En el siglo XIX el comercio occidental con China estaba concentrado en el puerto de Cantón, que era el único autorizado por el Imperio Chino, para comerciar con los extranjeros. Cantón y la colonia portuguesa de Macao eran las dos únicas vias de entrada y salida de productos chinos.
El Reino Unido tenía un gran déficit comercial con China, pues la alta demanda de té, seda y porcelana no eran compensadas con los productos británicos, que no tenían practicamente ningún interés para los chinos y los británicos se veían obligados a pagar con plata, que sí era aceptada.
Para tratar de equilibrar la balanza de pagos, el Reino Unido comenzó a exportar de forma ilegal opio a China desde la India. Los chinos comenzaron a consumir grandes cantidades de opio y la demanda aumentó notablemente, con lo que se consiguió equilibrar la balanza.
En 1829 el emperador Daoguang prohibió tanto la venta, como el consumo de opio debido al gran número de adictos, lo que supuso una merma de ingresos para los británicos, que no obstante mantuvieron un comercio clandestino en colaboración con algunos funcionarios chinos.
A primeros de noviembre de 1839 y después de algunos altercados en las semanas anteriores, se produjo el primer enfrentamiento naval entre la armada británica y los juncos de guerra chinos. Daba comienzo lo que se conoce como Primera Guerra del Opio. Las hostilidades duraron hasta 1842, cuando tras el bloqueo naval de la mayoría de los puertos chinos y el saqueo de Shanghai las autoridades chinas firmaron el Tratado de Nankín (14 de agosto de 1842), por el que entre otras disposiciones, China cedía a perpetuidad la isla de Hong Kong al Reino Unido.
A finales de 1856 un nuevo conflicto enfrentó a chinos y británicos que contarón también con la implicación de Francia en el conflicto (Segunda Guerra del Opio). Los choques armados se prolongaron hasta mediados de octubre de 1860, cuando tras la toma de Pekín y la destrucción del Antiguo Palacio de Verano, se firmó la Convención de Pekín por la que la península de Kowloon era cedida, también a perpetuidad al Reino Unido.
En junio de 1898, los británicos consiguieron el arrendamiento por 99 años de una extensión de algo más de 950 km2 al norte de sus posesiones en Kwoloon, que se conocieron como "Nuevos Territorios". De esta forma se configuró la colonia de Hong Kong, tal y como actualmente forma la Región Administrativa Especial (1104,4 km2 de superficie).
En 1979 comenzaron las negociaciones, toda vez que la fecha de finalización del arrendamiento se acercaba. Y en 1984 se firmaba la Declaración Conjunta Chino-Británica por la que se acordaba que el 1 de julio de 1997, la totalidad de la colonia de Hong Kong sería devuelta a China, que mantendría un estatus de amplia autonomía económica, judicial y de gobierno, reservandose China las relaciones exteriores y la defensa.
Al producirse el traspaso de Hong Kong a China, el gobierno de Hong Kong emitió una serie de 7 monedas circulantes para conmemorar el acontecimiento. Aunque curiosamente ninguna de ellas tiene ninguna leyennda sobre el tema.
Ésta es la de 1 dólar, acuñada, como toda la serie, por la Royal Mint de Llantrisant (Gales, Reino Unido) en cuproníquel. Con un peso de 7,10 g y un diámetro de 26 mm.
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