Esta tarde nos vamos al Pacífico. Esta moneda japonesa creo que se estrena en el foro.
A ver si os gusta.
Metal: aluminio
Alineación: medalla
Peso: 1 g
Diámetro: 22 mm
Anverso: el valor 10 se superpone a una flor de cerezo de doble pétalo en el centro. En la parte superior: el gobierno de la prefectura. En la parte inferior el año (20 de Hirohito).
Reverso: dos tallos de arroz caídos hacia abajo. Valor y denominación abajo a la izquierda. Flor de crisantemo arriba.
Canto: liso
En 1945, en pleno repliegue del ejercito japonés en el Pacífico, tuvo lugar una batalla en la
isla de Ramree (en la actual
Myanmar). Una consecuencia de esta batalla es la que se supone la mayor matanza de personas llevada cabo por animales salvajes.
En una de las numerosas operaciones militares de los ejércitos aliados en el pacifico, el ejercito británico desembarcó sus tropas en la isla de
Cheduba, al sur de Ramree, para preparar el ataque a la isla Ramree que se encontraba al norte de esta y fuertemente defendida por el ejercito japonés. El 21 de enero de 1945, se inició la batalla en la denominada operación
“Matador” (nunca mejor dicho), con el obetivo de expulsar a los japoneses y ocupar el aeropuerto que serviría para operaciones posteriores, y el estratégico puerto de Kyaukpyu. La batalla no fue fácil. La guarnición japonesa opuso una tenaz resistencia y durante cinco semanas los japoneses fueron empujados hacia el norte de la isla y, lo que se inició como una batalla en toda regla, quedó como una guerra de pequeñas escaramuzas y guerrillas por lo accidentado del terreno y la dificultad de avanzar en zonas pantanosas. Finalmente el grueso de Las tropas japonesas quedaron atrapadas entre el frente de batalla y el manglar, poblado por los peligrosos cocodrilos de agua salada: el mayor reptil del planeta con un peso de entre
500 y 1500 kg, y una longitud de entre
4 y 7 metros.
El honor japonés, en boca de sus oficiales, se negó a la rendición que los británicos le exigían a pesar de carecer de agua, alimentos y verse afectados por la malaria que les transmitían los mosquitos del pantanal. Los que intentaban huir eran cazados por los fusileros, de tal manera que durante la noche del
19 de febrero decidieron huir atravesando el manglar.
En palabras del naturalista
Bruce Wright (que formaba parte de la tropa británica): “esa noche (la del 19 de febrero de 1945) fue la más horrible que cualquiera de la dotación de la ML [lanchón de desembarco de la infantería de marina] haya visto nunca. Entre el esporádico sonido de los disparos podían oírse los gritos de los hombres heridos, aplastados en las fauces de los enormes reptiles, y el vago, inquietante y alarmante sonido de los cocodrilos girando creaba una cacofonía infernal que rara vez se ha igualado en la Tierra. Al amanecer llegaron los buitres para limpiar lo que los cocodrilos habían dejado... Del alrededor
de 1000 soldados japoneses que entraron en los pantanos de Ramree, sólo unos
20 fueron encontrados con vida”(sic).
Estas palabras de Wright sirvieron para que esta matanza fuera considerada por el libro
Guinness como la mayor de la historia perpetrada por animales.
Los ganadores siempre cuentan la batalla y, como el relato era particularmente espantoso, posteriormente se hicieron investigaciones en las que se ponían en duda la cifra y se decía que unos 500 japoneses habían huido a pesar de estar cercados y sometidos a fuego a discreción. No se aportó ninguna información de cómo fue la forma y el medio escogido para escapar. Hoy día todavía hay revistas y medios de difusión que siguen poniendo en duda estas cifras y con consideraciones tan peregrinas como que no habrían mil cocodrilos en aquel pantanal. Como si un cocodrilo hungry solo fuera capaz de devorar a una única persona para satisfacerse.
Aún así, que solo fueran 400 los japoneses devorados por los cocodrilos, no deja de ser una cifra aterradora.