La historia más negra ha caído, tradicionalmente, sobre el rey Carlos II, monarca católico que pese a todo todavía ostentaba un gran poder en Europa, junto a otras potencias coetáneas como Francia o el imperio Austriaco. Las dos grandes dinastías que a la postre estaban intimamente emparentadas con la monarquía hispánica o católica denominación que era la correcta en su momento.
image sharingEl nuncio de SS el Papa escribió estas palabras para definir al propio monarca:
"El rey es más bien bajo que alto, no mal formado, feo de rostro; tiene el cuello largo, la cara larga y como encorvada hacia arriba; el labio inferior típico de los Austria; ojos no muy grandes, de color azul turquesa y cutis fino y delicado. El cabello es rubio y largo, y lo lleva peinado para atrás, de modo que las orejas quedan al descubierto. No puede enderezar su cuerpo sino cuando camina, a menos de arrimarse a una pared, una mesa u otra cosa. Su cuerpo es tan débil como su mente. De vez en cuando da señales de inteligencia, de memoria y de cierta vivacidad, pero no ahora; por lo común tiene un aspecto lento e indiferente, torpe e indolente, pareciendo estupefacto. Se puede hacer con él lo que se desee, pues carece de voluntad propia."
En mi colección hay varios ejemplares de este monarca, un 8 reales de Potosí, un Ducaton de Amberes con su primer retrato, creo haber puesto alguino en esta casa... pero hoy me gustaría presentar una pieza que creo va a gustar a todos.
Se trata de un Felipe de la ceca de Milan de 27,80 gramos y 45 mm de módulo. el busto denota la última étapa del reinado donde se muestran los efectos de la gran unión cercana de sus antepasados.
Anverso: CAROLVS II REX HISPANIARVM rodeando monarca.
Reverso: MEDIOLANI ºDVX º ET º C º rodeando escudo de armas.
!Y vaya escudo de armas¡ bien conocido por los lectores en numismática. Aquí tenéis la pieza para mayor gloria de la numismática española y su historia.
picture sharingupload picPara apostillar algunos aspectos del último periodo de su reinado donde tiene cabida la moneda presentada:
El Rey era plenamente consciente de su incapacidad para asumir las funciones de gobierno, dejó el mismo en manos del duque de Medinaceli (1680-1685) como su valido, y posteriormente en el conde de Oropesa (1685-1691). El último intentó poner orden en la economía y hacienda real, creando para ello la Superintendencia General de la Real Hacienda, presidida por el marqués de Vélez, que, aunque no funcionó como era de esperar, marcó el comienzo de las futuras reformas borbónicas. Al enfrentamiento con la tradicional aristocracia y la Iglesia, y su falta de sintonía con la nueva reina, Mariana de Neoburgo, segunda esposa del Rey, se unieron los desastres de la guerra contra Francia —pérdida de Luxemburgo por la Tregua de Ratisbona en 1684, invasión francesa de Cataluña en 1691— que precipitaron su caída en junio de 1691.
Uno de los hechos más importantes que cambiaría más tarde la monarquía hispánica fue la Paz de Ryswick, firmada con Francia en 1697 después de la ocupación francesa en el Palatinado. La consecuencia más importante de esta paz fue la posibilidad de Francia de acceder al trono de la Corona española.