Viajar a Ucrania estaba prohibido, pero eso no impidió a Jones eludir a las autoridades soviéticas y llegar allí de todos modos. Lo que vio y oyó le horrorizó. De regreso a Berlín, informó al mundo:
“Caminé por pueblos y doce granjas colectivas. Por todas partes se oía el grito: ´No hay pan. Nos estamos muriendo´”.