En en monetario de felipe II en plata ,la unidad fijada en Medina del Campo fue el real ,con peso de 3,43 grs ley de 11 dineros y 4 granos (930 milésimas) y una equivalencia de 34 maravedíes.La pragmática preveía la emisión de reales sencillos ,medios reales ,cuartos y octavos.Este sistema se mantuvo vigente durante toda la Edad Moderna. Su importancia radica en ser la base de la gran divisa internacional de la época,el real de a ocho.La emisión de éste se inició en el reinado de Carlos I, quien se inspiró en el thaler alemán ,creado por el archiduque Segismundo a finales del siglo XV . La iniciativa partió de las tierras del norte,pero fue la Monarquía Hispánica quien difundió y dio carácter universal a esta pieza".El primer documento escrito conocido que da testimonio de ella es una Real Cédula,fechada en 1537,en la que el Emperador autoriza su fabricación en Nueva España. Sin embargo,en la Península no fue batida de forma regular hasta al menos 1550,según atestiguan las investigaciones de Dasí ,en coincidencia con la sustitución del oro por la plata como medidor de la gran circulación mercantil mundial.
La segunda etapa del reinado se inicia con la pragmática de 23 de
noviembre de 1566, la llamada de la "nueva estampa" debido a que en ella
Felipe II ordenaba "
se labre moneda de oro i plata de nuestro nombre ,cuño i
armas conforme a la estampa que a las dichas casas de la moneda se les embía ".
Las piezas de oro portarían en el anverso un escudo coronado con todas las armas
reales con la leyenda PHILIPPUS DEI GRATIA alrededor y en el reverso la cruz de Jerusalén dentro de orla de cuatro lóbulos rodeada por HISPANIARUM REX.
Las de plata, un escudo también formado por las grandes armas de la Monarquía
en el anverso,con la leyenda PHIIlPPUS D G HlSPANIAR, Y un cuartelado de
castillosy leones con la inscripción ET INDIARUM REX en el reverso.
Las necesidades financieras de Felipe II y su premura por tener liquidez
no solo determinó la actividad de la ceca sevillana,sino también las condiciones
de trabajo de las restantes. "
La prisa es una componente crucial si se quiere que no se desarticule el sistema de pagos en la explosiva región de los Paises Bajos" en palabras de Braudel. Sin llegar amonopolizar las labores realizadas en la casa
de Sevilla,Felipe II legisló en el sentido de dar preferenciaa su metal, sin respetar
el orden de entrega.Asimismo,hubo una tendencia a amonedar en piezas grandes,
reales de a ocho y de a cuatro, cuya factura requería un tiempo y trabajo
sensiblemente inferior al de las pequeñas, pues la misma cantidad de plata
precisaba un número menor de cortes y golpes de cuño que la necesaria para los
reales de a dos y sencillos. En la misma línea están los frecuentes intentos de
aumentar el tamaño de las instalaciones de la ceca y el número de sus
trabajadores. Puede decirse que la casa de Sevilla fue desbordada por el
impresionante caudal de plata que llegó a la Península en la segunda mitad del
siglo XVI .La frenética actividad de la ceca sevillana y la prioridad que el rey dio a
sus metales tuvo una notable incidencia en el resto de casas de moneda
castellanas,en el comercio de metales y en la sanidad del sistema monetario.Para
entender las circunstancias aludidas es preciso conocer someramente como
funcionaban las cecas.Estas pueden ser definidas como entes autónomos bajo la
supervisión de la Corona, sometidas a una rígida reglamentación que regulaba
todos los pasos de la acuñación desde que el metal entraba en ellas hasta que salía
convertido en moneda. Se autofinanciaban con lo que batían, de acuerdo a los
derechos establecidos en la pragmática de Medina del Campo,consistentes en 124
maravedíes por marco de oro acuñado, 1 real en lo referente a la plata y 25
maravedíes por marco devellón(a partir de 1566 sefijaron 60 maravedíes por
marco devellón rico y 34 por el de 4 granos) .Tales cantidadesdebían costear
elfuncionamientode la ceca.Se distribuíanentre los distintos oficiales (tesorero, ensayador, entallador, maestro de balanza,guardas,alcaldes, merino,alguacil,
escribano, obreros y monederos)y además debían servir para realizar cualquier
obra o reparación que precisase la ceca, comprar herramientas necesarias,
equiparla con materias primas y financiar todo lo que hiciese falta para que la
fábrica de la moneda realizase su labor a plena satisfaccíón.Parece ser que en
un momento determinado del siglo XVI a estos derechos se añadió un real más
por cada 10 marcos de plata batidos,que serían para el ensayador y en el caso de
Sevilla ,3 maravedíes por marco pagados al fundidor, tasas no cobradas en el
Ingenio desde 1596.En conclusión,la supervivencia de las cecas y por tanto,
de sus oficiales dependía directamente del volumen de moneda acuñado. Esa
realidad, unida al exceso de trabajo en Sevilla, determinó notablemente la
circulación monetaria en el reinado de Felipe II
Para poder sobrevivir, las casas de moneda necesitaban ofrecer algo a los
propietarios de la plata,quienes tampoco se hallaban en buena situación como
consecuencia de la gran demora que sufrían en Sevilla a la hora de amonedar su
metal. Fruto de la coincidencia de intereses surgieron en Castilla,al parecer desde
la institución del impuesto de señoreaje, tramas financieras integradas por
mercaderes de la plata y funcionarios de las cecas,
que rebajaban el peso y pureza legal de las monedas.Los mercaderes compensaban así el costo del transporte del metal desde Sevilla hasta la ceca encuestión.Por su parte, los trabajadores de ésta conseguían atraer un metal que de otra forma les hubiera estado vedado.
La Corona no podía permitir ese negocio fraudulento y legisló contra él.
El resultado fue la importantísima pragmática de 2 de julio de 1588. En ella
estableció estrictas reglas sobre como efectuar los ensayes y el pesado del metal,
además de estipular rígidas normas de control para que todo fuese cumplido.Se
buscaba una total uniformidad en todas las casas de moneda,pretensión que llegó
al extremo de indicar como debían ser los hornillos en los que se ensayaba el
metal o estipular que el carbón utilizado fuese de pino.En lo referente a los pesos
ordenó que la moneda hallada excesivamente ligera debía volver a ser labrada a costa de los oficiales, la primera vez, tendrían que pagar además las mermas y
costa de la fundición, la segunda, y en caso de reincidir una tercera"
queden
privados de sus oficios e inhábiles para poderlos usar y pierdan asimismo las
franquezas que tienen con ellos".Para mayor seguridad introdujo un nuevo
elementode control, que se unía a las marcas de ceca y de ensayador, en la
estampa de la moneda, la fecha de su emisión, existente hasta este momento
únicamente en piezas fabricadas en el Ingenio de Segovia. Esto serviría para poder
conocer,gracias a la minuciosa documentación que se exigía a las casas de
moneda, la procedencia del metal y saber el mercader que lo había llevado a
acuñar. Es uno de los hechos destacados del reinado de Felipe II,pues ese signo al
que tan habituados estamos en nuestro numerario contemporáneo tuvo unos
orígenes de claro control y desde entonces quedó convertido en un elemento más
de la moneda española que ya nunca desapareció
Datos de la pieza:
Nominal: 8 Reales
Ceca: SEVILLA
Diámetro:38,25 Mm
Peso: 27,3 gramos
Metal: Plata
Reinado: FELIPE II
Ensayador:Melchor Damian (1566-1587)
Estado de conservación:EBC-