy se siente satisfecho, porque puede sentarse tranquilamente a observar y estudiar sus pertenencias.
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