LA MONEDA DEL BILLÓN DE DÓLARES PODRÍA SER LA DE MAYOR VALOR DE LA HISTORIA Las otras monedas millonariasPasada la amenaza del abismo fiscal, que un acuerdo entre
republicanos y demócratas sorteó in extremis los primeros días del año,
la economía estadounidense siente otra vez el aliento del lobo: la deuda
federal está en números rojos (supera ya con creces los 16 billones), y
es necesario elevar su techo legal en febrero para evitar la suspensión
de pagos y la parálisis del Gobierno. ¿Soluciones? La ortodoxa, un
nuevo y más que complicado pacto en el Congreso entre los dos partidos, y
la heterodoxa:
crear una moneda de platino de un billón de dólares que serviría de garantía para dotar de liquidez al sistema.
La
propuesta surgió hace meses en varios blogs, y ha cobrado forma a
través de una petición oficial a la Casa Blanca que ya cuenta con más de
7.600 firmantes (necesita recabar 25.000 antes del 2 de febrero para
que el Gobierno pueda considerarla). Entre ellos, se cuenta el
economista
Paul Krugman: "El Presidente Obama encara una elección
entre dos alternativas: una que es absurda aunque benigna, y otra
igualmente absurda, pero vil y desastrosa". La primera, para el Nobel de
economía, sería lanzar la citada moneda; la segunda, ceder al
"chantaje" republicano, que según él utiliza la amenaza del techo de la
deuda para manipular sus políticas.
El Departamento del Tesoro estadounidense, no obstante, ha
desestimado este sábado la posibilidad de acuñar la valiosa moneda,
alegando a través de un comunicado de su portavoz,
Anthony Coley,
que ni su organismo "ni la Reserva Federal estiman que la ley pueda o
deba ser utilizada para facilitar la producción de monedas de platino
con el propósito de evitar un incremento en el límite de la deuda". Más
que absurda, algunos encuentran
esta opción insensata y peligrosa, y los republicanos la han desechado con sarcasmo: el portavoz de
John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, la ha comparado con el episodio de
Los Simpson en el que el Sr. Burns se convierte en depositario de un billete de igual cuantía por encargo de
Harry S. Truman, mientras que el National Republican Congressional Committe ha tuiteado imágenes que recrean cómo
el platino necesario para crearla hundiría el mismísimo Titanic.
Y es que se calcula que harían falta 641 millones de onzas, con un peso
de más de 18 millones de kilos. Olvidan, sin embargo, que la maniobra
no sólo es legal, sino que además no requiere esquilmar las reservas de
platino:
basta con que el Tesoro estampe en su cara la cifra del billón de dólares, no que los valga el material que contenga. Es lo que se
denomina valor facial de una moneda: el que las autoridades legales
inscriben en ella.
Hasta la fecha, ninguna moneda en el mundo ha
alcanzado tamaña cifra, aunque algunas acumulan varios ceros: la palma
se la lleva, según el numismático
Joaquín Valle, una argentina emitida en 1991, con un valor facial de
cuatro millones de australes.
Le siguen de cerca las de uno y dos millones de karbóvanets ucranianos
de 1991 y la de 200.000 zlote polacos de los años noventa. Todas ellas
forjadas en economías en horas bajas, y todas de uso corriente. Aparte están las monedas
de prestigio aquellas que no se diseñan para circular (aunque teóricamente podrían
hacerlo, y cualquier comercio está obligado a aceptarlas), sino para
venderlas a coleccionistas y engordar las arcas del Estado.
A esa categoría pertenece la pieza en oro puro de cinco dígitos decimales (.99999) que la Casa de la Moneda canadiense presentó en 2007, de un valor de un
millón de dólares de aquel país: tiene 46 cm de diámetro, 3 de espesor y
un peso de 100 kg, porque, a diferencia de la quimera estadounidense
del billón de dólares, ésta sí vale más de lo que dice: unos tres
millones de dólares estadounidenses. Lo mismo hizo, en 2011, su homóloga
australiana, con una moneda equivalente en dólares australianos, un
peso de mil kilos y 12 cm de grosor y 80 de diámetro.
Monedas de prestigio La de las monedas
de prestigio es una tradición antigua.
En España, Carlos II, Felipe III y Felipe IV acuñaron centenes (cien reales) de oro para regalar a las casas nobiliarias más
señaladas, como la de Alba (en Estados Unidos se vendió recientemente
uno de ellos por más de dos millones de dólares), y en la I República se
realizaron 12 monedas de oro de 100 pesetas para los miembros del
Gabinete, que equivaldrían hoy a unos 3.000 euros.
En pesetas, las monedas de mayor valor facial alcanzaron las 80.000,
acuñadas entre 1989 y 1992 en conmemoración del Quinto Centenario y la
Olimpiada de Barcelona. Las Casas de la Moneda europeas, prácticamente
ociosas tras la irrupción del euro, se han especializado también en este
tipo de encargos, y
se pueden encontrar, por ejemplo, monedas de 400 euros acuñadas en España (serie Miró) o de 5.000, en Francia (serie Hércules). Una cantidad que
podría hacerse de uso corriente, pero en billete: según Valle, miembro
de la Asociación Numismática Española (ANE), algunos expertos han
recibido consultas sobre diversos aspectos técnicos para su realización,
ante la posibilidad de que el Banco Europeo se decida próximamente a
sacarlos al mercado.
100 billones de marcos en un billete Porque, si se trata de billetes, la historia guarda abundantes ejemplos de valores altísimos. El de
100 billones de marcos, por señalar uno, de la Alemania de entreguerras (1923), cuando el pan llegó a costar tres mil millones y la gente tenía que ir
con un cesto para cobrar el jornal diario. Volviendo a Estados Unidos,
la Gran Depresión propició la aparición de su mayor billete hasta la
fecha: el de
100.000 dólares, impreso entre el 18 de diciembre de 1934 y el 9 de enero del año siguiente con un retrato del presidente
Woodrow Wilson.
Se entregó a los bancos federales que tenían depositada una cantidad
equivalente de oro en el Tesoro, y servía únicamente para sus grandes
operaciones.
Con una deflación galopante,
en aquella época el Gobierno de Roosevelt necesitaba todas las reservas
de oro que pudiera atesorar, y la emisión de aquel billete fue una
medida extraordinaria. Hoy, la situación exige acciones igualmente fuera
de lo común por parte de la Administración de Barack Obama. En ese
sentido, tan increíble parece que pueda alcanzar un acuerdo con los
republicanos para alzar el techo de la deuda como acuñar una moneda de
un billón de dólares. Aunque su peso hundiese otro Titanic.
http://www.elconfidencial.com/economia/2013/01/13/las-otras-monedas-millonarias-112739/