LAS MACUQUINAS DE POTOSÍ DEL AÑO 1778
Con fecha 18 de marzo de 1771, el Rey Carlos III de España e Indias decreto un cambio en las leyes monetarias del Reino, fijando en 10 dineros, 20 granos, el título de las nuevas piezas de plata. La moneda macuquina, que se venía produciendo ininterrumpidamente en la ceca de Potosí desde la fundación de la ciudad durante el reinado de Felipe II, con su serie de valores de 8, 4, 2 y 1 Real, dejaría entonces de acuñarse.
No obstante, a pesar del hecho de que la emisión legal de moneda macuquina no era posible en Potosí después de la labración de 1773, existen referencias de 8 Reales macuquinos de esta Ceca, de los años 1776 y 1779. Y aparte, se conocen asimismo piezas que lucen la fecha 1778, lo que torna más confuso el panorama de esas eventuales acuñaciones anómalas.
La pieza de 8 Reales de 1776, la menciona el numismático argentino Alejandro Rosa, bajo el numero 620, en su obra el Monetario Argentino, publicado en Buenos Aires en 1892; y la de 8 Reales de 1779, la cita con el numero 2099 otro autor argentino, Aurelio Prado y Rojas, en el “Catálogo descriptivo de las monedas y medallas que componen el Gabinete Numismático del Museo de Buenos Aires”, publicado en la misma ciudad en el año 1874, que también menciona bajo el numero 2098 un Real de a Dos del año 1778. Las tres piezas se citan simplemente en los respectivos textos, pero sin ilustraciones de ningún tipo.
Otras referencias fueron anotadas posteriormente por Adolfo Herrera en su famoso trabajo “El Duro” publicado en 1914 por la Real Academia de la Historia de España, donde se catalogan con los números 1024 y 1025, pero otra vez sin ilustraciones de ninguna clase.
Años más tarde Tomás Dasi, y luego José de Yriarte, incluyen los 8 Reales de 1778 en sus respectivas listas, esta vez con ilustraciones, pero ambos trabajos presentan idénticas producciones, las cuales fueron tomadas de la misma pieza, ya que Dasi, que la cita primero, se refiere a una fotografía de Yriarte, que todavía no había publicado su trabajo.
Esta pieza, según el numismatógrafo argentino Jorge N. Ferrari, en su trabajo “Anomalías en las acuñaciones potosinas de 1778”, perteneció a Armando Moreno Martín, de Chile, pasando luego a la colección de la “Fábrica Nacional de Moneda y Timbre" de Madrid.
Pero lo curioso es que, además de esta pieza, se conocen otros cinco ejemplares, idénticos en todos sus detalles, incluso su perfil o corte. Y la característica más común y señalada de la moneda macuquina es que, normalmente, es imposible encontrar dos piezas aproximadamente iguales en sus características, y menos aún, idénticas.
Ferrari, convencido de que esta coincidencia no puede ser accidental, llega a la conclusión que compartimos íntegramente, de “que se trata de una falsificación de época, y tal vez de una operación clandestina, conducida criminalmente por personal de la Ceca misma, o con herramientas de la Ceca que habían permanecido en desuso por varios años, una vez instaladas las prensas de acuñar.”
Esta autorizada opinión, se confirma con la aparición de otros dos Real de a Ocho que lucen la misma fecha 1778, diferentes en su forma y perfil a los que integran el otro grupo mencionado, pero idénticos entre sí. Integraron la ex-colección Ferrari y la del autor.
Estas piezas ofrecen características que son comunes a las anteriores y que, evidentemente, tratan de disimular la falsificación. Todas ellas muestran un desgaste -seguramente "fabricado" con intención-, que oculta el lugar de la inicial del Ensayador, eliminando de este modo su responsabilidad. En cambio, la marca de Ceca, que no compromete a nadie, es bien visible.
Finalmente, la forma, tamaño y aspecto de las figuras que componen la fecha, son distintos de los tipos representados en las monedas autenticas de épocas anteriores. Esa imperfección, también seguramente intencional, inclina a pensar en un defecto de artesanía común en las monedas de ese tipo y esa época, haciendo aun más difícil su localización en el tiempo.
La aparición de nuevos ejemplares de estas piezas, o de otros grupos similares del mismo valor u otros de las series con fechas irregulares, contribuirá seguramente a confirmar la teoría expuesta y clarificar este interesante capítulo de la historia numismática de Potosí.
Macuquina con fecha de 1773, último año de su acuñación.
Rubén W. Vergara