Hola a tod@s, hoy voy a presentar otra de esas monedas que tanto me gustan y que proceden de otro famoso pecio. Se trata de
4 Reales acuñados en la ceca de
México a nombre del
Rey Carlos II presentando una acuñación característica de las cecas del
Nuevo Mundo. La moneda que muestro tiene las características propias de las “
macuquinas” y procede de un barco de la “
Compañía Inglesa de las Indias Orientales”, el “
Joanna”.
Datos de la pieza:Nominal: 4 Reales
Año: No visible, pero de acuerdo a la tipología, se acuñaría durante el siglo XVI y con una fecha igual o anterior a 1682. Partiendo de la base que la catalogamos como perteneciente al reinado de Carlos II, por los motivos que se exponen en las sucesivas líneas, dataría de entre 1678 y 1682.
Ceca: México (“Mº”; en el anverso)
Metal: Plata de 930,555 milésimas
Peso: No disponemos de este dato al estar protegida dentro del holder y no disponer de datos previos al encapsulado. No obstante y, de acuerdo a otros ejemplares procedentes del pecio, estaría entre los 13 y 14 gramos.
Diámetro: 30 milímetros (aprox.).
Canto: Liso e irregular. Macuquina (“Cob”, “Cabo de barra”).
Tipo de acuñación: A martillo.
Ensayadores: No visibles. Suponiendo que la pieza se acuñó bajo el reinado de Carlos II, correspondería la sigla “L” para esta ceca y valor.
Estado de conservación: “Shipwreck effect” de acuerdo al “COA” y con “Grade IV” de acuerdo a la certificación. Muy posiblemente la pieza circuló en su día, pues se trata de un barco de la famosa Compañía Inglesa de las Indias Orientales (“EIC”). En el anverso, los elementos del escudo son parcialmente visibles, sin datos acerca de la ceca, pero por el tipo de la Cruz del reverso sabemos que se trata de México, así como la sigla del ensayador y el valor nominal tampoco están disponibles. El reverso muestra parcialmente los cuarteles con las armas de Castilla. Sin leyendas, al ser una “macuquina”. Ciertas zonas con pátina oscura en ambas caras y corrosión marina agresiva.
Referencias bibliográficas: “Cal-Tipo 91” (
#491-500)
Rareza: Muy rara. Ya no tanto por el numeral en sí, o por el estado de conservación, este último bastante afectado por la acción marina constante, sino a que este pecio no es tan usual de ver en el mercado.
Pecio: “Joanna”. Barco integrante de la flota de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales (“EIC”) y que naufragó en 1682 frente a las costas de lo que hoy es Sudáfrica. En este pecio se encontraron gran cantidad de monedas españolas del tipo “macuquina”, con valores de 4 y 8 Reales y originarias de las principales cecas del Imperio español en el Nuevo Mundo. No olvidemos que las monedas españolas eran la divisa mundial del momento y la comúnmente aceptada en Asia, viéndose obligadas las demás naciones, muchas veces, a cambiar sus monedas por monedas españolas para poder comerciar.
Reinado: Muy probablemente, a nombre de Carlos II “El Hechizado” (1665-1700). La tipología de la pieza nos sitúa en el siglo XVI y cuya fecha de acuñación debe ser igual o inferior al año del naufragio, en 1682. Esta moneda en cuestión presenta las características propias de los reinados de Felipe III o Felipe IV, así como de su sucesor, Carlos II. Se ha documentado que una parte significativa del cargamento correspondía a piezas de este último reinado.
Dinastía: Casa de Austria.
Leyendas:Anv.: “
CAROLVS II. D.G. 16XX” [LEYENDAS NO VISIBLES, MACUQUINA] alrededor del escudo de armas coronado de los Reinos de España. En el lado izquierdo del mismo, la marca de la ceca (“
Mº”) y, bajo ella, la letra del ensayador, ambas NO visibles. A la derecha del escudo, el valor nominal (“
IIII”) no visible. Fecha tampoco identificable. Corrosión marina agresiva.
Rev.: “
HISPANIARVM REX” [LEYENDAS NO VISIBLES, MACUQUINA] alrededor de un cuartelado con castillos y leones dentro de una orla de ocho lóbulos, divididos por la Cruz de Jerusalén. Corrosión marina agresiva.
Observaciones: La moneda en cuestión presenta las oxidaciones propias de una moneda que ha permanecido 300 años bajo el mar, especialmente deteriorada como todas las monedas rescatadas de este pecio en concreto y que demuestran que esta pieza en cuestión es un fiel testigo de la historia tanto española, como americana y europea, inmersos en los tiempos de aquella “primera globalización” y el uso de nuestra moneda común como “divisa mundial”.
Información histórica: El “Joanna”, fue un barco de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales (“EIC”) de unas 550 toneladas y ya contaba con una dilatada experiencia en largas travesías, pues ya había completado con éxito cinco viajes a la India británica por aquel entonces. Esta es la razón por la que, desde las oficinas de la Compañía, se le designara un sexto viaje y para la mañana del 24 de febrero de 1682, el “Joanna” ya se preparaba en el puerto de “The Downs” para partir. La tripulación seleccionada estaba formada por 110 hombres y se pusieron a punto unos 46 cañones para la defensa de su preciada carga. Sólo faltaba el levantamiento de vientos del este para que su último viaje diera comienzo.
Con el capitán Robert Brown al mando, el “Joanna” zarparía esa misma tarde rumbo a Surat junto con otros cuatro barcos de la compañía: el “Williamson”, el “Nathaniel”, el “Sampson” y el “Welfare”, perfectamente integrados en un convoy para su mejor protección. La carga declarada del “Joanna” consistía, de forma resumida, en barras de plata, plomo y cobre, así como artículos cotidianos de fabricación europea para los habitantes de aquel enclave, precisamente famoso en la actualidad por la fabricación de Rupias (del tipo encontrado en el célebre “Taj Mahal Sunken Treasure”). Pero además, a bordo se cargaron unos 70 baúles, con monedas de 4 y 8 Reales españoles, acuñadas en varias cecas del Nuevo Mundo para comerciar en la zona dada su gran aceptación e importancia mundial.
Tras tres meses de travesía, donde hubo 8 días con muy mal tiempo, los oficiales se habían desviado de la ruta trazada inicialmente y no tenían conocimiento exacto de dónde se encontraban. Así y creyendo que el “Joanna” se encontraba al sur de cualquier puerto o zona costera, en aguas bastante profundas, el Capitán ordenaría que pusieran rumbo a tierra el 8 de junio de 1682.
A última hora de la tarde, el personal daría el aviso del avistamiento de tierra próxima en dirección noroeste, pero la caída de la noche interrumpió todo contacto visual. El Capitán Brown ordenaría mantener el rumbo con la esperanza de ver tierra con las primeras luces del alba y poder así reorientarse y continuar su rumbo. Pocos imaginarían que el desastre estaba próximo pues, en torno a las 4 de la mañana, a pocas horas del amanecer, un golpe fuerte seguido de un sonido muy largo en el casco puso a todo el mundo en alerta. El “Joanna” había encallado en un arrecife frente a “Die Dam”, el oeste de “Quoin Pint” en “Cape Agulhas”.
Como finalmente sí que era posible divisar tierra frente a ellos, el Capitán, sus oficiales y una parte de la tripulación se hicieron al agua subidos en los dos botes salvavidas con los que contaba la embarcación, pero el resto del pasaje tuvo que improvisar balsas empleando los mástiles, trozos de madera del barco y otros objetos a bordo que sirvieran para tal fin.
El camino era sin duda peligroso y debían sortear varios arrecifes y aguas en malas condiciones para embarcaciones tan pequeñas. Cuando llegaron a la costa se percataron que sólo 104 personas lograron salvarse y el resto perecieron intentando poner a salvo sus vidas. El barco se hundió al poco tiempo y con él, su valiosa carga.
Los supervivientes no habían podido llevar nada consigo, ni si quiere las mínimas provisiones, pues todo había sucedido muy rápido. El hambre y la sed se apoderaron pronto de ellos, sin embargo, un grupo tribal de la zona, conocidos como “Hotten Tots”, los encontró y llevarían a su poblado (“kraal”). Allí les dieron alimento y leche, así como provisiones para continuar el viaje conducidos por un guía local hasta el Cabo (a unas 80 millas al noroeste).
El primer rescate: Las noticias llegadas a Ciudad del Cabo propiciaron una campaña por parte de la Compañía para tratar de recuperar lo máximo posible de los restos del “Joanna”. Así, aprovechando unas jornadas de marea tranquila, se envió una embarcación de rescate junto con algunos miembros de la antigua tripulación del “Joanna” para localizar el lugar del siniestro. No obstante, la operación se saldó con más dificultades de las previstas y se lograron rescatar una parte del cargamento de monedas, valoradas en poco más de dos mil cuatrocientas libras esterlinas de la época. Además, una parte significativa de la mercancía y restos del “Joanna” fueron arrastrados a tierra por las corrientes de la zona, lo que favoreció su rescate y aprovechamiento. La misión de rescate, pese a todo, se consideró por lo tanto un éxito, siendo el “Joanna” el primer barco de la Compañía que se perdería frente a lo que hoy es Sudáfrica. Como suele suceder, su tesoro y su historia pronto quedaron en el olvido…hasta ahora.
El redescubrimiento: Llegados a este punto, debemos poner atención sobre la figura de Charles Shapiro, un agricultor de maíz, residente en Sudáfrica a principios de la década de 1970. Ya en 1972 aprendió a bucear a modo de hobbie y un tiempo después visitaría a un amigo suyo del mundo de las inmersionees en la capital del país, su nombre era Gavin Clackworthy y sería el que llevaría al propio Shapiro y a otro aficionado al buceo hasta el lugar de reposo del “Reygersdahl”, un barco de la Compañía Holandesa de las Indias orientales (“VOC”) que había naufragado unos años más tarde, en 1747. En esta primera incursión sería donde Shapiro encontraría su primera moneda de 8 Reales, concretamente, del tipo conocido popularmente como “columnario” y en muy buen estado de conservación para llevar tanto tiempo sumergido y en unas condiciones difíciles. Su interés por los tesoros acababa de despertar.
Los años posteriores a su pequeño descubrimiento, Shapiro realizaría varios viajes a distintos países de Europa en busca de documentación relacionada con naufragios en aguas sudafricanas. En uno de ellos daría con los datos del hundimiento del “Joanna” y no tardaría en formar un equipo integrado por 6 buzos con experiencia, donde destacaríamos los nombres de: Clackworthy, Erik Lombard, Bert Kutzer, Andre Hartman y Tommy Botha. En 1982, 300 años exactos después del trágico hundimiento del “Joanna”, Shapiro y su equipo descubrieron los restos que tantos habían intentado localizar tras los acontecimientos. Sin duda fue algo mágico y daba la sensación que el propio barco aún tenía una historia que contar. Los buzos identificaron 44 cañones de hierro esparcidos por el fondo del lugar y recuperaron más de 23.000 monedas de tipo “macuquina”, así como y lingotes de plata. Con todo ello, el “Joanna” no sólo pasaría a la historia como el primer barco de la “EIC” que naufragaría en aguas de lo que hoy es Sudáfrica, sino que también conllevaría el primer descubrimiento de lingotes en dichas aguas.
Apunte numismático: La mayoría de las monedas recuperadas se acuñaron en la ceca de México, con valores de 4 y 8 Reales de tipo “Cob” o “macuquinas”, acuñadas bajo el reinado de Carlos II, con algunos ejemplares de monarcas anteriores, como fueron el caso de Felipe III o Felipe IV. Algunas de las piezas localizadas y pertenecientes al reinado de Carlos II, aún tenían las fechas visibles, donde se pudo constatar que el cargamento disponía de ejemplares con fechas que hoy consideramos como “raras” o “poco comunes”, de los años 1679 al 1681. Esto añade un punto extra de cara al estudio y coleccionismo de las mismas.
Todo ello sin olvidarnos de su importancia histórica, pues estas piezas partieron de la ceca de México, donde fueron acuñadas y entrarían a través de los puertos de Cádiz a la metrópoli, en España, en las bodegas de los famosos galeones. Las corrientes comerciales en Europa habrían llevado esta moneda a bordo del “Joanna”, a través de la necesidad de cambio en moneda española para poder comerciar con los territorios de India y Asia. Estas piezas fueron acuñadas en tiempos en los que España empezaba a ver mermar su dominio marítimo en favor de otras potencias y en un momento donde la piratería experimentaría su “Edad de Oro” (1650-1730).
Fotos:Espero que os guste!
Saludos.