Hola a todos, para hoy, traigo otra pieza que incluí hace ya muchos años en mi colección. Se trata de
20 Pesetas con fecha
1896 (*19-62) reacuñadas en Madrid a nombre de
Alfonso XIII utilizando los cuños originales de época, pero
durante la jefatura del Estado en manos de Francisco Franco. Para su distinción rápida respecto de las monedas originales, se optó, además, por
modificar los ensayadores. El busto elegido para esta acuñación, sería el tercero realizado en su día a nombre de tal monarca, el conocido como tipo “tupé”. Muchas teorías y especulaciones se han argumentado para tratar de “justificar” estas curiosas acuñaciones realizadas en 1961 primeramente y luego, en 1962.
Datos de la pieza:País: Reino de España
Nominal: 20 Pesetas
Año: 1896 (*19-62)
Ceca: Madrid (Estrella de 6 puntas a ambos lados de la fecha; en el anverso)
Peso: 6,45 gramos (aprox.)
Diámetro: 21 milímetros
Grosor: 1 milímetro (aprox.)
Canto: Adornado con 18 flores de Lis, algo más pequeñas que las originales.
Alineación: Moneda (180º)
Metal: Oro de 900 milésimas
Tirada: 12.900 Unidades.
Estado de Conservación: SC. Perfecta acuñación y bellísimos detalles en ambas caras con todos los datos bien marcados y visibles. Sin desgaste, golpes, marcas o arañazos. Pleno brillo original. Tonalidad rojiza en ambas caras.
Variantes: Para esta emisión se utilizaron los cuños originales de época, del tipo “tupé”, aunque cambiando la fecha, “1896” frente a “1899”. No obstante, aunque se reacuñaron dos series de esta moneda, una en 1961 y otra en 1962, siendo ésta última la que se muestra, es importante señalar que las flores del Lis del canto son sensiblemente más pequeñas que las de las emisiones de época. Además y con el objetivo de no “confundir” con las acuñaciones originales, también se le cambiaron las siglas de los ensayadores, “MP M”, frente a “SM V”.
Referencias bibliográficas: “KM
#709” y “Cal-173”
Grabador principal: Sr. Bartolomé Maura (siglas “B.M.” debajo del busto)
Ensayadores y juez de balanza: Mauricio Morejon Bueno, Félix Miguel Peiró y Ángel Mendoza (siglas “MP-M”) frente a las siglas de la acuñación de época, “SM V”.
Periodo: Estado Español/Jefatura de Francisco Franco (1939-1975)
Simbología:Anv.: “
ALFONSO XIII POR LA G. DE DIOS *1896*” alrededor del busto desnudo del joven monarca mirando hacia la derecha. Dentro de las estrellas, la fecha real de acuñación dividida en dos partes, “
19” y “
62”.
Rev.: “
REY CONST.L DE ESPAÑA.*” alrededor de escudo coronado con las armas acuarteladas de los Reinos que componen España, escusón de la Casa de Borbón en el centro del mismo (3 Flores de Lis) y Granada en su base. Rodeado el mismo, Toisón de Oro, siendo el Rey de España el “Gran Maestre” de la distintiva orden. Todo ello, sobre un manto de terciopelo de gules, al estilo de otras Casas Reales europeas. Bajo el mismo, el valor nominal, “
20 PESETAS” y, a ambos lados, las siglas de los ensayadores “
MP M”.
Contexto histórico: Durante la jefatura del Estado de Francisco Franco, la economía logró un cierto despegue económico desde la finalización de la Guerra Civil, la cual había dejado las arcas del país totalmente vacías. La aparente “neutralidad” española durante la II Guerra Mundial, supuso para España unos privilegios comerciales que implicaron la entrada de oro y divisas como pago a las exportaciones hacia las potencias beligerantes, privilegios que fueron súbitamente cortados posteriormente, con el aislamiento internacional de España por las potencias vencedoras del gran conflicto. La Guerra Fría y las tensiones geopolíticas implicaron la “aceptación” del régimen instaurado en España por dichas potencias y se produjo una tímida apertura al exterior, propiciando nuevamente una fase expansiva de nuestra economía.
Observaciones: Claramente nos encontramos con una de las emisiones áureas contemporáneas por excelencia, inspirada en aquellas “Alfonsinas” de finales del siglo XIX y principios del siglo XX que trataron de adaptarse a la “Unión Monetaria Latina”, tan populares en su día y que muchos españoles aún atesoraban. Es por ello que se decidió realizar una emisión áurea en 1961 utilizando los cuños originales de las principales piezas de oro emitidas a finales del siglo XIX en nuestro país, pero variando la fecha del interior de la estrella por el año nuevo de emisión. Para tal fin se eligieron las 10 y 25 Pesetas acuñadas durante el reinado de Alfonso XII, así como las 20 pesetas (modelos “pelón” y “tupé”) y las 100 Pesetas con el busto de Alfonso XIII. Hablamos así de una serie compuesta por 5 valores, realizadas como las originales y en oro de 900 milésimas aunque con pequeñas diferencias en los cantos de algunos modelos respecto de las acuñaciones de época. Para esta 1º serie, ninguna pieza superó los 1.000 ejemplares y su demanda fue tan alta que inmediatamente se organizó una 2º serie para el año siguiente, 1962. Para esta última se ampliaron las tiradas, siendo las más numerosas los 3 primeros numerales que oscilaron entre los 12.000 y los 18.000 ejemplares según el valor nominal y se fijó en 6.000 unidades para las emisiones de mayor facial, las de 25 y 100 Pesetas. Estas piezas se alearon tanto con plata como con cobre por lo que se pueden observar algunas monedas, sobre todo de la serie de 1962, con colores rojizos. De acuerdo a los datos obtenidos tras la emisión de ambas series, se sabe que en total se utilizaron en torno a los 490 Kilos de oro de 900 milésimas, que se traduciría en unos 441 kilos de oro puro con un precio, a finales del año 1962, de casi 15,5 millones de dólares de aquel momento.
Llegados a este punto, la duda que nos surge es ¿para qué se acuñaron estas monedas? Y es aquí donde entran todo tipo de teorías y especulaciones. Las más relevantes son las siguientes:• Pagos pendientes a los EEUU relacionados con préstamos recibidos por nuestro país en los años 50 a través del “Instituto Español de Moneda Extranjera” y cuya garantía última eran las limitadas reservas de oro españolas. Dichos vencimientos de deuda no fueron atendidos en su momento por la negativa de Franco a dejar salir de España un metal muy escaso después de la Guerra Civil, pero que era ya necesario atender. No ha trascendido mucha información al respecto.
• Pago de España para satisfacer los importes adeudados en relación con la adhesión de nuestro país al “Convenio Constitutivo de la Asociación Internacional de Desarrollo” en el año 1960. Destacando la importancia que para un país, hasta el momento aislado de la esfera internacional, suponía esta tímida apertura e ingreso en ciertos organismos, aunque no fueran de “primera fila”.
• Puesta a punto de la nueva maquinaria de acuñación, para lo que se utilizó metal noble dado la mayor maleabilidad del oro frente a las acuñaciones circulantes del Estado Español. Estas piezas supondrían, después, unos ingresos extra al sacarlas al mercado.
• La aparente neutralidad de España durante la II Guerra Mundial supuso el pago en oro de las potencias beligerantes para la adquisición de ciertos bienes y materias primas en nuestro país. Alemania, por la que Franco sentía cierta simpatía, orquestó un sistema de pagos a España y Portugal vía Suiza a través de la red de ferrocarriles que accedía por Huesca a territorio nacional. A nivel privado, también se decía que entraban indeterminadas cantidades de oro a nuestro país mediante el holding alemán “Sofindus”. La trama principal suponía el depósito de oro por parte de Alemania en cuentas suizas, que posteriormente se cambiarían por francos del país helvético y que serviría de pago a España para mantener el control de su moneda nacional y realizar compras limitadas en el extranjero. Se tiene constancia que unas 94 toneladas de oro cruzaron los Pirineos para ser repartidos, primeramente, entre España y Portugal y, además, para el sustento de los jerarcas del partido que huyeron a países de América del sur después de la Guerra. Esto implicaría que parte de ese oro procedente de Alemania y de dudosa legalidad, acabaría en las arcas de la España de Franco, acuñando estas dos series áureas para así, blanquear definitivamente este oro. No obstante, parece ser que en 1946, funcionarios norteamericanos “auditaron” las reservas de oro del BdE y determinaron que sólo 8 lingotes podían estar “comprometidos”, mientras que unos 4379 quedaban libres de sospecha. El régimen franquista procedió a la entrega de esos 8 lingotes de dudosa legalidad, zanjando así las dudas existentes sobre el oro español. Finalmente, destacar que, con posterioridad al año 1962, empezaron a aparecer en algunos mercadillos series muy similares a las acuñadas en este año, pero con sutiles diferencias y una aleación de oro mucho más bajo, emulando las acuñaciones de la FNMT que mantuvieron la ley de 900 milésimas de oro. Estas acuñaciones particulares pudieron servir a un fin fraudulento, incluso vinculado al oro introducido por holding alemán “Sofindus” que ya hemos citado.
• Durante los años 50, el crecimiento generalizado en Europa favoreció que algunos países del entorno de España, como por ejemplo Francia, se valieran de cuños de monedas de oro de finales del siglo XIX y principios del XX para reacuñar monedas con el objetivo de favorecer el ahorro de sus ciudadanos en este metal. El ejemplo más claro son los 20 Francos del “gallo” y “La Marianne” que se reacuñaron con fecha de 1910, pero que en realidad se acuñaron varias décadas más tardes, llegando hasta los años 50. El tímido repunte económico en España, unido al viejo proyecto de volver a acuñar monedas en metales nobles para retornar a la antigua riqueza y glorioso pasado de nuestro país pudo ser una excusa suficiente para la creación de pequeñas series que sirvieran a este propósito y que, además, pudieran utilizarse de propaganda. No olvidemos que en esta misma década se acuñarían las 100 Pesetas de plata al estilo de los antiguos “duros”, pero con una ley o pureza inferior debido a que la economía española realmente no podía permitírselo y el resto de países estaban abandonando las acuñaciones en metales nobles. La existencia de cantidades significativas de estas monedas disponibles en nuestro país actualmente, limita o podría descartar las teorías sobre que estas acuñaciones se realizaron para abonar pagos en el extranjero de distinta índole, algunos ya comentados.
Con todo lo expuesto, parecía no existir una información “oficial” que arroje total claridad sobre la función principal de estas acuñaciones, pero
durante el pasado año 2022, un canal de Youtube conocido como “Numischannel” parece que finalmente puso fin a décadas de especulaciones. Tales acuñaciones áureas parece tener que ver con la nacionalización de la empresa “Telefónica” Nacional de España (“CTNE”), fundada en 1924 y con un Capital Social de 1 millón de Pesetas “oro” de la época repartidas en 2.000 acciones de 500 Pesetas cada una. Su principal accionista por aquel entonces era la norteamericana “ITT” y, dado el carácter estratégico de las telecomunicaciones, el Gobierno español, en 1945, adquiere acciones por valor de un 79,6% del Capital de “Telefónica”. Dicha empresa, parece ser que siempre llevó sus cuentas sobre papel en “Pesetas oro”, de acuerdo a los acuerdos fundaciones de la misma, donde, además, se especificaba por petición de “ITT” que, en caso de “nacionalizar” o expropiar la compañía, el valor de la misma debía calcularse en dichas “Pesetas oro”, con el fin de evitar los posibles problemas que pudieran afectar a la economía española y evitar así el riesgo de cambio.
El Estado Español consideró el pago mediante moneda nacional, pero “ITT” consciente de lo dispuesto en su día para la concesión del monopolio, siempre defendió en la mesa de negociaciones que el pago debía hacerse en oro. La solución orquestada para poder concluir la operación con éxito ante la ausencia de oro amonedado en España tras el saqueo del Gobierno Republicano con sus aliados de la URSS, sería la reacuñación de estas monedas de oro en 1961 y 1962 a través de la FNMT y de acuerdo a la ley española. La “ITT” así, se daría por satisfecha, pero ésta no importaría el oro a los EEUU pues, por aquel entonces la tenencia de más de 1 onza de oro en propiedad por parte de empresas y particulares estaba perseguida por la ley desde 1933, por lo que todas estas monedas fueron depositadas en Suiza.
Con el paso del tiempo y, al detectar que en España estas monedas gozaban de un valor numismático sensiblemente superior al del oro, estas piezas fueron regresando a territorio nacional para ser introducidas en el mercado numismático y del coleccionismo, llegando hasta nuestros días.
Fotos:Espero que os guste!
Saludos.