Aquí dejo una curiosidad, son fichas/monedas de cartón del “Mercat del Born” (Mercado del Borne de Barcelona).
Entre las colecciones de monedas y sobre todo entre monedas de cooperativas y locales, encontramos a menudo fichas con el texto de Mercado Central del Borne.
El Borne es un edificio metálico de 8000 m2, que se construyó en 1843, entre las calles Comercio, Ribera, Fusina y plaza Comercial de Barcelona.
En su origen fue mercado de barrio, hasta que en los años 20, se trasladó allí el mercado central de frutas y verduras. Funcionó hasta 1971, fecha en que se traslada a Mercabarna.
Estaba compuesto por paradas numeradas. En su anuario de 1926 y 1931 se detallan hasta 109 paradas. Se tiene constancia en fechas de la postguerra de existencia de fichas con numeración hasta 198. A esta cifra ha de añadirse las de los mayoristas que se colocaban en locales alrededor del Borne.
La función de las fichas era la de ser entregada al comerciante minorista por parte del mayorista, que le facturaba el género y aparte un tanto por cada caja o embalaje, dándole tantas fichas como embalajes. Cuando el minorista le devolvía las cajas, adjuntaba las fichas, y el importe era abonado.
Con esto el mayorista forzaba la devolución de los embalajes, en caso contrario el minorista perdía el importe de los mismos. Su formato por lo general era circular, con medidas entre 25 y 40 mm de diámetro. Existen también ovaladas, cuadradas, romboidales e irregulares. Todas ellas llevan el número de parada, nombre o iniciales del mercader y las palabras Borne o Mercado Central. En algunos casos no son fichas acuñadas sino gravadas manualmente.
El metal utilizado es variado, las más antiguas son de latón, con gravado en positivo, su nominal es de 5 pts como máximo, algunas de las más antiguas no llevan valor. Se conocen también fichas de cartón, plástico de colores y chapas de hierro.
Si a esto añadimos que el valor del envase era antes de la guerra de 1 a 2 pesetas, ya que encontramos algunas en catalán con estos valores, que tras la guerra se castellanizaron, corrigiéndose en 1939. Con la inflación de la postguerra, muchos paradistas aprovecharon las fichas existentes para marcarlas o reacuñarlas, pudiéndose encontrar muchas que modifican los valores.