La Fortuna Redux era una faceta de esta diosa que aseguraba el regreso del emperador a Roma cuando salía en campaña o en cualquier otro tipo de viaje. En general, una invocación para la seguridad del soldado y el viajero. Forma parte del culto imperial desde que se le dedicó un altar por el regreso de Augusto de Asia en el 19 aC. Domiciano aumenta su importancia como diosa Augusta cuando le construye un templo en la colina del Capitolio tras su regreso victorioso de Germania en el 93 dC. Se la invoca durante todo el siglo II y parte del III en cada salida del emperador. Aparece con la cornucopia, atributo típico de la Fortuna, y con un timón, como marcando el camino de regreso a casa. Más adelante se incorporó un globo, que puede aparecer o no junto con los otros dos atributos.
Adriano la mandó acuñar aureos y denarios con la Fortuna Redux continuamente, desde el inicio de su principado y en cada uno de sus viajes. Fue uno de los primeros motivos en los reversos como emperador, ya que accedió al imperio en Siria, donde era legado en la expedición de Trajano contra los Partos. La primera emisión, de 117 dC., es idéntica a la que os muestro, salvo que no especifica el número de consulado. El deseo solicitado era que el emperador volviese a Roma, como es habitual. Algo que en el caso de Adriano era un manifiesto deseo personal del nuevo emperador, poner fin a la campaña y volver a casa. El regreso en este caso no dependía solo de los partos y los elementos porque, como muchas sucesiones en Roma, esta tampoco estuvo libre de polémica y controversia.
Al morir Trajano circularon varios rumores que apuntaban a que Adriano no era el escogido para sucederle. Elio Esparciano, en la Historia Augusta, afirma que muchos sostenían que Trajano quería designar sucesor al jurisconsulto Neracio Prisco, mientras que otros afirmaban que quería haber dejado el imperio sin sucesor, al modo de Alejandro Magno. Se difundió un rumor, al que se apunta Dión Casio sin cuestionárselo, según el cual la designación había sido una maniobra de Plotina, que habría usado a alguien escondido en la cámara de Trajano para simular su voz agonizante. Según Dión, su padre, que era gobernador de Cilicia, le habría confirmado que la carta al Senado proponiendo a Adriano como sucesor iba firmada por Plotina. Es sabida la relación más allá de la amistad entre la emperatriz y su sobrino, y todo sería una maniobra de aquella para no perder su cuota de poder. En este punto quiero recordar la historia que conté con un denario de Faustina madre (link), en la que me centré en la línea genética de las emperatrices de la dinastía. Todos los emperadores hasta Cómodo fueron adoptados, pero todas sus esposas estaban ligadas por consanguinidad a Trajano a través de su hermana Matidia.
Es cierto que las circunstancias alimentan los rumores y sospechas, pero la carta de Plotina al Senado, de ser cierta, no demuestra nada. La idea de un plan de descendencia dinástica a través de las mujeres de la familia Ulpia, de haber tal plan, pone a Trajano en el centro como artífice, ya que se trataría de mantener su línea genética. Es como si emulase a Augusto, que se esforzó, sin éxito inmediato, en poner a un descendiente en línea directa a la cabeza del imperio. De este asunto también escribí con un denario de los jóvenes césares (link) y tiene algunas similitudes. Como siempre, es difícil concluir si Adriano era el sucesor deseado de Trajano o si se aprovechó de alguna maniobra oculta para legar a emperador. Hay un detalle que a mi me llama la atención en Dión, que no solo oculta los méritos que podrían contar a favor de Adriano, sino que incluso llega a decir que nunca tuvo sobre sus espaldas ningún título de responsabilidad, ni civil ni militar. Y esto es un detalle que por varias fuentes se sabe que no es así. Lo cierto es que Adriano tenía muchas cartas a su favor.
La familia de Adriano se había trasladado Hispania ya en tiempos de la segunda guerra púnica, estableciéndose en Itálica. Su padre era primo hermano de Trajano, y este se hizo tutor del muchacho cuando a los 10 años su padre murió. Cuando Nerva adoptó a Trajano, Adriano salió disparado a llevarle la noticia a su primo y tutor, y fue el primero en felicitarle, cuando era tribuno en Mesia, a pesar de los intentos de sabotaje de un familiar llamado Cervino. El tal Cervino aparece como un cuñado que estaba malmetiendo a Trajano contándole sobre los excesos y deudas de Adriano, y que habría saboteado el carro con la que Adriano pretendía llegar al campamento de Trajano. Adriano llegó a pie, e incluso se adelantó al mensajero que envió Cervino. Esta historia ya nos habla de rivalidades dentro de la familia anteriores a la ascensión de Trajano al imperio. Adriano tuvo muchas luces y sombras, y no fueron pocos los que usaron las últimas para alejarlo de Trajano. Los detractores de Adriano tuvieron éxito en cierto momento, pero los primos se reconciliaron y estrecharon aún más su amistad. En esta reconciliación fueron decisivos Plotina y el prefecto del pretorio Licinio Sura, que era uno de los más íntimos del emperador. No solo recuperó la amistad de su primo, también obtuvo la mano de Sabina, la hija de Matidia. A partir de este punto su relación con Trajano y su carrera política no hicieron más que progresar. Acompañó al emperador a la guerra de Dacia donde no solo se distinguió en combate, también se convirtió en el compañero más próximo a su tío cuando se trataba de abandonarse al vino, afición a la que trajano era asiduo y que Adriano adquirió en este tiempo. Tras esa campaña fue nombrado Tribuno de la Plebe, un título que desde Augusto estaba muy vinculado al principado. Fue cuestor, pretor, cónsul y legado en Panonia, donde obtuvo una importante victoria contra los Sármatas que sirvió para pacificar la frontera por un buen tiempo. En la expedición contra los partos estuvo al frente de la legión I Minervina, donde se distinguió de manera brillante. Como recompensa de sus esfuerzos trajano le entregó una gema que a su vez había recibido de Nerva, lo que algunos interpretaron como un claro indicio de la posible sucesión. Ya antes de partir, Licinio Sura le había informado que Trajano pensaba adoptarle. La muerte de este le acercó aún más al emperador. Se convirtió en su secretario personal y le escribía todos los discursos. Obtuvo un segundo consulado, consolidando aún más su posición frente a los que habían sido sus enemigos en la corte, que no le faltaban. Sus mejores armas frente a estos fueron Plotina y los libertos de Trajano, a los que se metió en el bolsillo con artes de todo tipo. Finalmente recibió la noticia de la adopción en Siria, unas semanas antes de la muerte de Trajano. La proximidad de ambas fechas dio alas a los comentarios sobre la conspiración de Plotina, pero ya en este punto Adriano contaba con más papeletas que nadie para ser considerado el sucesor legítimo de Trajano.
Se ha sugerido que algunos sectores del ejército, oficiales de alta graduación próximos a Trajano, no veían con buenos ojos al nuevo emperador, que tenía la firme intención de abandonar la campaña de oriente y retirarse de los territorios ocupados. Pero no he encontrado referencias a esta situación en las fuentes antiguas que he consultado. Sí es cierto que se habla de dos conjuras, encabezados por esos oficiales, para intentar asesinar a Adriano. Una de ellas fue protagonizada por Celso y Palma, dos enemigos declarados de Adriano en vida de Trajano y muy próximos al emperador, pero que habían caído en desgracia ante este antes de morir. El motivo de esta desgracia no se especifica por Elio Esparciano, y Dión ni lo menciona. Es Dión, en cambio, el que habla de una fallida emboscada en una cacería en la que se intentó acabar con la vida de Adriano. La otra intentona sería durante un sacrificio y sus instigadores Nigrino y Lusio Quieto. Ambos pertenecían también al círculo personal de Trajano. Nigrino llegó incluso a ser designado por Adriano como sucesor. Todos fueron ejecutados, aunque Adriano siempre sostuvo que se los ajustició en contra de su voluntad. No se sabe si estas conjuras tenían o no respaldo en el ejército. También es posible que solo se tratase de intrigas palaciegas entre particulares.
Adriano accedió al principado el 20 de agosto del 117 y tardó todavía un año en regresar a Roma. Los primeros asuntos de los que se tuvo que ocupar consistieron en asegurar la paz en el imperio que había conquistado Trajano. Había revueltas en Siria, Egipto y Judea, buena parte de Britania se había apartado de Roma, los moros y sármatas estaban muy activos en las fronteras y la guerra contra los partos se mantenía en marcha. Se llegó a un arreglo con estos, que ya no representaban una amenaza para Roma, y se concentró en controlar la situación dentro de las fronteras del imperio.
La moneda corresponde a la emisión del 118 y refleja un segundo consulado en su inscripción. En lo demás es exactamente igual que la del 117. Espero que os guste
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Denario de Adriano, Roma, 118 dC.
Anv: IMP CAESAR TRAIAN HADRIANVS AVG, busto laureado a derecha
Rev: P M TR P COS II, Fortuna sedente a izquierda con cornucopia y timón
Exe: FORT RED
RIC II, 41a
Peso: 2,5g
Diámetro: 19mm.