Este hallazgo, por su procedencia en el Egeo, se podría enmarcar en los contactos tartessios con aquellos griegos que vinieron a sustituir a los fenicios después de la caída de estos ante los asirios a principios del VI a.C., o ya tratarse más bien de un producto de la “globalización helenística” del comercio mediterráneo que se dio posteriormente (VI/IV a.C.), donde tanto griegos como púnicos o etruscos comerciaban los mismos productos.
Apuesto porque este yacimiento del Turuñuelo aún nos ofrezca grandes sorpresas sobre el tartessio final, y ojalá sirva de estímulo para emprender nuevas actuaciones en otros grandes yacimientos tartessios “olvidados”, como El Carambolo o Asta Regia. Creo que para las instituciones ese esfuerzo económico merecería con mucho la pena. Ojalá.
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