Un duro con su aquel, con su connotación y recuerdo. Yo te diré que me ocurrió algo parecido. Cuando contaba con unos 18 años, reformando un cubierto adjunto a la casa en donde nací, en el dintel de una puerta de madera, una especie de cajón oculto albergaba unas monedas y varias cosillas más. Yo en aquella época ni coleccionaba ni tenía idea de nada. No recuerdo de qué monedas se trataba ni si tenían algún valor más allá del sentimental. El caso es que el albañil se las llevó para averiguar su valor y no supimos más de ellas. Nadie en la familia tenía idea de aquel cajon-escondite encima de aquella puerta. Imagino que pertenecían a mi abuelo, en paz descanse, que falleció en su día por accidente, y no pudo dejar constancia.