Una moneda muy curiosa y valiosa, que espero que os guste:
La catalogación de la moneda es la siguiente:
Ref. Catálogo KM#3 de Italian States, Orbetello; 4 Qvattrini 1791 P // AP
Anverso: Busto de Fernando IV mirando a la derecha. Debajo del busto la letra P
Leyenda anverso: Ferdinandus IV D.G. Siciliar Rex
Reverso: Corona. A los lados de la base de la corona, las letras A (a izda.) y P (a dcha.). Debajo de la corona REALI PRESIDII. Debajo QVATTRINI. Debajo de todo 17 IIII 91. Todo ello rodeado de laureles o ramillete.
Pesa 5,45 grs. y mide 2,5 mm. La moneda es de cobre
Varias curiosidades históricas, poco conocidas, rodean esta moneda:
- Fernando IV de Nápoles, III de Sicilia y I de las Dos Sicilias, era hijo de Carlos III de España. Al margen de reinar en tres reinos con nombres distintos, reinó tres veces en un solo reino (Nápoles; 1759-1799, 1799-1806 y 1815-1816). Entre pitos y flautas, reinó desde 1759 a 1825, considerándose uno de los reinados más largos de la historia (66 años). Además, nació en Nápoles y murió en Nápoles (no hemos encontrado si salió de Nápoles en alguna ocasión).
- Hoy Orbetello es una maravillosa ciudad de la Toscana, de la que apenas se dice que “después del paréntesis del gobierno de la República de Siena, llegó el dominio de los Españoles que desde 1557 a 1707 constituyeron el Estado de los Reales Presidios de España con capital en Orbetello. El esplendor conseguido decayó paulatinamente con las dominaciones sucesivas de los Austriacos primero y de los Borbones de Nápoles después. Orbetello fue anexionado a la región Toscana con la Restauración.
- Los Presidios de Toscana o Estado de los Reales Presidios, constituyeron una entidad territorial bajo soberanía de la Monarquía Hispánica en la costa de Toscana entre 1557 y 1707. Durante la Guerra de Sucesión Española pasaron a manos austríacas y posteriormente quedaron bajo la soberanía del rey de Nápoles hasta su desaparición en 1801.
Los Presidios estaban situados en la costa de Toscana, se trataba de Orbetello (capital de los mismos), Porto Ercole, Porto Santo Stefano, Talamone, Ansedonia, Piombino, y la isla de Elba.
Históricamente el territorio había pertenecido a Siena, que construyó las murallas de Orbetello, pero por los primeros tratados de Londres y Florencia pasan a España (Felipe II) y un segundo tratado sanciona oficialmente el fin de la República de Siena y su cesión en calidad de feudo ("in feudum nobile, ligium, et honorificum") al duque de Florencia que a su vez debía jurar fidelidad al rey de España y a sus sucesores.
Si en la vertiente septentrional subsistía una difícil relación entre el gobierno de Appiani y la milicia española, los presidios meridionales constituían defensas exclusivamente de estos últimos y gozaban de una capacidad impositiva autónoma en el ámbito fiscal.
Los presidios dependían directamente del Reino de Nápoles no sólo en materia militar sino también en lo referente a los asuntos jurídicos, administrativos y contables.
En un período de cincuenta años los presidios toscanos van a disponer de un impresionante sistema defensivo que va a permitir un férreo control de la zona por parte de la corona española (a excepción de una breve ocupación en 1646 por parte de la Francia de Mazarino) que se va a mantener hasta la desmembración de la monarquía en Europa durante la Guerra de Sucesión.
Encontramos también que en 1646 hubo un gran combate naval “de Orbetello”, entre Francia (Marqués Maillé Brézé) y España (Conde de Linares), durante una de las muchas guerras territoriales (en este caso el Rosellón). Los franceses lograron la conquista de Porto Longone, que fue reconquistada por Juan José de Austria, hijo natural de Felipe IV.
De esta forma se llega a la Guerra de Sucesión cuando las tropas imperiales desembarcan en los presidios tomando posesión de los mismo en nombre del rey de las Españas Carlos III (Ojo! El austriaco aspirante al trono de España y futuro emperador Carlos VI, no el Borbón Carlos III de España) al igual que habían hecho con el Reino de Nápoles. De esta forma los presidios pasaron a depender del virrey austríaco de Nápoles hasta el año 1734 cuando Carlos de Borbón (éste sí es Carlos III de España) apoyado por los ejércitos españoles se apoderó del reino napolitano.
En 1801, con la irrupción en Italia de Napoleón Bonaparte, y la creación del Reino de Etruria, el Estado de los Presidios desapareció definitivamente.