Hola a tod@s, hoy voy a presentar otra de esas monedas que tanto me gustan y que proceden de otro pecio que tal vez, no es tan conocido y que no suelen verse con frecuencia. Se trata de un
Ducatón acuñados en la ceca de
Brabante a nombre del Rey de España
Felipe IV entre los años
1621 y 1665 presentando una acuñación típica de los Austrias, de gran módulo y muy llamativa, pero característica de los Países Bajos españoles
Datos de la pieza:Nominal: Ducatón
Año: Entre los años 1621 y 1665 de acuerdo a la tipología de la pieza y los ejemplares que han conservado la fecha total o parcialmente visible (muy variada), además del reinado correspondiente a este monarca.
Ceca: Brabante/Antwerp Mint
Metal: Plata de 944 milésimas
Peso: 21,4 gr (aprox.). Claramente disminuido por la acción del mar.
Diámetro: 41,7 milímetros (aprox.).
Canto: Liso e irregular
Forma: Redonda
Tipo de acuñación: A martillo
Estado de conservación: “Shipwreck effect (G3/C)”. La corrosión marina se ha cebado bastante en esta pieza, con una acción bastante dispar en ambas caras, dejando el anverso seriamente dañado en comparación con el reverso. En el primero, vemos como el busto del monarca y las leyendas son inapreciables debido a la corrosión marina, apreciándose solamente la orla que separa el busto de la propia leyenda. El reverso muestra el escudo coronado con las armas del Imperio español por aquel entonces, flanqueado por dos leones que miran hacia el frente. Leyendas parcialmente visibles, al igual que los elementos del escudo. Superficie irregular por la acción marina, con importante pérdida de peso.
Variantes: Fundamentalmente en la tipología del busto del monarca. Tipo 1, con el busto del rey joven, con gola rizada, utilizado entre 1622 y 1636. Tipo 2, con el busto del rey mayor, con gola plana, utilizado desde 1636 a 1665. La que se muestra, estimo, pertenecería al primer grupo, con el retrato realizado entre 1622 y 1636, dados los ejemplares encontrados. No obstante, las fechas analizadas en las monedas de este pecio son muy dispares y no puede asegurarse al 100%.
Referencias bibliográficas: “Van Gelder y Hoc, 327”
Rareza: Rara. Ya no tanto por el numeral en sí y la ceca o por el estado de conservación, este último afectado significativamente por la acción del agua salada, sobre todo en el anverso, sino por lo poco frecuente que resulta ver monedas procedentes de este pecio en concreto y con un número limitado de piezas que han podido rescatarse.
Pecio: “Merestein Wreck”. Barco integrante de la flota de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC) y que naufragó en Saldanha Bay, el 03 de abril de 1702. En este pecio se encontraron, mayoritariamente, monedas de plata de gran módulo, algunas acuñadas en los Países Bajos a nombre de Felipe IV, además de grandes monedas posteriores de plata, acuñadas en las provincias holandesas contemporáneas al naufragio (Ducatones y medios Ducatones).
Reinado: Felipe IV “El Rey Planeta” (1621-1665).
Dinastía: Casa de Austria
Leyendas:Anv.: “
PHIL. IIII. D. G. HISP. ET. INDIAR. REX. 16 (Ceca) XX” [NO VISIBLES] alrededor del busto con armadura y ornamentado con cabezas de león sobre los hombros del monarca mirando hacia la derecha, todo ello, dentro de una orla redondeada que lo separa de la leyenda. Corrosión marina muy agresiva.
Rev.: “
.ARCHID. AVST. DV-X. BVRG. BRAB. Zc.” [PARCIALMENTE VISIBLES] alrededor del escudo coronado con las armas de todos los territorios integrantes del Imperio español en aquel momento y flanqueado por dos leones que miran hacia el frente. Corrosión marina.
Observaciones: La moneda en cuestión presenta las oxidaciones propias de una moneda que ha permanecido casi 300 años bajo el mar y sometida a la acción constante de los finos sedimentos marinos de la zona del naufragio, pero que a pesar de esto, no ha perdido cierta calidad de detalle que podemos observar (sobre todo en el reverso) y que demuestran que esta moneda en cuestión es un fiel testigo de la historia tanto española, como europea. Así y, dado que aún permanecen visibles algunos elementos significativos de esta moneda (escudo o las leyendas parciales), estimo que presenta un “grado 3 o C” en lo referente al estado de conservación, como ya he señalado.
Información histórica: El Merestein fue un barco holandés, con el diseño característico de los buques mercantes holandeses que surcaban los océanos Atlántico e Índico en misiones comerciales y de transporte tropas, normalmente a Batavia y algunos otros enclaves durante los últimos años del siglo XVII. ElMerestein fue construido en Amsterdam en el año 1693, por encargo expreso de la Cámara de Comercio de Amsterdam a título de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC). Sus imponentes dimensiones eran de poco más de cien pies (145 'Amsterdamse' pies), con una capacidad de carga de hasta 315 toneladas inglesas (160 holandesas 'lasten'), realizando su viaje inaugural en el año 1694, poniendo rumbo hacia las Indias el 6 de junio y regresando el 11 de noviembre de 1695. Los dos viajes que realizaría posteriormente por las Indias fueron financiados íntegramente, en primer lugar, por la “Cámara Enkhuizen” de la VOC el 20 de julio de 1696 y, a continuación, por la “Cámara de Rotterdam” el 15 de abril de 1699. La última vez que el Merestein zarparía de los puertos de Texel, en los Países Bajos, sería el 4 de octubre de 1701, para sellar su triste destino seis meses después de echarse a la mar, en los traicioneros bajíos rocosos de la isla de Jutten, a unas 65 millas al noroeste de la Ciudad del Cabo. Esta última misión del Merestein consistía en zarpar rumbo al este, con un valioso cargamento de monedas de plata españolas y holandesas para el pago de las tropas en el territorio de Batavia. Muchos de los tripulantes del barco se encontraban enfermos de escorbuto y la urgente necesidad de proveerlos de agua fresca y víveres sería lo que acercó el barco a la costa sudafricana cuando todavía se encontraban a una distancia notable, al norte del Cabo. Al aproximarse a tierra, el capitán del Merestein, Jan Subbinga, pudo visualizar la entrada a la bahía de Saldanha, un enclave utilizado con frecuencia como abrevadero para los barcos de la Compañía Holandesa por aquel entonces. Sin embargo y, ya próximo a la costa, decidió de forma un tanto imprudente aproximarse por el lado sur, una entrada más estrecha y traicionera localizada entre la isla y Jut Point. De repente un grito estremeció los corazones de todo aquel que puedo escucharlo "¡Arrecife delante!". Soplaba un viento del suroeste y los oficiales dieron la orden de navegar contra el viento por lo que, en consecuencia de ello, las velas se acortaron, pero sin embargo el barco no respondió correctamente a las maniobras del timón. El Capitán Subbing ordenó lanzar una de las anclas, pero tampoco logró estabilizar el barco, ordenando un nuevo lanzamiento con la esperanza de corregir aquella situación que se tornaba oscura por momentos. Llegados a este punto, las velas del barco se llenaron del viento que estaba soplando con cierta fuerza y el primer oficial planteó cortar las líneas del ancla para lograr que el barco pudiera avanzar aprovechando el impulso del aire. El retraso en la toma de decisiones terminaría de sellar sus destinos pues Subbing prefirió, primeramente, organizar un consejo de urgencia junto a sus oficiales, llevando al barco a encallar en la esquina suroeste de la isla, y solo 99 de sus 200 tripulantes lograron salvarse.
Tan sólo una hora después de haber encallado en aquellos arrecifes submarinos, durante la noche del 3 de abril de 1702, el barco fue destrozado por las grandes olas que se sucedían en la zona. Cuando por fin amaneció, no quedaba ningún rastro del Merestein a flote. Los supervivientes miraban con incredulidad y temor el lugar donde se había producido el triste desenlace desde la seguridad de la isla, pero lo único que lograron ver fueron unas pocas tablas flotando sobre el lugar de la tragedia.
Pasarían más de dos siglos hasta que llegaran los primeros intentos serios encaminados al rescate del cargamento del Merestein. El primero de ellos llegó a la isla en 1971 liderados por Bobby Hayward, de Ciudad del Cabo, un buzo muy conocido y con una gran pasión por la historia del pecio. El naufragio del Merestein se encontraba en la típica línea de surf, propia de una costa abierta. Realmente, hablamos de un área extremadamente expuesta y completamente a merced de las enormes marejadas que, periódicamente, golpean la costa del lugar. Esto ha desalentado cualquier intento de rescate en el pasado. En todo este tiempo se ha conservado muy poca madera del casco y es comprensible, ya que éste se desintegró completamente debido al fuerte oleaje en el momento del naufragio y la poca madera que quedó en la zona fue arrastrada a las playas cercanas con el paso de los años. Se puede tener una ligera idea de la velocidad a la que se mueven las olas en el área del naufragio simplemente mirando la posición de uno de los cañones de hierro fundido, en aquel momento muy por encima de lo que sería la línea de flotación del barco. Además, el lugar está cubierto por algas de color rojo que cubren las rocas y existen grietas muy profundas en el suelo. El equipo de rescate comenzó a buscar dentro de las grietas y los desniveles del terreno, descubriendo incrustaciones y “clump” formados por cal, óxido de hierro y fragmentos de vidrios rotos en el interior de las mismas. Con este descubrimiento sería necesario esperar a que las condiciones del mar fueran favorables y, durante los pocos días tranquilos que se sucedieron con el tiempo, rompieron algunas grietas y desfragmentaron aquel material, encontrando, para su total asombro, parte de la plata que transportaba el Merestein.
Curiosamente, las únicas monedas que aún conservaban un buen estado eran las que se encontraban totalmente incrustadas dentro del conglomerado. Sería necesario un proceso de limpieza lento y minucioso para confirmar que el Merestein era el pecio más importante encontrado en la costa sudafricana hasta aquel momento. Se rescataron un gran número ducatones (a nombre de Felipe IV y de tipo “jinete”), además de chelines holandeses de finales del siglo XVI. Todas estas monedas habían sido acuñadas de forma manual y, obviamente, habían sido monedas de curso legal en las Provincias Unidas y algunos territorios de Europa. Realmente el descubrimiento de estas monedas hacía las delicias de los coleccionistas que no tardaron en interesarse por ellas, siendo pequeñas obras de arte en sí mismas, algunas de ellas eran de gran rareza. Desafortunadamente las monedas que no estaban incrustadas en los conglomerados estaban muy corroídas por la acción marina. Algunas de ellas tenían casi el grosor de un simple papel y fueron directamente enviadas a los comerciantes de metales. Además de las monedas de plata, se encontraron algunos ducados de oro holandeses, pero no en grandes cantidades. El naufragio se encuentra dentro del área que comprende el puerto de la bahía de Saldanha y sólo se permite bucear en ella con el permiso de las autoridades del Puerto. Sus restos se encuentran hoy esparcidos en la costa de varias islas a profundidades que oscilan entre los 3 y los 6 metros.
La mayoría de las monedas que podemos adquirir hoy proceden del rescate de 1971 aunque hubo varios trabajos posteriores. Además de todo este cargamento, se recuperaron un cañón de bronce y un lote de barras de plomo de 125 kg. Como anécdota curiosa, señalar que el comandante Wicht, que en el año 1975 era dueño del famoso restaurante Merestein en honor a aquel barco, estaba interesado en obtener el cargamento rescatado para exhibirlo a modo de reclamo en su restaurante. Por aquel entonces, el restaurante ya albergaba algunos elementos ornamentales de la época como armas, piezas de vajilla y pipas holandesas. Wicht pronto se daría cuenta que las monedas rescatadas se encontraban en excelentes condiciones dadas las circunstancias del hundimiento y la zona en la que se habían localizado. Estas monedas se habían confeccionado batidas a mano con los motivos en relieve. Muchas de ellas correspondían a la época imperial española. El señor Chowles era uno de los buzos profesionales que participaría posteriormente en las labores de salvamento realizadas y el comandante Wicht, desesperado por hacerse con aquellas monedas que tanto le fascinaban, le ofreció Chowles, nada más y nada menos que ¡¡¡¡una casa como pago por aquellas monedas!!!. Así, en el año 1975 se materializó el acuerdo: ¡¡¡el comandante Wicht consiguió sus monedas y Chowles su nueva casa!!!
Este se convertiría en el primero y el único trato realizado en la actualidad donde se utilizarían monedas antiguas como medio de pago para adquirir una propiedad moderna.
Fotos:Espero que os guste!
Saludos.