Efectiviwonder, Ánimas, el trato a los muertos y con los muertos sigue de forma muy parecida en muchos aspectos.
Una de las costumbres, que creo ya perdida y hablo de Madrid, era dejar una hoja de las puertas del portal abierta
mientras hubiera un difunto en alguna casa.
Entonces claro está, se velaba en las viviendas particulares, hasta que salió la moda de los tanatorios.
Yo recuerdo algunos velatorios, ahora en el pueblo, las mujeres en una habitación rezando y lamentándose a veces a gritos,
cuando la cosa parecía que se tranquilizaba algo, llegaba una nueva a dar el pésame
y otra vez se reactivaba la cosa de los lloros y las alabanzas.
Los hombres en otra habitación y como la noche era larga, pues no faltaba la botella de anís
y no era raro que algún velatorio terminara en muchas risas y mucho jolgorio.
Gracias por pasar y comentar.
Saludos.