Efectivamente, el sistema económico había llegado a unos niveles altísimos de inflación, especialmente por deficiencias estructurales: el pequeño agricultor no podía competir con los grandes terratenientes que usaban mano de obra esclava, abandono del campo con aumento de la población urbana que consume y no produce alimentos, burocracia no productiva y cada vez más cara.... El sistema monetario basado en el denario demuestra esta inflación: el denario había desaparecido y el antoniniano, originalmente doble denario de plata era ya una pequeña moneda de bronce; por supuesto, las monedas fragmentarias en bronce (sestercio, dupondio, as...) ya no existían.
Diocleciano acomete una reforma monetaria como parte de una reforma más amplia hacia una economía dirigida que se podría decir de corte "socialista" con intervención estatal en todos los aspectos de la economía: implantación de precios máximos, adscripción de los campesinos a la tierra con imposibilidad de otra opción laboral... con las consecuencias lógicas: fomento del estraperlo con incremento aún mayor de precios en el mercado negro y desabastecimiento del mercado oficial, abusos aún mayores sobre el campesinado que no podía ya dedicarse a otra cosa,con la aparición de la figura del "siervo de la gleba".
El sistema monetario hace un cambio apareciendo el Follis, en bronce plateado, y sus fracciones; el argénteo, en plata, sucesor del denario pero con mucho más valor adquisitivo que los primeros denarios y el sólido de oro como sucesor del áureo.Las fracciones de follis son muy semejantes en peso y por el retrato con corona radiada que aparece en ellos a los últimos antoninianos; por eso hay monedas radiadas de Diocleciano denominadas como antoninianos (las anteriores a la reforma) y otras denominadas "fracción radiada"(las posteriores).
Estas reformas tuvieron un éxito muy fugaz, en realidad fueron un "parche" que no pudo salvar al sistema sino que, por el contrario, aceleró su caída: por primera vez en la historia no eran los extranjeros los que intentaban hacerse ciudadanos romanos, sino que muchos ciudadanos romanos huían a territorios bárbaros en busca de mejores condiciones de vida o, al menos mayor libertad económica y laboral, contribuyendo con ello a la romanización de los pueblos bárbarosque terminarían por hacerse con el imperio.
Al final de las tetrarquías, con Constantino, el follis había ya desaparecido como tal.