Presento hoy un billete de 100 francos franceses conocido por el apelativo de “Sully” y correspondiente a la emisión que el Krause identifica como 1939/40 (compañero por tanto de aquel otro de 500 francos del que hablábamos no hace mucho conocido como “La Paix” (
https://www.imperio-numismatico.com/t80856-500-francos-francia-1942) :
Realizado en 1939 con gran profusión de medios (esa nitidez y precisión de los dibujos le viene de la talla dulce, y ese fantástico colorido del empleo de la cuatricomía) se puso en circulación a partir del verano de 1940 sustituyendo al veteranísimo billete de 100 llamado “Luc Olivier Merson” que llevaba ya 30 años circulando. A pesar de su belleza y su relativamente aséptico mensaje ideológico, no tuvo la misma longevidad que su predecesor. Ambos fueron retirados de la circulación en el verano del 45.
Las dos escenas que dominan el billete (y que en consonancia con el resto de la serie pretenden ser una llamada a la cohesión nacional y a los valores tradicionales) son obra de
Lucien Jonas, llevadas a plancha por el grabador
Ernest Pierre Deloche. Lucien Jonas, pintor de prestigio que rondaba en torno al postimpresionismo mezclado con el realismo inmediato y social, fue además un cotizado ilustrador presente en innumerables publicaciones de su época. A partir de los años 30 colaboró con el Banco de Francia en la creación de varios de sus billetes. Recordemos por ejemplo aquellos estupendos billetitos de “El Pescador” y “El Minero” con los que ya tratamos aquí en cierta ocasión en la que anduvimos apiolando boches y colaboracionistas de la mano de notre chef de la Resistance, monsieur ravenous:
https://www.imperio-numismatico.com/t76091-20-francos-francia-1943-pescadorde-nazisGracias al material que se puso on line el año pasado con motivo de una exposición dedicada a Jonas en el museo Carnavalet de Paris (visita recomendada aunque solo sea a su exposición permanente, ya que la exposición de Jonas se clausuró hace ahora un año) podemos acercarnos un poco al proceso creativo que originó este billete:
Se tenía claro de inicio que el anverso estaría dominado por una alegoría de la República francesa. Jonás hace una primera propuesta en la que se la representa como una dama ya en la posición finalmente adoptada, pero tocada con birrete y apelando a la Paz con la paloma y las ramitas de olivo:
Como alternativa el pintor realiza otro boceto donde pone el acento en el patriotismo. La República aparece más orgullosa y altiva y la paloma se sustituye por el Gallo patrio. Parece que también lleva una ramita de olivo; pero igual la está picoteando.
Ambos enfoques son desechados. Recurre Jonas entonces a lo más tradicional: la prosperidad por el comercio y la abundancia. La República porta entonces el caduceo de Mercurio y la consabida cornucopia cargada de bienes. Ya tenemos aquí al chavalote que al final sostendrá el medallón, y que por el momento es un querubín del tipo compresa moderna (es decir, con alitas). Aparece también esbozado el fondo, que en un principio muestra una vista aérea de l’île de la Cité, centro histórico de París en medio del Sena:
La República se apoya ahora en el caduceo a manera de báculo. El querubín ya es un muñequito pepón con hermanito (que luego se desecha). El fondo se ha desplazado y muestra solo parte de la Île de la Cité, apareciendo en consecuencia parte de la Île de Saint Louis en lo que prácticamente es ya su disposición definitiva.
Al desechar el segundo niñito, continúa la cornucopia; pero desaparece el caduceo. Queda un báculo indeterminado:
La República cambia el birrete por una triunfante corona de laurel y vuelve a hacer un guiño a la Paz con la ramita en la mano. Regresa el cetro de Mercurio apoyado en un pedestal y la cornucopia es sustituida por un medallón hecho a base de racimos de uvas que sintoniza mucho mejor con la composición:
En este último boceto previo al definitivo la composición ya es prácticamente la final.
Un último retoque sustituyendo otra vez el báculo sin atributos por un cetro sobre pedestal (aunque definitivamente se renuncia al caduceo y se elige el cetro de la Justicia) y ya tendremos la escena del billete.
El reverso también dio su trabajo. Inicialmente se reserva para evocar la tradicional Francia campestre. Jonas concibe un paisaje rural indeterminado con un paisano de espaldas en primer plano:
Se debió pensar entonces en incorporar en apoyo de la idea “agraria” a
Maximilien de Béthune, duque de Sully y ministro de finanzas del rey Henri IV. Estos dos personajes, muy bien tratados (a veces con razón, muchas sin ella) por la historiografía tradicional como artífices de un renacimiento francés tras el caos de las guerras de religión, representan perfectamente según esta visión clásica el espíritu de unidad nacional. Sully, como ministro de finanzas, basó la recuperación nacional en potenciar un sector primario que garantizase una Francia independiente en lo básico, para después ocuparse de otros sectores económicos que la hicieran poderosa. Para ilustrar esta idea se cita frecuentemente su famosa frase “
Laboreo y pastoreo son las ubres que alimentan a Francia; las verdaderas minas y tesoros del Perú” (que suena prudente y razonable en extremo, contextualizada en una época en la que el metal precioso hispanoamericano inundaba la vieja Europa). Esta frase, abreviada, se incluye en el reverso y permanecerá en su composición final.
Sully, que luego dará nombre popular al billete, se incorpora por tanto al reverso. Lo hace conversando con dos paisanos e inicialmente con su aspecto habitual, es decir, un señor mayor, calvo y barbudo tal como aparece en los retratos que hay del personaje:
En la siguiente versión, los paisanos han desaparecido y Sully, retomando la idea inicial, contempla una escena de laboreo apoyado en unos libros cuyos lomos, según se ve, estaban destinados a albergar la advertencia a falsificadores y la comentada frase del ministro:
A alguien no debió gustarle el aspecto del duque porque en una siguiente versión se nota que le han dicho a Jonas “Ponlo más guapete, hombre”. La escena del fondo se va concretando. Según parece, representa el castillo de Sully sur Loire y su entorno (aunque en su versión final no se corresponde exactamente con el aspecto actual del lugar, no sé si porque Jonás no le puso mucho interés o porque éste ha cambiado con el tiempo. No hay que olvidar que el famoso castillo actual es una reconstrucción casi total del arrasado por los aliados en la WWII):
Gustó la idea de remozar al personaje, de forma que en la siguiente versión que es ya la que aparece en el billete, Sully tiene poco de Sully y más parece un metrosexual con gorguera, muy moderno él (mirad si no cómo, ya en la escena del billete, anda enfrascado frente al ordenador, dándole al ratón con el dedito a ver qué leches le pasa a la pantalla que se ha quedado en blanco. La cosa tiene mala pinta porque le ha salido el temible mensaje de error imprevisto en blanco sobre fondo azul. Habrá que apagar y encender otra vez me parece).
Por lo demás, la marca de agua, obra de
Ernest Florian, muestra de perfil las cabezas de la diosa Ceres y el dios Mercurio:
El tamaño es de 179x92 mm: