Todo Toledo es una joya arqueológica. Y lo que se ha perdido por el desmán, aquí y en toda España.
A principios de los 90 aparecieron unas termas romanas en el Paseo de la Rosa, frente a la estación. Aparecieron paredes con pinturas estucadas, además de numerosas piezas de todo tipo. Tras varios meses estudiando que hacer, de ellas nunca más se supo. Hoy se yergue un edificio con su correspondiente garaje.
El último vestigio vivo son unas losas de ladrillo (que conservo), de las columnas del caldarium, que recogió mi suegro de un camión antes de que llevaran el "escombro" a no sé dónde.
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El problema con el mundo es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas.
Bertrand Russell.