Según la Real Academia Española, el arte es la manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
Dicha actividad humana, entendida como el conjunto de habilidades, técnicas o principios necesarios para realizar una determinada realización, tiene como fin la creación de obras culturales.
Hay que entender además que el arte nace de un impulso primigenio que da lugar a la actividad en la que el hombre recrea, con una finalidad estética, un aspecto de la realidad o un sentimiento en formas bellas valiéndose, como hemos mencionado al principio, de la materia, la imagen o el sonido.
El arte es básicamente, sensibilidad y belleza, conviertiéndose así en el medio idóneo para transmitir emociones y sentimientos capaces de conmover a un alma que se deja seducir.
Cuando contemplamos nuestras monedas, tenemos la sensación de que no son un simple medio de cambio. Más allá de su contexto de acuñación, de la realidad de su tiempo y de sus vicisitudes históricas, existe una cualidad intrínseca a muchas piezas que perfectamente se podría definir como arte. Algunas de ellas son fruto de la inspiración, la creatividad y los sueños de personas que supieron encauzar dichas habilidades innatas hacia un esfuerzo y unas capacidades que se pusieron al servicio práctico de la sociedad.
Una moneda, por poner un ejemplo, acuñada mediante la técnica de rodillo, exige un altísimo nivel de ingenio y sofisticación. Desde que el metal es extraido, refinado y viaja hasta la ceca, hasta que es ensayado para certificar su ley, convertido en rieles, que posteriormente son debidamente laminados y cortados con unas máquinas que eran auténticas maravillas tecnológicas de su tiempo...el trabajo artesano del incisor que realizaba los cuños así como la intervención en el proceso artesano de creación de moneda de los superintendentes, los cortadores, los fundidores, los fieles de balanza, los tesoreros, los laminadores y así un largo etcétera...dan fe de que ante nosotros, tenemos una verdadera obra de arte.
Hay quien dirá que una moneda hecha en serie, aún con medios artesanales, puede ser dicutiblemente un objeto artístico. Su fin, sería la justificación para restarle esa singularidad....no es posible que algo que ha nacido con un objetivo tan pragmático, pueda albergar la popiedad de irradiar sentimientos y belleza, algo que solo una obra de arte es capaz de transmitir...pero las sensaciones que despierta en el alma una moneda que nació del barroco y que sería imposible en otro tiempo, así como cualquier otra moneda en la que el hombre y sus anhelos de expresión hayan entregado su espíritu, hacen lógico lo ilógico...posible, lo que parecía poco plausible.
Si nos dejamos llevar por la definición de arte, las monedas con personalidad propia, bien se podían calificar como pequeñas obras de arte, pero eso es solo una humilde opinión con cabida para cualquier otro tipo de perspectiva. ¿qué opinais vosotros?