Hola artistas, hoy traigo una moneda que ya se ha publicado en este foro, y fue por ello por lo que la conocí e irremediablemente tuve que hacerme con ella mas adelante. Espero que os guste.
País: Bélgica
Época: Leopoldo II (1865-1909)
Año:
1880Valor: 5 francos
Ceca: Bruselas
Marcas: ninguna
Grabadores: Leopold Wiener / Ch. Wiener
Acuñación: A volante
Metal: Plata 900
Peso: 24,99g
Diámetro: 37mm
Canto: Estriado sencillo
Tirada: 6.714
Catálogo: X#8 / M#12a
Conservación: EBC
Rareza: Escasa
Anverso:
Nombre de los monarcas
LEOPOLD I a la izquierda, y
LEOPOLD II a la derecha. Figura central de los bustos del rey Leopoldo I (1831-1865) a la derecha y al frente-izquierda su segundo hijo el rey Leopoldo II (1865-1909), sobre ellos una estrella de cinco puntas y bajo sus cuellos el nombre del grabador del anverso
LEOP WIENER (Leopoldo Wiener). Con fino listel y gráfila de pequeñas perlas en ambas caras.
Reverso:
Fechas de
1830 y
1880 en la parte superior izquierda y derecha respectivamente. Alegoría de Bélgica en forma de mujer vestida con túnica en cuyo brazo derecho cuelga una corona de laurel, y porta una tabla con la constitución de Bélgica. En el brazo izquierdo sujeta una rama de olivo y otra de palma. Se encuentra apoyada sobre la testa de un león sentado. Al fondo la fachada del palacio de Justicia y a la izquierda la columna del Congreso, frente a un sol y sus rayos. Bajo las patas del león
E.Devaux.Inv como diseñador de la pieza, y bajo el exergo
Ch.Wiener.Fec. Grabador del reverso.
Canto:
Estriado sencillo
Observaciones:
1880. Bélgica. 5 francos belgas. Conmemorativa del Cincuenta aniversario de la independencia (variante: 15 radios solares a la izquierda. de la columna, tocando el borde) (X#8 / M#12a). 24,99 g. Ag. (EBC). Duprez 1217. Ex Jean Elsen (148/829).
Esta pieza es una medalla que se acuñó en la
exposición nacional de Bruselas el 16 de junio de 1880. Las piezas de cinco francos de plata se vendieron a 5,5 francos. Aunque estas monedas no tienen cursos oficiales, son relativamente buscadas por la baja tirada (6714 ejemplares) y por las 4 variantes que tienen los rayos del sol a la izquierda de la columna. Encontramos de hecho piezas con 10, 13, 14 o 15 rayos. Sin embargo, hay superposiciones con 7 u 8 radios. Fueron acuñadas en oro unos 42 ejemplares, en plata 6.714 y finalmente en cobre 27.841 ejemplares por cada moneda (módulo de 10 céntimos). Se pusieron a la venta sets dentro de un estuche con 1 moneda de 100 francos de oro, 2 monedas de 5 francos (plata), 2 monedas de 2 francos (plata) y 2 monedas de 1 franco (plata). La más escasa en la pieza de 10 radios con solo el 2% de las 6.714 monedas acuñadas. Esta pieza también se acuñó en cobre, y también tiene la variedad 10/13/14/15 radios. Con una tirada de 27.841 monedas.
En 1830, Bélgica se independizó de los Países Bajos, y el rey Leopoldo I se convirtió en rey de los belgas. En aquel entonces fue declarado un país neutral, hecho que sólo duró hasta la Primera Guerra Mundial. Tras el Congreso de Viena de 1814, el pequeño país de Bélgica se unió al estado holandés para formar lo que sería llamado el Reino de los Países Bajos. Esto forzó a la integración impuesta sobre todo por Austria e Inglaterra, integración que sólo duraría 15 años, cuando Bélgica se rebeló y proclamó definitivamente su independencia. El Congreso de Viena fue convocado en 1814, tras la derrota definitiva de Napoleón. La idea del congreso era unir a Europa Occidental, después de casi dos décadas en guerra. Una de las víctimas de las guerras napoleónicas había sido precisamente Bélgica. Una unión entre Holanda y Bélgica parecía, en teoría, ser lo más fructífero. El don neerlandés para la agricultura y el comercio estaría perfectamente equilibrado con las industrias belgas. Sin embargo, el Congreso de Viena no tomó en cuenta las diferencias en materia de religión, idioma, costumbres e historia. El 25 de agosto de 1830 estalló una revuelta, inspirada por la representación de El Silencio de Portici, de Auber. La ópera se basaba en una revuelta de los napolitanos contra los franceses, y fue tomado como un paralelismo por los belgas, que se veían oprimidos por los holandeses. Los disturbios crecieron, y a finales de año se iniciaron los trámites para proclamar la independencia de Bélgica. El resto de Europa, muy pendiente de sus propios problemas, apenas se vio perturbada por la independencia belga.
Ahora que Bélgica era un país independiente, necesitaba un rey. El rey francés, Luis Felipe, sugirió amablemente a uno de sus parientes. Gran Bretaña dijo no, y propuso a un pariente de su reina Victoria. El 4 de junio de 1831, el Congreso Nacional eligió a un príncipe alemán, Leopoldo de Sajonia-Coburgo, como rey de los belgas. Aunque Bélgica ya tenía su propio rey y su independencia, Holanda se negó a reconocerlo durante ocho años. Finalmente, en 1839 reconoció la independencia belga, marcando el inicio de los estados modernos belga y holandés. Bélgica se declaró neutral, un acuerdo que duró hasta la invasión alemana en la Primera Guerra Mundial.
Leopoldo I (1790-1865), hijo menor del duque Francisco de Sajonia-Coburgo-Saalfeld, formó parte en el ejército imperial ruso y luchó contra Napoleón después de que las tropas francesas invadieron Sajonia-Coburgo durante las guerras napoleónicas. Después de la derrota de Napoleón, Leopold se mudó al Reino Unido, donde se casó con la Princesa Charlotte de Gales, que era la segunda en la línea del trono británico y la única hija legítima del Príncipe Regente (el futuro Rey Jorge IV). Charlotte murió después de solo un año de matrimonio, pero Leopold continuó disfrutando de un estatus considerable en Gran Bretaña. Después de la Guerra de Independencia griega (1821-1830), a Leopoldo se le ofreció el trono de Grecia en virtud del Protocolo de Londres de 1830 que creó un estado griego independiente, pero lo rechazó, creyendo que era demasiado precario. En cambio, aceptó el trono de Bélgica en 1831 después de la independencia del país en 1830. El gobierno belga le ofreció el puesto a Leopold debido a sus conexiones diplomáticas con las casas reales de Europa y porque, como candidato respaldado por los británicos, no estaba afiliado a otras potencias, como Francia, que se creía que tenía ambiciones territoriales en Bélgica que podrían amenazar el equilibrio de poder europeo creado por el Congreso de Viena de 1815. Leopold prestó juramento como rey de los belgas el 21 de julio de 1831, un evento que se conmemora anualmente como el Día Nacional de Bélgica. Su reinado estuvo marcado por los intentos de los holandeses de reconquistar Bélgica y, más tarde, por la división política interna entre liberales y católicos. Como protestante, Leopold fue considerado liberal y alentó la modernización económica, desempeñando un papel importante en el fomento de la creación del primer ferrocarril de Bélgica en 1835 y la posterior industrialización. Como resultado de las ambigüedades de la Constitución belga, Leopoldo pudo ampliar ligeramente los poderes del monarca durante su reinado. También jugó un papel importante en detener la expansión de las revoluciones de 1848 en Bélgica. Murió en 1865 y fue sucedido por su hijo, Leopoldo II.